Huelva

Juan Oiarzábal presenta a los estudiantes de la Universidad de Huelva “el mundo vertical”

  • El prestigioso montañero abre la primera de las dos jornadas del XX Foro Universitario de Empleo 

Juan Oiarzábal en la conferencia inaugural del XX Foro Universitario del Empleo de la UHU.

Juan Oiarzábal en la conferencia inaugural del XX Foro Universitario del Empleo de la UHU. / M. G. (Huelva)

Juan Oiarzábal (Vitoria, 1956) abrió y cerró ayer su charla en el XX Foro Universitario de Empleo de la Universidad de Huelva con el lema de este año, A por tus metas. Su intervención estuvo repleta de alegorías de especial significado entre el público mayoritario en el aula magna del edificio Jacobo del Barco, personas en pleno periodo de formación a punto de salir al mercado laboral y entrar de lleno en el mundo adulto –aunque por edad ya lo sean–.

El prestigioso montañero, que ha ascendido a los 14 ochomiles del mundo, diez de ellos dos veces y algunos hasta en cuatro ocasiones, desgranó durante su intervención conceptos como superación, trabajo en equipo, liderazgo, constancia, preparación, ética o motivación, elementos fundamentales en la montaña y en la vida. A los seis años descubrió “el mundo vertical” de la mano de su padre en su tierra vasca, donde existe “una cultura de la montaña que no la hay en otro lugar de España y en muy pocos países de Europa, a excepción de los alpinos”.

Durante la primera parte se proyectó un vídeo sobre el descenso del K2 en 2007 tras coronarlo con mucho esfuerzo. “Yo me marqué la meta de bajar vivo”, pero la vuelta al campamento base se convirtió en una odisea. “No me jodas, Juanito, ponte la botella de oxígeno como te dije, que lo mismo te está dando un edema, ponle por Dios un poquito de cabeza”, le transmitía un compañero descompuesto por radio. Y Oiarzábal volvió a muy duras penas, efectivamente con primeros síntomas de edema pulmonar pero logró la meta que se fijó en una expedición en la que Edurne Pasaban fue la única mujer que regresó viva. “Fui capaz”, dijo, y con ello se convirtió en la segunda persona del mundo que ascendía a esa cumbre por segunda vez.

Oiarzábal contó que los Pirineos, los Picos de Europa y los Alpes fueron sus particulares aulas de formación en asignaturas como “confianza en el equipo y en las propias fuerzas, además de tomar decisiones en momentos críticos”. Y en 1982 llegó al Himalaya, “la parrilla de salida a una carrera que aún no podía ni imaginar”, le siguió el nepalí Cho-Oyu en 1985, cuando “no había información, ni equipo y los partes meteorológicos no existían”. Fue a finales de esta década y principios de la siguiente cuando su nombre se empieza a escribir con mayúsculas en el montañismo.

En el 93 volvió al Everest y entonces, confiesa, “cometo el mayor error de toda mi trayectoria, a 8.500 metros de altura y con una gran presión mediática prioricé el ego por llegar a la cumbre y me coloqué las botellas de oxígeno, la única vez en toda mi trayectoria que he utilizado el oxígeno artificial”. Pero Oiarzábal lo afronta, “ya me podría haber dado la vuelta”, admitió sobre una expedición en la que perdió los diez dedos de los pies a consecuencia de la congelación. Le ha tocado sufrir otras bastante peores, ya que a lo largo de su camino ascendente en cumbres y prestigio perdieron la vida dos compañeros de siempre, Antonio Miranda y Atxo Apellaniz, “amigos de la infancia, con los que había escalado toda mi vida”.

Acreedor ya de una gran trayectoria en la montaña, Oiarzábal se convirtió en Juanito para el gran público de la mano del programa de TVE Al filo de lo imposible, junto a Sebastián Álvaro. En este espacio recreó la expedición de Mallory de 1924 con trajes de época, ha cruzado Groenlandia, ha estado en el Gobi, “cosas distintas” que compaginaba con los ochomiles. En 2010 se planteó el proyecto 2x14x8000, la segunda vuelta por las cumbres más altas pero para entonces ya había sufrido dos embolias pulmonares y era “mi vida o la montaña”.

Para ambas cosas, también para el mercado laboral, rigen algunos de los últimos mensajes de Oiarzábal a la concurrencia: disfrutar de lo que a uno le gusta y siempre hay que luchar y tener ilusión.

Franciso Barba, Teresa Herrera, María Antonia Peña, Antonio Augustín y Mª Ángeles Rodríguez. Franciso Barba, Teresa Herrera, María Antonia Peña, Antonio Augustín y Mª Ángeles Rodríguez.

Franciso Barba, Teresa Herrera, María Antonia Peña, Antonio Augustín y Mª Ángeles Rodríguez. / H. I. (Huelva)

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