Miguel Caballero Domínguez ha estado pendiente siempre en Beas de mantener algunas tradiciones, como las verónicas del Viernes Santo, o proponer otras no sólo el Belén Viviente de Beas, sino el Clarines Chico en febrero.

Nadie conoce quién saldrá de verónica en la próxima Semana Santa, es de los secretos mejor guardados en Beas, aunque él ya la ha elegido y custodia en dos baúles en su casa las ropas con las que las vestirán Mariconchi Cruz Rivera, María España Liroa y Loli Gavino. Desde siempre la noche del Viernes Santo ha tenido un interés especial para todos los beasinos, esa noche procesionan el Santo Entierro y la Virgen de los Dolores. Con el tiempo se ha ido introduciendo modificaciones en la procesión, pero hay algo que nunca ha cambiado y que siempre ha permanecido en la procesión, las figuras alegóricas, el ángel de la guarda, La Fe, la Esperanza, la caridad, la magdalena, las tres marías y la verónica. Siendo toda una expectación ver quién es la joven que aparece por la puerta de la iglesia representando a la verónica.

La fecha del terremoto de 1969 marcará también otra de las aportaciones de Miguel Caballero Domínguez. Aquel año el 29 de febrero la ermita de Nuestra Señora de Clarines quedó maltrecha por el terremoto, así que fue necesario atender a su restauración, que corrió a cargo de Rodrigo Suárez, que fue el hermano mayor. "A él le dije que había que aprovechar el 29 de febrero para hacer el Clarines Chico recordando aquel terremoto, cuando se reconstruyó la ermita, y hoy con el paso del tiempo tiene una gran acogida, es un éxito", asegura Miguel Caballero.