Pediatría

Día del Niño Hospitalizado en Huelva: Unos caballos sorprenden a los menores ingresados en el hospital Juan Ramón Jiménez

Uno de los caballos Falabella visita a los menores ingresados en Pediatría del hospital Juan Ramón Jiménez.

Uno de los caballos Falabella visita a los menores ingresados en Pediatría del hospital Juan Ramón Jiménez. / Josué Correa

Los cascos de Enrique y Pekitas golpean el suelo del hospital Juan Ramón Jiménez. Todas las miradas se centran en los dos caballos Falabella que están de visita en el centro hospitalario. Y eso que no son los protagonistas. Lo son aquellos que los recepcionan, los niños hospitalizados en el Área de Pediatría. 

Imponentes, los equinos asoman por las puertas de los espacios de Pediatría y clavan sus miradas en los ojos de ilusión de los más pequeños, quienes son incapaces de contenerse ante tal inesperada visita

No tardan en hacerse amigos. Los caballos en miniatura Enrique y Pekitas acuden al hospital con un equipo de monitores para hacer pasar un rato divertido con distintas actividades de terapia ecuestre después de que los pequeños cantasen Un mar de besos, de Bombai; y Un beso redondo, de Conchita. Entre tales actividades, juegos con pictogramas, un partido de futbol o un paracaídas gigante, fomentando así el contacto con los caballos y con el mundo de la discapacidad a través de los monitores que los acompañan. El Caballo Viajero es un programa de equinoterapia de la Asociación de Obras Cristianas de Gibraleón que produce múltiples beneficios a nivel físico, psicológico y social mediante el contacto con estos animales.

Son 56 los usuarios con diversidad funcional de la residencia Betsaida de la mencionada asociación que, junto a los monitores, realizan trabajos de terapia con caballos y perros. Los equinos Falabella son, precisamente, protagonistas de una de las acciones con las que se persigue que "los niños olviden que están allí y puedan pasar un buen rato, dándoles cariño y jugando con ellos", afirma el director de la residencia Betsaida y del Caballo Viajero, Francisco Martín. "Las caras de asombro y la satisfacción de los sanitarios son los mejores regalos", añade, quien pone de manifiesto que más de un millar de niños onubenses se han beneficiado ya de las acciones de la asociación. 

Es uno de los días más especiales del año para los menores ingresados en el hospital. Una jornada con la que el hospital onubense, de la mano de El Caballo Viajero, rinde homenaje a los niños hospitalizados, a sus familias, al personal socio-sanitario y a los voluntarios. Todo ello en el marco del Día Nacional de la Infancia y la Adolescencia Hospitalizada, que se conmemoraba este sábado.

La media de niños ingresados en el centro hospitalario, si bien varía en función de la época del año, es de unos 22, según explica a este diario la jefa de bloque de Pediatría, Sonia Pastor, quien destaca que las principales causas de ingreso son los problemas respiratorios, los estudios neurológicos, los menores diabéticos que debutan en la enfermedad o aquellos con patologías oncohematológicas. 

Para Pastor "es muy gratificante" el trabajo con los niños del hospital Juan Ramón Jiménez, pues "nuestro objetivo es, además de su atención, que disfruten de ser niños aunque sea en un hospital", algo que "nos agradecen mucho". De hecho, prosigue, destaca de los menores que, "pese a que están en un ambiente, como es el del hospital, que no es el suyo; se adaptan mejor que los adultos a las adversidades". 

La relación entre el niño y el sanitario termina siendo "muy bonita" porque el menor cambia su percepción sobre su figura. Pasa así de verle como un profesional que le atiende en un lugar fuera de su entorno "a una persona que está para acompañarle y hacerle la estancia lo más llevadera posible", explica Sonia Pastor.

Los profesionales del Juan Ramón Jiménez no son los únicos que amenizan la estancia de los pequeños en el hospital, pues la implicación del voluntariado de Cruz Roja Juventud, con el programa del Niño Hospitalizado, ha sido fundamental en el desarrollo de actividades como la referida de los caballos.

Alrededor de medio centenar de voluntarios de Cruz Roja se turnan para citarse con los niños las tardes de los días martes, miércoles y jueves para jugar con ellos. "Nuestra misión es hacerle la vida más fácil a los pequeños, humanizar su estancia y fomentar la vida saludable", subraya a este diario Esperanza Chávez, coordinadora del voluntariado del programa Infancia Hospitalizada. Se trata, por tanto, "de una descarga emocional que agradecen tanto los niños como nosotros". El perfil más habitual de los voluntarios, pese a que hay una gran variedad, es el de estudiantes de Educación Primaria o Infantil, Psicología o Trabajo Social. 

El citado programa contempla actividades en la ludoteca del hospital, subvencionadas por Aguas de Huelva, y otras realizadas fuera del Área de Pediatría, subvencionadas por el Puerto de Huelva.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios