Se cumplieron los plazos y tras una lucha contrareloj el coso mercedario, tenía convertido su albero en el escenario donde Huelva vería desarrollarse a partir de entonces los nuevos tiempos de su historia taurina.

Había costado, pero ese día, aun sin terminar el proyecto en su totalidad, respetando su estructura original parte de los tendidos de sol, José Luis Pereda se convertía en el nuevo empresario taurino de esta vieja Onuba que conjuraba parte de su historia bajo los nombres de dos dinastías toreras como fueron las de los Chamaco y Litri.

Una feria larga, con ocho festejos, contrastada por el enorme interés de ver vestido de luces a Miguel Báez Espuny en el paseíllo inaugural de aquella tarde del 29 de julio de 1984.

El resto del serial, sin un apoyo total del público, sería el punto de partida de una historia de la que ahora se cumplen los 25 años.

José Luis Pereda, es desde entonces el tercer nombre en esa nómina de protagonistas. Su interés y la decisión personal de apostar por el proyecto le llevaron a estar al frente de la gerencia de la plaza onubense hasta el año 1996 donde cede el testigo a Oscar Polo y Carlos Pereda, los actuales responsables del coso mercedario.

Durante todo este tiempo, la plaza ha conocido las vivencias en torno a su centenario celebrado en septiembre del 2002 y mantiene en su historial el hecho de haber acogido en su albero , cuatro alternativas.

Apenas un año antes de aquel 1984, el coso de La Merced era un autentico solar lleno de suciedad y ratas, que hacia las veces de cochera.

Los mas veteranos, aun sentían el valor de las tardes de toros con Pablo Gómez Terrón, los nombres grandes de los novilleros de la capital y aun en el fondo de aquel escenario se adivinaba desde el tendido natural del el cabezo la imagen del mas reciente episodio de los Litri como había sido Miguel Báez Espuny.

Por aquel entonces, ya Huelva, en plena transición de escenario taurino, había conocido la alternativa de Santi Ortiz, adivinaba en la figura de Emilio Silvera las ilusionantes maneras de un nuevo valor que llegaba a poner comentario en las tertulias taurinas y además se presentía ya en el el tiempo que Miguel Báez Espinola, sería el nuevo Litri que protagonizara las próximas ferias de Colombinas.

A ellos se sumaban en sus incipientes carreras novilleriles Francisco Barroso, Miguel Carrasco y el resto de una amplia nómina de becerristas, que trajo como fruto la apertura del nuevo coso.

Pero si hay que contar desde el principio la aventura de la nueva puesta en hora de una plaza recuperada dentro de pleno centro urbano, tendríamos que remontarnos a ese primer paseíllo que Miguel Báez Espuny vestido de corinto y oro y acompañado de Curro Romero y el jovencísimo Pepe Luis Vázquez completaban frente a los toros de Jandilla. de todos ellos sería el nº 83 de nombre 'Juanillo' el primero de los astados lidiados en la remozada historia de la plaza onubense.

Aprovecharía Litri esa misma feria para doctorar como matador de toros a Sebastián Borrero 'Chamaco' teniendo como testigo al sanluqueño Paco Ojeda y cediéndole la muerte del toro 'Altatorre' de Gabriel Rojas, marcado con el nº 27 y de 495 kilos de peso.

Como complemento a la nómina de onubenses inscritos en esa feria inaugural, Curro Méndez haría el paseíllo en la ultima tarde de la feria frente a una dura corrida de Isaías y Tulio Vázquez.

Mas nombres protagonistas se reparten la gloria de tener su momento de gloria en ese arranque histórico de La Merced. de un lado, Luis Marquínez, autor del proyecto de restauración y el pintor ayamontino Florencio Aguilera, autor del cartel de aquella primera feria.

La plaza, sobre la que hoy comenzamos de nuevo esta andadura de datos, más que nada como testimonio de unas bodas de plata, tiene historia. Una historia que se antoja, desde la distancia que da el tiempo, como muy importante para esta Huelva a la que no cabe entender sin toros en Colombinas.

La Merced deja muy marcados a partir de hoy veinticinco años muy importantes para entender no solo su presente sino su futuro. A esos primeros protagonistas le suceden ya en el tiempo otros bien diferentes. Los toreros que feria tras feria también fueron haciendo la otra historia de este coso.

Una historia que a partir del segundo capítulo de esta secuencia reducida de triunfos y dureza, de cifras, datos y comentarios debe aportar un testimonio de homenaje a la plaza y sus personajes.