Hay momentos importantes que van dando paso a otros, abriendo el camino a las ilusiones. La concesión de la bula pontificia en la que se reconoce por Roma el patronazgo histórico de la Virgen de la Cinta sobre Huelva es un primer paso hacía su coronación canónica en un camino en el que no solo se irá incrementando y potenciando su devoción sino que además la ermita y su entorno se mejorará creando a su alrededor un jardín del paraíso.

Bendición d elos jardines por José Muñoz, el 8 de septiembre de 1977.

El aspecto sencillo de la ermita se había cambiado gracias a las obras de tan deseadas de su nueva espadaña y fachada del santuario, en 1955, impulso cintero que viene a coincidir con la creación de la Diócesis de Huelva, en el que había puesto su mirada el primer obispo Pedro Cantero Cuadrado desde su amor a la Cinta, el año antes de su nombramiento como alcaldesa perpetua.

Desde aquel año 1964 de la bula se continúa con algunas obras especiales, se coloca en 1969 una placa dedicando los jardines existente al obispo García Lahiguera en su despedida. Todo se desbordarán en 1970 con la presentación del proyecto de los arquitectos Juan Miguel Rodríguez Cordero y Carlos Hermoso Sánchez de nuevo jardines y mejora de todo el entorno hasta el Humilladero. El santuario va tomando una nueva dimensión, se pretende eliminar también la carretera que conecta con el barrio, lo que ocurre en 1975.

Monolito primitivo que recordaba donde fue ocultada la Virgen Chiquita en 1936, para no ser destruida en el asalto al santuario.

Todo girará en torno al triunfo de la Virgen. Un monumento en el que aparece la Virgen Chiquita de la Cinta sobre una columna de mármol -de la antigua iglesia de San Francisco-, en el mismo lugar donde fue oculta por la santera Soledad de Montagut para evitar su destrucción en el asalto al santuario en julio de 1936, como así ocurriera con la pintura mural. Se sustituye el monolito existente hasta entonces por un bello monumento, hoy forma parte de la memoria histórica de un tiempo que no debe volver.

A partir de la presentación del proyecto todos son ilusiones, se piensa también en aquellas muchas personas que visitan este lugar, así como los muchísimos edificios y nuevos barrios que se a su alrededor se iban construyendo. El santuario sería el foco central de todo.

Unos jardines siguiendo el estilo hispano-musulmán, con formas geométricas y un recorrido de fuentes, con arboleda de naranjos y cipreses, masas verdes y rosaledas. El agua corre desde un pilón de mármol con dos cabezas de panteras que reproduce las del carro tartesico de la Joya y sigue dos surcos a modo de los ríos Odiel y Tinto.

La Virgen Chiquita de la Cinta del monumento.

Se abrió una suscripción popular para hacer frente a los cuantiosos gastos y el pueblo de Huelva respondió con el cariño que siempre le tiene a la Virgen de la Cinta.

Lo primero que se tiene realizado en el mismo año 1971 es la reproducción en bronce de la Virgen Chiquita, que realiza León Ortega. Ese mismo año la hermandad, presidida por Francisco Vázquez Carrasco, presenta otra de sus grandes actuaciones como es la realización del enriquecimiento de la corona de la Virgen y su nueva ráfaga; todo pensando en su futura coronación canónica.

El gran día es el 8 de septiembre de 1977 cuando se procede a la bendición e inauguración de los nuevos jardines por el capellán José Muñoz. El obispo José María García Lahiguera envió unas palabras de agradecimiento y filial cercanía y devoción a la Virgen de la Cinta. La imagen fue descubierta por el hermano mayor, Francisco Vázquez Carrasco.

El arquitecto Carlos Hermoso explica el proyecto de los jardines ante la mirada atenta del hermano mayor Francisco Vázquez Carrasco.

Con el paso del tiempo los jardines se amplía con la zona de la fuente que sufraga la Diputación en 1984. Se fueron enriqueciendo con nuevos elementos históricos de distintos lugares de Huelva, como el ajimez mudéjar de la calle Puerto, en 1986.

Más tarde fueron necesarias obras de mantenimiento y mejora que concluyen este año y se inauguran hoy día 5, a las 11:30.

En el monumento a la Virgen José María Carrasco restaura las coronas. Se reponen las patronas de las capitales andaluzas que desde hace unos años luce el pedestal del monumento, con cerámica de José Antonio Colón Fraile e idea de Abraham Ceada; que dona el Consejo de Hermandades de Huelva y del resto de las capitales andaluzas. Alrededor de este se completa con la primera estrofa de la Salve de los Marineros, de la ceramista Isabel Parente y diseño de Sergio Cornejo.

Boceto del monumento a la Virgen de la Cinta.

Se completan algunas zonas con enchinado cordobés en lo que colabora la Sociedad Colombina. Mejora el cuidado de la jardinera, de lo que se encarga José Gutiérrez Bravo.

Mientras el Ayuntamiento sufraga el embaldosado del camino central al nuevo cinerario que se había bendecido en 2017. Ahora, de alguna forma, conecta con la nueva obra realizada en el mirador y paseo de la procesión de los marineros, que ha realizado el Ayuntamiento dentro del Plan Edusi.

El ayer y el hoy que se completan en un lugar inigualable como es El Conquero de la Virgen de la Cinta.