Crimen de Laura Luelmo

El nuevo abogado de Montoya pedirá su declaración y el arresto de Josefa

  • Rivera, que se persona hoy como defensor, afirma que su cliente está “demacrado y triste”

El letrado Miguel Rivera, atendiendo a los medios de comunicación.

El letrado Miguel Rivera, atendiendo a los medios de comunicación. / Raúl Caro/ Efe (Sevilla)

El letrado sevillano Miguel Rivera se ha convertido en el nuevo representante legal del presunto autor del asesinato de Laura Luelmo, Bernardo Montoya. Ya tiene listo el escrito de personación en la causa, como él mismo confirmó ayer a Huelva Información, y solo está a expensas de presentarlo (probablemente hoy) en el Instrucción 1 de Valverde del Camino.

El jurista desmiente que los Montoya lo hayan contratado: "Suelo ir a Sevilla II" –la prisión de Morón donde está recluido su cliente desde el 28 de diciembre– "porque voy a ver a otros internos y fui a hablar con él; estuvimos charlando diez minutos y me preguntó que si podía llevar su caso y acepté". Rivera asegura que Bernardo le expresó "la mala suerte que tengo con los abogados de oficio", motivo del cambio.

A la pregunta de cómo podrá pagar Montoya sus honorarios, responde que "él tiene dinero, no es que sea millonario, pero tiene un patrimonio", aunque no especificó si se refería con ello a la vivienda de la calle Córdoba donde se produjo el ataque a Laura, propiedad del padre de este.

El letrado asegura que en la segunda conversación que mantuvo en Morón con su patrocinado "durante una hora y cuarenta minutos me contó la última versión", en la que incrimina a su expareja, Josefa, y asegura que ella fue la que mató por celos a Laura con un martillo. "Bernardo me cuenta que las versiones anteriores las dio por proteger a Josefa, intuyo que porque sentimentalmente seguía unido a ella pese a que su mujer está en la prisión de Huelva".

El letrado defensor solicitará a la Guardia Civil que encuentre el martillo con el que Bernardo dice que su expareja agredió a la víctima

La decisión de cambiar la declaración y hacérsela saber a los funcionarios de Sevilla II atiende, dice, a que "él sabía que iba a ir a la prisión de Huelva, que era su segunda casa, pero lo que no entraba en sus cálculos es que lo trasladaran a Morón".

Rivera subraya que la penitenciaría sevillana tiene una seguridad de nivel 3, mientras que la onubense es de nivel 2, y esa incomodidad que produce en Montoya estar en el módulo de aislamiento de un penal tan restrictivo es lo que le llevó a decirle "¿qué pasa, que me voy a tragar yo esto en estas condiciones? Tengo que explotar y soltarlo todo", relata el letrado de forma literal.

Su cliente mantiene que no agredió sexualmente a la joven. Cuando se le evidencia que en la vivienda de la calle Córdoba de El Campillo no hay (a priori) restos biológicos de Josefa, sino solo de Bernardo y de la víctima, el abogado señala que ella "pudo dejarlos solo en el martillo".

Ante semejante panorama, el letrado anuncia que "lo primero que voy a hacer en cuanto me persone es pedir a la juez que interrogue a Bernardo". Y que lo siguiente será "solicitar las grabaciones de las gasolineras donde dice que estuvieron y que la Guardia Civil busque por tierra mar y aire el martillo".

Una vez que escuche la declaración de Montoya y si esta tiene verosimilitud, "no solo solicitaré la declaración de Josefa, sino que voy a pedir una orden de busca y captura, su detención y su inmediata puesta a disposición judicial", avanza a este rotativo.

Es más, considera que ya los investigadores deberían tener la vista puesta en esta mujer, residente en Jerez de la Frontera, "porque puede haber un serio riesgo de fuga".

De la estancia de Montoya en el centro penitenciario de Morón, el togado señala que se encuentra "mal, anímicamente muy mal". Destaca que "físicamente su imagen actual contrasta con la imagen del hombre corpulento y atlético que recordaréis: es la mitad de lo que era, está demacrado, rapado y tiene la mirada triste".

Lo que más le afecta es "que se había hecho a la idea de esta en Huelva, donde él conoce a mucha gente y se maneja bien". Bernardo ha transmitido a su abogado que "esta cárcel es distinta, muy dura, no tiene nada que ver".

Finalmente, el jurista sevillano remarca que "no he mantenido por el momento ningún tipo de contacto con el padre o con los hermanos de mi patrocinado, pero si lo tengo que tener, lo tendré, claro". Además, señala que desconoce si los familiares del investigado por el asesinato de Laura Luelmo han llegado a ingresar peculio –dinero que los allegados depositan en la cuenta del recluso para que tenga recursos intramuros–, aunque todo apunta a que este hecho sí se ha producido.

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