La Junta libera 37 ejemplares de águila pescadora en Marismas del Odiel

La Consejería de Medio Ambiente ha liberado en las provincias de Huelva y Cádiz un total de 83 ejemplares de águila pescadora gracias al programa de reintroducción de la especie que desarrolla la administración autonómica desde 2004.

La consejera del ramo, Cinta Castillo, ha informado hoy de los datos de este proyecto en rueda de prensa en el Paraje Natural Marismas del Odiel de Huelva, lugar en el han sido soltados un total de 37 ejemplares.

El objetivo del programa, ha explicado, es restablecer la población viable de la especie en la España continental, donde se encuentra extinguida como especie reproductora desde los años 80, con el fin de favorecer la expansión de la población mediterránea.

En este sentido, la consejera ha destacado que el proyecto ha empezado a dar sus primeros frutos en Marismas del Odiel con la aparición de una pareja con actitud reproductora.

La pareja está compuesta por dos ejemplares reintroducidos, el macho procede de Alemania y fue liberado en Marismas del Odiel y la hembra es de Escocia y fue soltada en Barbate (Cádiz) y "aunque la experiencia reproductora de este año ha fracasado lo importante es la actitud", según la titular de Medio Ambiente, pues se prevé repitan en épocas posteriores.

Castillo ha recordado que la Consejería de Medio Ambiente, en colaboración con la Estación Biológica de Doñana, puso en marcha el proyecto de reintroducción en Marismas del Odiel en 2004, y ha anunciado que en agosto se soltarán diez nuevos ejemplares en esta zona y otros tantos en el pantano de Barbate.

Para la reintroducción del águila pescadora, clasificada como "en peligro" según el catálogo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se utiliza el método denominado "hacking" considerado como uno de los más eficaces en la restauración de determinadas poblaciones de aves.

Consiste en criar pollos en estado de semilibertad, colocándolos en nidos que simulan los naturales y proporcionando la comida de manera artificial, lo que permite que los pollos se adapten al nueva medio que debido a la querencia por el lugar de cría que muestran en general las rapaces retornen al lugar de nidificación para reproducirse una vez que sean adultos.