Huelva

Las Nazarenas abren su jubileo en la parroquia de San Pedro de Huelva

  • La comunidad religiosa fundada por San Manuel González celebra su centenario fundacional

  • El obispo José Vilaplana Blasco abre la puerta santa

Un momento del acto celebrado a las puertas de la parroquia mayor de San Pedro.

Un momento del acto celebrado a las puertas de la parroquia mayor de San Pedro. / Alberto Domínguez

En la parroquia mayor de San Pedro, donde comenzó todo a principios del siglo XX, se abrió el jubileo del centenario fundacional de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, cuyo origen está aquí en ese proyecto eucarístico de San Manuel González, el siempre recordado arcipreste de Huelva. Ayer el repicar de sus campanas eran anuncio de jubilo.

El obispo José Vilaplana abre la puerta jubilar. El obispo José Vilaplana abre la puerta jubilar.

El obispo José Vilaplana abre la puerta jubilar. / Alberto Domínguez

Una jornada muy especial para las hermanas nazarenas, que continúan en Huelva y para la iglesia diocesana. A las doce, a la hora del ángelus, comenzaba el acto de la apertura de la puerta santa. Hasta ella había llegado el obispo José Vilaplana Blasco, en la actualidad administrador apostólico de la Diócesis de Huelva. Ante la puerta de la calle del licenciado Juan Agustín de Mora, se congregó numerosos fieles, aunque las invitaciones al acto se tuvieron que reducir por cuestión del aforo de la parroquia marcado por la situación que se vive con la pandemia del coronavirus. No obstante, a lo largo de este año la comunidad en Huelva espera poder celebrar actos con los diferentes onubenses.

La superiora de la comunidad en Huelva, la hermana María del Pilar González Gómez, fue la que dio lectura a la monición de entrada. Destacó que la “Eucaristía es acción de gracias al Padre, un año jubilar es también un tiempo de gracia que el Padre nos concede” y que van a compartir con la iglesia diocesana de Huelva.

Recordó aquellos primeros momentos en 1910 cuando San Manuel González en esta parroquia de San Pedro se dirigía a las íntimas colaboradoras: “Yo no os pido ahora dinero para los niños pobres, ni auxilio para los enfermos, ni trabajo para los cesantes, ni consuelo para los afligidos; yo os pido una limosna de cariño para Jesucristo sacramentado, un poco de calor para esos sagrarios tan abandonados”.

El arcipreste completa sus palabras diciendo que soñaba en crear una acción reparadora de espíritu intensamente eucarístico, lo que va a tener lugar el 3 de mayo de 1921 den Málaga, donde continúo sus ideas fraguadas en Huelva.

El obispo José Vilaplana bendice a los fieles tras abrir la puerta jubilar. El obispo José Vilaplana bendice a los fieles tras abrir la puerta jubilar.

El obispo José Vilaplana bendice a los fieles tras abrir la puerta jubilar. / Alberto Domínguez

La parroquia de San Pedro, donde San Manuel González ejerció de arcipreste y fundó las Marías de los Sagrarios y Discípulos de San Juan, ha sido elegido templo jubilar, junto a la iglesia de Palomares del Río, donde recibe esa gracia carismática que transformará toda su vida, el santuario de la Virgen de la Victoria de Málaga, parroquia a la que pertenece la primera comunidad de la congregación; y la catedral de Palencia, donde se encuentra su sepulcro. Una celebración que ayer contó en Huelva con la presencia de la superiora general de la congregación, María Teresa Castelló.

A las puertas del templo, donde se encontraban numerosos sacerdotes y el párroco José Arturo Domínguez Asencio, se dio lectura por parte del secretario canciller, Manuel Jesús Carrasco Terriza, de la petición del año jubilar y su concesión desde Roma. El obispo José Vilaplana procedió a la apertura del la puerta jubilar.En la homilía de la misa tuvo palabras en las que destacó la misión eucarística de San Manuel González, su afecto que aún le profesa la ciudad de Huelva y el recuerdo que se mantiene de él de tiempos difíciles, en los que atendió a la educación y a las necesidades materiales de tan niños pobres en sus escuelas y en sus comedores.

San Manuel González “es un testigo de la presencia de Cristo en los pobres, desarrolla toda su actividad social junto con esa entrega eucarística”, dijo José Vilaplana. “Por eso quiso fundar -añadió- las hermanas misioneras eucarísticas, para que esta presencia de Jesús sea recordada en medio de nosotros que nos abre el corazón a los hermanos necesitados y abandonados, para que esté siempre presente a través de este carisma, que el puso en marcha y que hoy estamos agradeciendo en este periodo jubilar”.

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