Pocas instituciones –desde luego en Huelva, ninguna– pueden presumir de presentar un proyecto el 14 de diciembre de 2018 que no iba más allá de unas recreaciones virtuales y unos planos y dos años y medio más tarde, con una pandemia que paralizó actividad durante meses, proceder a su inauguración. Eso es lo que la Autoridad Portuaria va a llevar a cabo mañana con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que será el encargado de cortar la simbólica cinta que abra al público los más de cinco kilómetros de la avenida Francisco Montenegro. Se trata de la segunda arteria que muestra el crecimiento urbano, una calle paralela a la ría del Odiel que sigue el esquema planteado hace cinco años cuando se abrió el Paseo de la Ría y, lo que es todavía más importante, que la ha liberado de sus servidumbres industriales para hacerla más accesible a los ciudadanos.

Se trata del proyecto más cuidado por parte de la presidenta de la Autoridad Portuaria de Huelva, Pilar Miranda, quien puso nada más llegar a la avenida de la Real Sociedad Colombina al Plan Puerto-Ciudad entre sus prioridades. Casi diez millones de euros después, la avenida beneficia de la entrada en servicio de los accesos a la Zona de Actividades Logísticas, ya que el tráfico pesado no debe circular por ese tramo para acceder a las plantas. Dentro de la circulación, tal vez el aspecto que más sorprenda a los automovilistas, es la sustitución del ruidoso cemento que en el tramo más cercano al Monumento a Colón servía de asfalto, por uno convencional menos invasivo.

El carril-bici es una de las últimas mejoras en el trazado de la avenida.

Los trabajos sufrieron un retraso debido a que se incluyó a última hora el trazado de un carril bici a lo largo de toda su extensión, un añadido que ha supuesto añadir caso 600.000 euros al coste total de las obras y que era una reclamación de los usuarios que utilizaban el camino del Paseo como viandantes, ya que compartían espacio con los ciclistas.

La nueva avenida va, sin embargo, mucho más allá de un lavado de cara. La intención del Puerto de Huelva es la de recuperar toda la fachada marítima de la ciudad, desde el Monumento a Colón, cuyo entorno va a ser rehabilitadas, hasta el puente Sifón e incluso más allá con el proyecto del Muelle de Tharsis como uno de los emblemas de cara a los próximos meses.

El asfalto se ha renovado en toda su extensión.

Queda por aclarar el futuro del Cargadero de la Rio Tinto, partido en dos por las necesidades del tráfico de camiones, pero que tanto los responsables del Puerto como desde el Ayuntamiento de la capital, tienen la intención de volver a unir mediante un concurso de ideas internacional. A eso se unirán los planes de rehabilitación del Muelle de Levante, cuyo proyecto emblemático, la creación de una marina deportiva de 400 amarres que será presentada en los próximos días.

Los trabajos fueron adjudicados a la empresa Sando, conocida ya en otras obras llevadas a cabo por parte de la Autoridad Portuaria y que cuenta con la infraestructura suficiente como para haber permitido una rebaja más que sustancial en el presupuesto original que el Puerto de Huelva destinó en un principio a llevar a cabo esta infraestructura. En efecto, el inicialmente previsto superaba los 12,1 millones de euros, mientras que el finalmente adjudicado se queda justo por debajo de los 9,7 millones, lo que supone una rebaja algo superior al 20%.

Se han plantado más de 24.000 flores en la avenida.

La mediana tendrá una anchura de dos metros, lo que permitirá acometer los trabajos de jardinería, arbolado e iluminación.Es en el tema de la plantación de flores y árboles donde se ha hecho un esfuerzo mayro; 24.000 de las primeras y 1.500 de los segundos acompañarán más de 25.000 metros cuadrados de césped en toda la extensión de la avenida.

Otro de los elementos novedosos será la habilitación de nuevas plazas de aparcamiento y zonas de descanso en toda la longitud de la vía, especialmente en la zona que más demandas recibe para las mismas, como es la más próxima del Club Marítimo, tradicionalmente desbordada por la concentración de vehículos que acude a sus instalaciones.