Huelva

José Camacho Orta, Pepe ‘el Tabla’

  • Toda su familia es emprendedora y está dedicada a la hostelería, donde Pepe ha sido capaz de colocar a Punta Umbría en la cabeza de la gastronomía nacional

José Camacho Orta, Pepe ‘el Tabla’

José Camacho Orta, Pepe ‘el Tabla’ / M. G. (Huelva)

Su padre, Manolo Camacho, era un gran trabajador, igual que su madre, Margarita Orta. A ellos solo les reconozco trabajo, trabajo y trabajo desde el primer día que los conocí. Y en ese ambiente se crio Pepe y todos sus hermanos. Es una familia emprendedora y prácticamente todos están dedicados a la hostelería, empezando por sus padres, que regentaban el restaurante Everluz y, después, más tarde, el restaurante Tiburón, en la misma orilla del Océano Atlántico, en la zona más concurrida de la playa de Punta Umbría. Ese negocio lo regenta hoy, maravillosamente, su hermano Manolo. Otro de sus hermanos montó el muy conocido restaurante denominado Los Bohemios, que cuenta con una decoración exquisita y que lo inauguró su hermano, al que todos conocían como Tolete, que más tardé se trasladó a un pueblo de Madrid donde montó el conocidísimo El Rincón del Alba, con mucho éxito.

Pero mucho antes de todo eso, la familia Camacho emigró a Alemania, algo que era muy común en la época de la posguerra y los tiempos posteriores. Manolo, el padre y patriarca, dijo un día a toda su familia “nos vamos a Alemania, que allí hay trabajo para todos”. Cuenta Pepe que hasta la abuela se fue con ellos.

Manolo, el padre, entró a trabajar en la fábrica de automóviles Opel y Pepe en la famosa compañía alemana Hohner, que fabrica instrumentos musicales, especialmente armónicas y acordeones. Como curiosidad, me cuenta que el viaje a Alemania desde Punta Umbría lo hizo en un taxi y tardó tres días en llegar.

El apodo el Tabla, que es como se le conoce en Punta Umbría y por todo el mundo, le viene porque un amigo de su tío Tolete cada vez que lo veía le gastaba la broma, por su delgadez, de que parecía una tabla. Y así empezó, cuando Pepe solo tenía 15 o 16 años.

Digo que así es conocido en todo el mundo porque a mí me preguntaron por Pepe el Tabla en la ciudad de Atenas, en Grecia. Porque Pepe montó en la playa de Punta Umbría un chiringuito que lo conoce medio mundo. Pero sigamos con su época en Alemania, donde se ganaba la vida cantando y tocando la guitarra de bar en bar porque otro puntaumbrieño de pro que también estaba en Fránkfurt, Jacinto Jiménez del Villar lo enseñó al igual que tantos jóvenes de Punta Umnbría y Pepe no lo debería hacer mal, pues incluso le ofrecieron un trabajo para cantar en Ibiza, lo que no fue posible porque su padre no lo permitió. Pero Pepe siguió cantando y se acuerda especialmente de un bar llamado El Quijote. Manolo quería a todos sus hijos con él, cosa que siempre consiguió porque una vez que todos volvieron a Punta Umbría, el que no trabajaba con él montaba su negocio en el pueblo. En definitiva, todos unidos.

El padre había nacido en Moguer y vino a establecerse en Punta Umbría porque su esposa Margarita Orta era de aquí. Y aquí fue donde tuvo sus seis hijos, de los cuales solo dos fueron varones, él y Manolo, y cuatro mujeres, a las que conozco a todas. Curiosamente un hijo de la menor fue alumno mío en la Universidad de Huelva, donde yo le impartí durante un curso clases en la Escuela de Ingeniería. Pepe nació en la puntaumbrieña calle Coquina y fue a los colegios de la calle Caracola primero, y luego al colegio Santo Cristo del Mar, del que guarda un cariñoso recuerdo de su maestro Don Eustaquio, con el que aprendió mucho.

El padre de Pepe compró un restaurante llamado Cafetería Everluz y también un local junto a él al que llamó Nichol Club, donde empezó a trabajar Pepe. Sin embargo, lo abandonó pronto porque no le gustaba la vida nocturna y le dijo un día a su familia que iba a presentarse en el ayuntamiento a una subasta de terrenos para montar un chiringuito. Y a mí me tocó replantear el terreno porque yo entonces era técnico municipal. Y ese es el que tiene en la actualidad, pero muy mejorado, porque el primero con el que se inició era desmontable.

El que hoy tiene es un establecimiento realizado y proyectado por un arquitecto que a mí me gusta llamar el arquitecto del diseño. Se trata de José Álvarez Checa, más conocido por Pepe Checa. Es un edificio muy bonito y que no pasa desapercibido por ser de una extraordinaria belleza. Todo eso unido a que allí se come muy bien, con alimentos de la máxima calidad, lo que hace que vaya mucha gente venida de fuera. Pepe es un gran cocinero y es ayudado por su esposa Dominga, que nació en Paymogo, bonito pueblo del Andévalo onubense, y por sus dos hijos María y Pepe. Aún tengo en el recuerdo a su padre Manolo en la plancha de su restaurante El Tiburón poniendo cientos de sardinas, que las preparaba de forma excepcional.

El Tabla huye de hacerse fotos con los famosos que por allí pasan, pero me recuerda que han ido a comer a su chiringuito los ministros Clavero Arévalo, García Añoveros, Pérez Millares y otros políticos como Alejandro Rojas Marcos o artistas significativos como Enrique Morente o Diego el Cigala. Incluso también apareció por allí un día el conocido político Bárcenas, o también el Marqués de Griñón, con el que sí que se hizo una foto y le dijo que hacía mucho tiempo que no comía tan bien y en un lugar tan paradisíaco como ese. Y es que la playa de Punta Umbría es tan bonita y espectacular que deja impresionado a quien la visita, y muy especialmente la zona conocida como la Canaleta, además de por su belleza, por su amplitud.

Pepe, con la calidad de sus productos y su buen hacer, hace turismo y tiene puesta a Punta Umbría en la cabeza de la gastronomía, no solo de la provincia de Huelva, sino de toda España.

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