Puerta del Mar

Manuel Siurot, cofrade

  • La presentación de la causa de canonización en plena Cuaresma es una oportunidad para conocerlo en su vinculación con las hermandades

Manuel Siurot en su monumento en Huelva.

Manuel Siurot en su monumento en Huelva. / Eduardo Sugrañes

La presentación de la Causa de Canonización de Manuel Siurot en plena Cuaresma nos da la oportunidad de hablar del Manuel Siurot cofrade. Le conocemos en muchas facetas de la vida social y religiosa de la ciudad de Huelva, a la que dedicó toda su vida en la enseñanza por eso en las paredes del santuario de la Cinta, en la avenida que lleva su nombre, se pueda leer a Manuel Siurot: “por bueno, por sabio, por generoso, maestro de niños pobres”. Un reconocimiento que más tarde sería renovado en plena democracia por el ayuntamiento socialista que presidía Juan Ceada quien en 1990 le nombró a título póstumo Hijo Adoptivo de la ciudad de Huelva.

"Huelva a D. Manuel Siurot Rodríguez. Maestro de niños pobres". "Huelva a D. Manuel Siurot Rodríguez. Maestro de niños pobres".

"Huelva a D. Manuel Siurot Rodríguez. Maestro de niños pobres". / Eduardo Sugrañes

Ese Manuel Siurot al que tantos, de muchas maneras distintas e iguales le tenemos completa devoción por lo que trasmite por su compromiso a esta “Huelva, la buena” como él le llamaba nos conmueve el hecho de que busquemos en él, además, lo más espiritual que le lleve a los altares de los hombres buenos de Dios.Muchos le recuerdan por su presencia en la Hermandad del Rocío de Huelva, pues gracias a él y a san Manuel González, se mantuvo la peregrinación a la aldea almonteña en tiempos difíciles tomando las riendas como hermano mayor. Las suyas son crónicas de un Rocío entendido desde la fe y la fiesta, recogidas en la hemeroteca de ABC. Lo mismo que su libro dedicado a la Romería del Rocío como ofrenda en la coronación canónica de la Blanca Paloma, en 1919.

Manuel Siurot era un cintero cabal, hermano mayor de la Hermandad de la Cinta; ahora que se renuevan los estatutos se cumple un siglo de que firmara aquel articulado que daría una nueva dimensión a la hermandad que disfrutaba de los grandes logros de los años veinte.

En la sala capitular que lleva su nombre en la casa de la Patrona de los onubenses, tuvo él sus primeras escuelas que llevaría al gran instituto educativo del Sagrado Corazón.

Cuando subió al santuario tras el asalto de julio de 1936 al ver destrozado el rostro de la Virgen y del Niño expresó el más hermoso de los sentimientos, para él la Virgen de la Cinta era “la devoción más pura, más íntima, más dulce de mi alma”.

Decía que la Semana Santa de Huelva no tenía nada que envidiarle a nadie

Hoy me quiero referir al Manuel Siurot cofrade, lo mucho que en él influyeron las devociones de nuestras hermandades. En la biografía que preparo del arcipreste Pedro Román Clavero destaco no solo su vínculo con él, sino que le sacó del mal de dudas que en ese momento le atormentaba. El párroco de la Concepción le rescató de entre las tinieblas en las que estaba sumergido cuando arrodillado y desconsolado rezaba ante el Cristo de la Vera Cruz.

Manuel Siurot dedicó también su vida a las cofradías de muy diversas formas, cercano a todas pero muy especialmente vinculado a la Hermandad del Santo Entierro de la que fue miembro de su junta de gobierno. Su mujer, Manuela de Mora Claros, que como él decía no solo fue su fiel compañera sino alma de todos sus éxitos, era la camarista de la Soledad de María.

En su casa de la plaza Quintero Báez sabemos, por fotografías de la época, que tenía una imagen de un Cristo de la Expiración.

Muy cerca siempre estuvo a la Hermandad de la Expiración, compartiendo la iglesia de San Francisco con ellos y su colegio.

En 1906 Manuel Siurot participa en la junta de la reorganización de la Hermandad del Nazareno, tan vinculado a la parroquia de la Concepción muy activo en ella en la Conferencia de Caballeros de San Vicente.

Su exquisita pluma literaria la dedicó también para instruir a los cofrades en las revistas semana santeras, especialmente la que editaba la Hermandad del Santo Entierro.

Ahora que a los cofrades se nos presenta una ocasión única de ver a Manuel Siurot en ese camino que deseamos le lleve a los altares, hago la propuesta de este listado de artículos publicados en revistas cofrades, en el deseo y en el compromiso personal de convertirlo para la próxima Cuaresma en una publicación que nos llene y nos acerque aún más al Manuel Siurot cofrade y espiritual, porque lo que hacemos es sacar a Dios a la calle.

Mientras tanto esta es una lista con algunos de sus artículos espirituales y muy convenientes para estas fechas.

‘Jesús-Humildad’. Santo Entierro, 1920.‘Cruz bendita’. Mater Dolorosa, 1921.‘Jesús callaba’. Mater Dolorosa, 1922.‘Jueves Santo, Eucaristía’. Semana Santa, 1922.‘Loco de remate’. Semana Santa, 1923.‘Luz de las Cumbres’. Mater Dolorosa, 1923.‘Mística’. Santo Entierro, 1924.‘La cruz’. Santo Entierro, 1925.‘Ladrón’. Mater Dolorosa, 1926.‘Miel de Cristo’. Santo Entierro, 1926.‘Cristo muerto e inmortal’. Santo Entierro, 1929.‘La gloria de Dios’. Semana Santa, 1930.‘María Dolorosa’. Mater Dolorosa, 1935.

Deseo concluir hoy esta mirada cofrade desde mi balcón con unas palabras de Manuel Siurot que dedicada a nuestra Semana Santa, las escribió en la Cuaresma de 1931, cuando las cofradías habían alcanzado unas cotas inimaginables gracias al esfuerzo de cofrades y de la propia ciudad, una etapa de oro lo mismo que se disfruta en la actualidad.

Lo resumía así: “Huelva tiene una Semana Santa que puede llamarse magnífica”. Es un epígrafe de mi libro ‘Huelva Semana Santa. 1821-2021’ editado por el Consejo de Hermandades, donde Siurot dice: “Bellas imágenes, espléndidos pasos, numerosos cofrades que desfilan por la capital, ricas insignias, compostura, orden y esplendor, fundido todo en una sana satisfacción cuando se piensa que todo aquel triunfo choquero, onubense, son caracteres de esta Semana Santa huelvana, que no tiene, en realidad, nada que envidiar a nadie”.

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