Miedo a estar solos

Todo está en ti

Personas introvertidas y personas extrovertidas, ninguna está libre de sufrir ansiedad en algún momento por no saber afrontar la soledad y por atarse a alguien solo por compañía

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Emma García: Miedo a estar solos.
Emma García

07 de mayo 2023 - 04:00

Huelva/EL miedo a la soledad es un malestar que sufrimos al sentir una posible incapacidad de tener relaciones afectivas importantes para nosotros. Dichas relaciones no se refieren solo a parejas también a familiares y amigos, cualquier relación íntima y estrecha.

Suele manifestarse en forma de pensamientos recurrentes cargados de mucha ansiedad. Este tipo de miedo se puede dar tanto en personas introvertidas como extrovertidas, ya que depende mucho del contexto: los introvertidos, porque no se ven capaces de abrirse socialmente a otros, y los extrovertidos, por la dificultad de encontrar a las personas adecuadas con las que entablar amistades que sean más auténticas y profundas.

Las causas del miedo a la soledad puede ser varias:

–La baja autoestima. Sienten que no van a estar a la altura de corresponder a los otros y sufren una ansiedad anticipatoria muy alta ante la posibilidad de ser rechazados por no alcanzar lo que creen que se espera de ellos.

–La influencia de las imposiciones obsoletas de la sociedad, como tener que estar en pareja a partir de una edad para no ser una persona solterona, tener hijos y formar una familia, ser madre/padre...

–Mantener una pareja aunque ya no sea feliz por tal de no estar solo. Suelen justificarse con eso de “por mis hijos, hay que mantener a la familia unida”; “si es muy bueno no voy a encontrar a nadie mejor aunque me aburra y no sea feliz”. Hay un gran miedo al que dirán, y es muy peligroso elegir y tomar decisiones condicionadas por el miedo a la imagen que demos a los demás.

– La dependencia emocional es otra de las causas del miedo a la soledad. Aquí depende mucho del aprendizaje que haya, sobre todo en las relaciones personales y el estilo de apego. Dependiendo de cuáles sean sus carencias afectivas desde su infancia-adolescencia, la persona se sentirá sola o abandonada, y continuamente buscará compañía, ya sea a través de una pareja o de amistades para escapar de ese miedo. Pero esa carencia afectiva le llevará a elegir de forma impulsiva y con poco criterio. Por ejemplo, estar en pareja desde la necesidad para poder silenciar ese dolor que genera la soledad para ellos. Por eso una gran cantidad de parejas que ya saben que no son felices y que no funcionan se mantienen a toda costa en dicha relación.

Los pensamientos distorsionados que aparecen más frecuentemente son: “Nunca encontraré a alguien que merezca la pena”; “no hay nada que merezca la pena, cada persona va a lo suyo”; “si no tengo pareja, no puedo ser feliz”; “si estoy solo es porque no le gusto a nadie, nadie me quiere”.

Hay también pensamientos recurrentes anticipatorios de fracaso: “No encontraré amigos, me voy a quedar solo toda la vida”. Con este tipo de pensamientos llegamos a la conclusión de que la única forma de ser feliz es estando en pareja. Idealizamos que sólo podamos estar completos en pareja, y para nada es así. Estar solos nos da la gran oportunidad de conocernos, de madurar, de alcanzar un crecimiento personal que nos llevará a tener mayor criterio a la hora de elegir con quien compartir nuestro tiempo y vida.

Otra causa también del miedo a la soledad es la timidez. Ante el temor o la posibilidad de sentirnos rechazados evitamos a toda costa relacionarnos, aunque sea lo que deseamos.

También un exceso de responsabilidad o perfeccionismo con el miedo a fracasar nos lleva a sentir emociones como la culpa, la ansiedad, el miedo, el arrepentimiento, las dudas, la rabia. Es muy importante saber gestionar dichas emociones para decidir desde la coherencia y no desde la impulsividad.

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