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Jefa de Infecciosos del Juan Ramón: “sin duda esto marcará nuestras vidas”

  • Esta asistencia psicológica se presta desde principios de mes y también se extiende a los familiares

Parte del equipo médico de la Unidad de Hospitalización del Covid-19

Parte del equipo médico de la Unidad de Hospitalización del Covid-19 / H.I. (huelva)

El Hospital Juan Ramón Jiménez ha activado, desde principios de mes, un servicio de cara a pacientes y familiares de Covid-19. Este servicio se realiza en colaboración con el Servicio de Psicología y Psiquiatría Clínica del mismo centro y tiene como destino a los pacientes y sus familiares. En cuanto tienen constancia de un nuevo positivo confirmado, se ponen en contacto con ellos por si precisan de su asistencia.Preguntada la jefa del Servicio de Infecciosos, Dolores Merino, acerca de cuáles son los principales miedos a los que se enfrentan los pacientes que están ingresados en el Juan Ramón Jiménez, la doctora comentó que “se suelen enfrentar a dos tipos de miedo, aunque hay que recordar que en la inmensa mayoría de los casos, está enfermedad tiene una sintomatología leve y hay un porcentaje entre el 15% y el 20% que son los que necesitan ingreso”. El primer miedo, según Merino, es la evolución que tenga su enfermedad y poder acabar en la UCI.

En segundo lugar se encuentra esa situación en la que los que están ingresados y tienen acceso a la televisión, se angustian por el aluvión de noticias malas que durante todo el día son bombardeados. De este modo se profundiza el temor de que a sus seres queridos les pueda pasar algo. Hay que tener también presente otra circunstancia que resulta muy especial en este caso del Covid-19:el hecho de que los pacientes no tienen acceso a que sus familiares puedan visitarlos.

Dolores Merino. Dolores Merino.

Dolores Merino. / H.I. (huelva)

Unos pacientes que son atendidos por unas personas que no son héroes pero que parece que van camino de serlo, porque nadie imaginaba que algo así podría suceder, pero ahí están en primera línea, como un solo cuerpo librando la lucha contra el Covid-19.Dolores Merino, debido a su cargo, es una de esas personas que afronta uno de sus grandes desafíos profesionales y personales. Una de las primeras cosas que resalta es el enorme espíritu de unidad y colaboración que hacen que todos los profesionales sean una auténtica piña, “desde los que trabajamos en Infecciosos, pasando por neumólogos, internistas, los de la UCI, Urgencias y además eso se da en todas las categorías profesionales. Desde que se ha desatado la crisis del coronavirus, yo no he visto que nadie ponga una pega. Aquí se hace realidad aquello de que todo el mundo rema en la misma dirección, con un enorme entusiasmo y sin la más mínima queja”.

Merino subrayó que todos los profesionales son conscientes de que están viviendo unas circunstancias que van a marcar un antes y un después tanto en sus vidas personales como profesionales: “Esto no lo olvidaremos nunca”. Es todo un desafío que nadie se esperaba y sin embargo, están ahí. Confían eso sí, en que cuando todo esto pase, la sociedad siga teniendo en consideración la labor que hacen los profesionales de la sanidad pública que siempre han dado enormes muestras de entrega y compromiso con su profesión y los pacientes.

Pero indudablemente, la crisis del coronavirus es una experiencia insólita no solo para aquellos profesionales de edades jóvenes, sino también a los que ya cuentan con currículo.Preguntada la jefa de Infecciosos sobre el impacto emocional que la crisis tiene en los profesionales, contesta que “pienso que en estos momentos nadie piensa en eso, porque todo el mundo está muy concentrado en sacar esto adelante, en la labor a la que tenemos que hacer cara. Sin embargo, creo que cuando todo esto pase habrá profesionales que necesiten de apoyo psicológico. Insisto en que ahora mismo estamos viviendo una situación en la que uno se mira poco a sí mismo y nos sentimos como un solo cuerpo que lucha para sacar a los pacientes del atolladero en el que se encuentran”.

Dolores Merino comparte sus 36 años de experiencia profesional como médico y que “nunca he vivido nada parecido y lo cierto es que nadie esperaba vivir algo así”. De ahí que el factor sorpresa sea un punto que haya que tener en cuenta aunque la capacidad de respuesta, de contemporizar con los momentos insólitos actuales surgió con enorme fuerza.Ese factor sorpresa sin embargo, ha sido un elemento general para toda la sociedad que tan solo hace dos meses atrás, ni se podía imaginar que acabaríamos viviendo un confinamiento.

Desde un punto de vista profesional, la facultativa explica que “al principio también lo veíamos como algo alejado. Pensábamos que si surgía algún caso podría ser en lugares con mayor tránsito de personas pero nos parecía casi imposible que pudiera llegar a Huelva un ciudadano chino de la zona afectada”. Bien es cierto –añade– que ya desde finales de enero se empezó a abordar el tema y a establecer protocolos sin dejar de pensar que era algo remoto.

La cosa cambió con la evolución de la epidemia en el norte de Italia: “Es ahí donde ya cambió todo, cuando vimos cómo la epidemia desbordaba el norte del país y se sometía a la población a confinamiento”. Huelva ha tenido en todo ello, una cierta ventaja ya que “viendo cómo iba siendo la expansión de la pandemia, tuvimos más tiempo para prepararnos”. La evolución desde Madrid y posteriormente a Andalucía y dentro de ella Huelva como uno de los últimos lugares a los que llegaron loa casos, provocó la ventaja de que los profesionales sanitarios tuvieran la oportunidad de formar con más tiempo, una estrategia. “También nos ayudó el hecho de que se decretara el estado de alarma cuando en Huelva había aún muy pocos casos, de modo que el confinamiento ha sido muy eficaz en nuestra provincia”.

Asimismo, quiso destacar la labor que en todo momento está realizando la Atención Primaria “en el seguimiento de pacientes en sus domicilios, lo que ha impedido entre otras cosas, que las Urgencias se desborden”.

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