Huelva

Adiós a medio siglo de escaparate de creaciones literarias en Huelva

  • La Librería Saltés coloca en su fachada el cartel de 'Se vende por jubilación'

Fachada de la Librería Saltés.

Fachada de la Librería Saltés. / Josué Correa (Huelva)

La Librería Saltés, un clásico de la capital onubense en cuanto a establecimientos de venta de libros se refiere, ha colocado en su fachada el cartel de ‘Se vende por jubilación’. Ubicada en la céntrica calle Ciudad de Aracena, que registra diariamente un gran tránsito de personas, esta tienda ha sido durante casi medio siglo un gran escaparate de creaciones literarias y novedades editoriales y ha contribuido al fomento de la lectura. Ahora su continuidad como tal dependerá de sus nuevos propietarios. No obstante, mientras no se lleve a cabo la venta seguirá abierta al público.

Gran parte de la historia de la Librería Saltés está vinculada a Pilar Soler-Espiauba y su marido, Miguel Ángel Rubira. El establecimiento existe desde 1972, “era una especie de cooperativa”, recuerda Pilar, y la gerente era María José, de la que se hicieron amigos durante las vacaciones, cuando el matrimonio venía a Huelva, de donde era Miguel. Ambos eran profesores y trabajaban en Abiyán, en Costa de Marfil, Pilar en un instituto, y él, en la universidad.

La pareja, que estuvo 17 años viviendo en Costa de Marfil estaba un poco cansada de la enseñanza y de residir en el extranjero. Quería cerrar una etapa e iniciar una nueva que estuviera relacionada “con el mundo del libro pero fuera de la enseñanza”, así que en 1982 compraron la librería y un año después regresaron a Huelva y empezaron a trabajar en el establecimiento.

Soler-Espiauba destacó que la librería se ha convertido en un punto de encuentro, “siempre hay alguna tertulia, personas que se encuentran y mantienen conversaciones interesantes”.

A la literatura infantil se le ha dado desde el principio una gran importancia, se amplió el espacio de los libros para niños y mantienen un escaparate dedicado a los más pequeños con el objetivo de fomentar la lectura desde edades tempranas. En cuanto a los adultos, explicó que los libros de ensayo son cada vez más demandados, y las novelas, de todo tipo, mantienen un público fijo.

La librera señaló que “la época de crisis se notó en todas partes y aquí, también”. Aparte, tuvieron que hacer frente a la gran competencia de las ventas por Internet, aunque en el establecimiento, el ciudadano “tiene el libro al alcance de la mano, lo puede hojear”. Manifestó que “el cliente entra por la puerta y echa un rato mirando los libros”.

Indicó que muchas veces han tenido que realizar “un auténtico trabajo de investigación para poder encontrar algún libro solicitado por un cliente, pero la satisfacción del cliente cuando le damos el ejemplar te compensa todo el trabajo realizado”.

La mayor venta de libros se concentra en el último trimestre del año, que coincide con las navidades, “en las que se regalan muchos libros”. No venden en Saltés libros de texto, lo hicieron en un principio, pero no les compensa.

Es toda una vida vinculada a la librería. A Soler-Espiauba le ha costado tomar la decisión de vender el establecimiento. Ha retrasado durante diez años la jubilación. “Me gusta esto”, pero finalmente se ha planteado dejar el negocio, sus hijos y hermanos le han insistido en ello. Le gustaría que siguiera funcionando como librería, fundamentalmente “por mi marido, era su pasión”. Subrayó que “venta y traspaso sería lo ideal”, pero “todo está abierto”.

El pasado martes puso el cartel en la fachada de la librería, ‘En venta por jubilación’, e informó de ello a clientes y amigos a través de Facebook y les agradeció su apoyo, durante todos estos años, a este proyecto con el que cree “haber contribuido en buena manera al fomento y desarrollo de la cultura en Huelva”.

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