La publicación de la licitación del proyecto de rehabilitación de la plaza de la Merced y la peatonalización de su entorno marca el inicio del proyecto que permitirá a la ciudad recuperar para uso el espacio. La actual plaza de la Merced presenta más allá del deterioro propio de los años numerosas dificultades de accesibilidad y queda convertida en una isla en altura desconectada del acerado. De este modo es incómoda y poco práctica, quedando muy reducido su uso. Es por ello que el Ayuntamiento decidió afrontar las obras de reforma con la recuperación del nivel de la calle para su plena integración en el entorno. Junto a ello, las calles adyacentes quedarán peatonalizadas para enlazar con el centro dentro del plan de movilidad que modificará todo el concepto urbano de la capital onubense. El plazo para presentar ofertas concluirá el 31 de agosto y el presupuesto será de 2.950.000 euros.

La reforma de la Merced es una vieja aspiración vecinal. La última gran reforma de los años 70 aisló el espacio actual, limitando desde entonces su uso diario por las múltiples alturas que tiene así como las dificultades de acceso para personas mayores o con movilidad reducida. La idea principal es la integración con el conjunto monumental del antiguo convento de La Merced, actual Universidad, catalogado como Bien de Interés Cultural y que se quiere realzar con la intervención gracias a la eliminación de las barreras existentes. No afectará, en cambio, al altillo a los pies de la fachada de la Catedral y del propio edificio histórico conventual. No obstante, en el proyecto, se subraya la necesidad de mantener y mejorar la accesibilidad para ciudadanos y cofradías, y la integración con los nuevos elementos de urbanización.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Huelva aprobó la semana pasada el proceso de licitación de la reforma de la Plaza de la Merced y la integración en un espacio peatonalizado de todo su entorno. La Merced es uno de los proyectos estrella de Urbanismo en este mandato. En su momento, el alcalde, Gabriel Cruz, señaló a este diario que el objetivo fundamental de la obra es que la plaza “pueda disfrutarse plenamente, tanto en la cotidianidad del día a día, como para albergar todo tipo de acontecimientos”. El alcalde explicó que se trata, con esta actuación, de “potenciar una plaza infrautilizada por su propia configuración en altura, un diseño que data de 1975 y que es en sí mismo una barrera arquitectónica, una isla con limitaciones”. El objetivo, como detalló el responsable del área, Manuel Gómez Márquez, en la presentación del plan hace unos meses es “hacerla accesible, visible y utilizable, potenciando su entorno monumental”.

El estado actual es fruto de un proyecto de urbanización del arquitecto Alfonso Jiménez Martín, en el que se abordó el tratamiento de la plaza como espacio ajardinado en diferentes alturas y con un diseño basado en formas geométricas puras y ejecutado con materiales modestos, subordinados en la estética y colorido a la Catedral de La Merced y el entonces hospital provincial. El fracaso del propósito inicial se constató durante años en los que el vecindario se alejó de su plaza, convertida en reducto para la marginalidad, lo que empezó a avivar la demanda de una intervención para su recuperación.

La Merced afronta un nuevo rumbo con su recuperación como espacio de uso para los vecinos integrada en un plan mucho más ambicioso que fija el plan de movilidad de la capital. El objetivo es limitar el tráfico, favorecer el transporte público y sostenible con el fin de hacer de Huelva una ciudad más amable y humana, tal y como fija el Plan de Movilidad Sostenible con amplios espacios peatonales y zonas de bajas emisiones. De este modo, se unirá a través de San José con todo el gran espacio peatonal que va a formar el centro de Huelva.