Enrique Jabares, presidente de Asadipre-Andalucía

“PISA seguirá suspendiéndonos si sigue la metodología educativa actual”

  • Lamenta que no haya un pacto por la Educación y que los sistemas no se consoliden en el tiempo

Enrique Jabares, en el Colegio El Puntal.

Enrique Jabares, en el Colegio El Puntal. / Correa (Huelva)

–¿Cómo va el curso?

–El curso tuvo un inicio un poco extraño respecto a la planificación.Antes del 15 de junio ya se debe saber qué número de profesores se necesita para una especialidad u otra, porque una vez que se matriculan los niños, del 1 al 8 de junio, ya se sabe qué unidades se van a tener y cómo va a ser la plantilla. Pero el 27 de junio, la consejería publicó las instrucciones 12/2019. En esa publicación, se modificaba una norma que había quedado derogada por el TSJA, que es la orden de 17 de marzo de 2015. Además, los cambios eran muy significativos. Por ejemplo aumentaba la hora de Educación Física de modo que si habías pedido un maestro, con el cambio ya no podías hacerlo porque necesitabas a otro para cubrir Educación Física. Eso ha generado muchos problemas en los centros en el sentido de la adaptación de los horarios a las nuevas instrucciones.

–¿Qué argumentó la consejería para aplicar esta modificación?

–Argumentaron que como la orden estaba derogada, había que dar una garantía legal a todo lo que se estaba haciendo y han funcionado a través de unas instrucciones. Durante este curso se está haciendo la modificación del decreto de 2015 para dar un armazón normativo por lo que es una etapa de transición. Eso ha generado en los colegios, cierta dificultad y en algunos de ellos muchos como es adaptar los horarios a la plantilla. Les dijimos que no era el momento pero adujeron que querían plantear el cambio, un poco en la línea de aumentar las instrumentales, que son Lengua, Matemáticas, Inglés y también Educación Física por lo del hábito de vida saludable. La intención es buena pero si mueves algo en Primaria, ya se mueve todo. Hay una cosa que se ha criticado mucho: la pérdida de autonomía de centros. Antes, tú tenías un mínimo de horas marcadas para cada área. Al final quedaba una bolsa de seis que las podías distribuir en lo que creyeras oportuno. Con la nueva normativa, solo queda una hora libre.

–¿Asadipre ha sugerido algo ante esta nueva situación?

Nuestras aportaciones es que haya un horario establecido donde en la medida en que podamos, cada centro tenga mayor autonomía. Es una autonomía relativa porque hay una carga horaria que tienes que dar. Por lo menos que nos quedemos en el medio entre las 6 y 1 horas.

–¿Cómo está siendo la relación con la Consejería de Educación?

–Desde que llevamos la presidencia desde el 23 de mayo, la relación formal y personal es magnífica. Hay hilo directo con los máximos responsables. La viceconsejera Marta Escrivá es la que tiene el hilo abierto con los interlocutores de las asociaciones. En cualquier momento te puedes poner en contacto. Otra cosa es que lleven a cabo lo que plantean. Pienso que tienen buena voluntad, quieren marcar su impronta porque son nuevos pero a veces hay decisiones que se toman precipitadamente.

–¿Cómo evaluaría lo que han hecho hasta el momento?

–El programa estival de refuerzo escolar fue un fracaso y lo de las instrucciones tanto para Primaria como para Secundaria han sido muy polémicas. Insisto en que supongo que lo hacen con la mejor intención, pero aquí tienen interlocutores válidos y estamos para darles nuestra opinión. Por ejemplo, en el desarrollo normativo del nuevo decreto de admisión de alumnos que se está modificando. También en la modificación del decreto 97/2015 que establece la Educación Primaria en Andalucía, en el decreto de Bachillerato porque aunque parezca que a nosotros no nos afecta, cambia el horario escolar y dice que el curso empiece el 7 de septiembre. Les hemos dicho desde nuestra asociación, que tenemos estudios que nos dicen que hasta el curso 22/23 solo tendríamos cuatro días para organizar el curso. Sólo cuatro días y con la circunstancia de que la plantilla puede ser que aún no esté nombrada por lo que se puede llegar al día 7 sin los maestros suficientes. Nuestra propuesta es que se mantenga como mínimo el día 10. Lo que no cambia es el número de días lectivos que siguen siendo 178 con lo que se está buscando una semana blanca. Eso, que no estaría mal, hay que tenerlo en cuenta desde el punto de vista de la conciliación de los padres que podría ser otro problema.

Jabares en una de las aulas del Puntal. Jabares en una de las aulas del Puntal.

Jabares en una de las aulas del Puntal. / Correa (Huelva)

–¿Qué se quiere cambiar respecto a la admisión de alumnos?

–Va fundamentalmente a beneficiar a los hermanos que estén escolarizados en el mismo centro; que obligatoriamente tengan que estar juntos y poco más en cambios. Eso antes se puntuaba con 14 y ahora va a contar más. Habla también de las zonas de escolarización que es otra gran polémica ya que se está usando un lenguaje engañoso. Cuando se habla de zona única de escolarización, que hay grupos del Gobierno que lo defienden, eso no se puede llevar a la práctica. La provincia de Huelva no es de las más afectadas pero imagine que todo el mundo eligiera un colegio concertado y el público puede que se llegue a quedar vacío. Eso no puede ser así. La planificación y la admisión se hacen teniendo en cuenta la zona de escolarización, la zona de influencia y zonas limítrofes. Lo de zona única se dice porque se quiere conjugar el debate sobre la libre elección de los padres. Tú puedes elegir centro pero el que tú elijas no es el que la Administración te va a adjudicar. Te adjudicará dependiendo de la planificación que haya hecho de las unidades .

Entiendo que Asadipre no está en favor de la zona única.

–Entendemos que la red de centros es la que hay y la normativa dice que los concertados, que están sostenidos con fondos públicos, son subsidiarios de los centros públicos . Ese es el origen de la concertada. No estamos en contra de que estén los dos sistemas pero siempre defenderemos la pública antes que la concertada. El otro día escuchaba a Manuela Carmena que hablaba de la verdad de los políticos y que cuando hablen digan verdades; que no pongan sobre la mesa noticias falsas ni cosas que no se pueden cumplir. Imagine por ejemplo, los Maristas y enfrente tiene el Prácticas que es público, y que a todo el mundo le diera por elegir Maristas. Se vaciaría el Prácticas y ¿dónde meteríamos a los alumnos? ¿Habría que construir en su campo de fútbol? No puede ser desde el punto de vista presupuestario ni en el de infraestructuras, ni por plantilla orgánica.

–¿La autonomía de los centros es un principio muy valorado?

–Toda la normativa habla de autonomía de centros e itinerario pedagógico pero el 80% o más de las funciones que hace un director y también los equipos directivos, son de administración, de gestión, como si fuera gerencial. La normativa sin embargo, señala que hay que ejercer en el centro, un liderazgo pedagógico.

–Una vez más el informe PISA ha sido demoledor para la Educación andaluza y española. ¿Ustedes los docentes cuando ven esos resultados se desmoralizan o se incentivan?

–Sobre el informe PISA hay mucha literatura y cada uno te dirá una cosa. Creo que en el PISA y sus resultados, haciendo un símil futbolístico, se juega como se entrena. Si entrenas de una manera y luego juegas un partido que no tiene nada que ver con lo que has entrenado, no puede haber buenos resultados. El PISA propone una serie de actividades y preguntas que no son con las que se suelen trabajar aquí en el día a día. Ellos proponen un tipo de tareas más competenciales: lo que tú sabes, cómo lo pondrías al servicio de una tarea. Ellos no te van a preguntar una fecha, ni datos. Buscan que con lo que tú sabes, cómo realizarías una determinada tarea. Y ahí es donde se falla. Es otra metodología y dentro de 20 años seguiremos chocando de la misma manera, haya la inversión que haya en Educación porque no hemos adaptado nuestro trabajo a ese tipo de pruebas .

–¿Qué pasos habría que dar?

–No puede haber un análisis simplista de la situación. Cuando Finlandia da los mejores resultados, la gente cree que como hace frío allí está la gente todo el día estudiando. No se trata de eso. Hay que analizar sus recursos y sus medios. Pienso que si la Administración no controla lo que se hace dentro de los centros, desde el punto de vista pedagógico, la cosa fallará. En Andalucía estaba la prueba de diagnóstico para cuarto de Primaria que ya se dejó de hacer. La prueba que ahora la Junta ha mandado es un cuestionario a los centros para que digamos si la vemos de utilidad o no. La normativa dice que la prueba individualizada debe ser entre 3º y 6º de Primaria, pero hacer una prueba en 2º y evaluarte otra vez en 3º no parece que tenga mucho sentido. Cuando venían las preguntas de la prueba de diagnóstico, y las corregías, veías que incluían actividades que tú no haces en el día a día. Por ejemplo, en Matemáticas te ponían un texto muy grande donde había datos significativos y no significativos y el niño tenía que discriminar entre esos datos y adaptarlos para resolver el problema; o te ponían un problema y una vez hecho, había que explicar qué pasos habías dado. Ese tipo de cuestiones, si no lo haces en el día a día... Pienso que debe haber un cambio metodológico importante o si no los resultados en PISA no van a mejorar aunque inviertas más y planifiques mejor.

–¿El profesorado está adecuadamente motivado?

–El primer ingrediente para el éxito de un sistema es la preparación del profesorado. Después viene la implicación de las familias. Habrá que pensar si esa formación es la adecuada . El acceso puede ser que tampoco sea el idóneo. En Finlandia estudian Magisterio los que tienen los mejores expedientes. Respecto al acceso... ¿cuando apruebas las oposiciones detectan al mejor maestro, al que tiene mejores cualidades? Todo eso hay que cuestionarlo y el país no se puede permitir más lamentaciones como el informe PISA. No pueden pasar más años sin que haya un pacto educativo. No hay nadie de menos de 40 años en España, que haya empezado en Infantil y haya terminado en la universidad con el mismo sistema educativo. Eso no puede ser. Los que sacan buenos resultados, tienen unos sistemas educativos muy consolidados y si no los hay eso desmotiva a toda la comunidad educativa.

–Y la sociedad cambia muy rápidamente. Por ejemplo con la multiculturalidad

–No estamos preparados para trabajar con la sociedad que nos estamos encontrando. Hay sitios en que trabajan con niños de hasta 15 nacionalidades en una misma clase y cada uno con sus características. Cada vez hay más alumnos con necesidades educativas especiales, que es lo que debe plantearse la propia Administración: qué ocurre en la sociedad para que cada vez haya más. En Andalucía ya son 150.000 y hay que atenderlos y te ves con falta de recursos y profesionales.

–Supongo que las familias tienen un protagonismo importante.

–La implicación de las familias es fundamental. Está demostrado con los estudios internacionales de Educación, que es el segundo nivel de influencia que hay en un sistema educativo: la implicación de los padres. Nada tiene que ver con su nivel cultural. Hay quien ve en las Ampas como fiscalizadores pero creo que esa es una función que les corresponde ..

–A pesar de algunas noticias que a veces surgen, el ambiente en los centros suele ser bueno, ¿no?

–Lo que pasa es que los casos negativos se magnifican mucho. En PISA dicen que hay menos acoso que la media de la OCDE y sin embargo pensamos que hay un montón de problemas de convivencia. A los padres les decimos que el diálogo es fundamental y cuando hay un problema hay que venir, pero si de entrada vienes diciendo que mi hijo está siendo es acosado por fulanito, ya estás acusando a una persona y lo estás dando por hecho. Así, hay que activar un protocolo de acoso que lleva un tiempo importante, pero no se puede venir y tener al año, 4 o 5 situaciones de presunto acoso cuando la situación del centro es normal. Otro dato importante de PISA es que el estudiante español se siente más a gusto y detecta el sistema educativo como algo que le hace bien en su vida. España está muy por encima de la aceptación que los jóvenes tienen y lo que supone para su vida desde el punto de vista académico y relacional.

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