Intervenciones estéticas entre los jóvenes en Huelva: "Llegan casos que quieren parecerse a filtros de Instagram"
Crece la preocupación por el aspecto físico entre la población más joven
La edad media de inicio de tratamientos estéticos baja de los 35 a los 20 años según un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética

Los tratamientos de medicina estética ganan cada vez más popularidad entre la población joven. Así se desprende de un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), que refleja que si hace una década los españoles se iniciaban en los mismos a los 35 años, en 2022 baja a los 20.
El informe, denominado Estudio dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España vinculada la mayor demanda entre el perfil más joven a la influencia de las redes sociales. El uso de las redes, la posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro ha contribuido a generar nuevas necesidades en los pacientes más jóvenes, que en las consultas de estética demandan principalmente rellenos de ácido hialurónico en labios y toxina botulínica.
Este nuevo patrón es también advertido en Huelva. Así lo confirma a esta redacción Elisa Fernández (Clínica Doctora Elisa Fernández), quien destaca que se ha encontrado con peticiones de tratamientos cuyo resultado final "sea su filtro favorito de la red social en cuestión". En este punto, la doctora les explica a las personas interesadas que "se trata de una imagen artificial confeccionada por la tecnología y que, por ello, no se puede conseguir".

Es por ello, que Elisa Fernández trata de asesorar al público más joven y les explica que es posible "mejorar la armonía y la belleza de las estructuras faciales, siempre en base a la salud de la piel y nunca en función de un diseño tecnológico hecho por ordenador". A su vez, añade que cuando los pacientes son jóvenes es fundamental, en primer lugar, "orientarles en higiene y cuidado de la piel".
El informe de la SEME constata que la pandemia disparó hasta un 30% los retoques estéticos y es que la mascarilla dejó al descubierto el tercio superior del rostro y creó también la necesidad de mejorar la mirada. La toxina botulínica y la eliminación de ojeras fue en este periodo el tratamiento estrella y en cirugía, la blefaroplastia, una técnica para rejuvenecer los párpados.
La doctora Fernández también ha advertido, desde la pandemia de coronavirus, "una mayor preocupación por el aspecto físico". Tanto es así, que el cuidado de la autoapariencia "está en auge", sobre todo, "porque nos hemos mirado más al espejo al estar encerrados en casa y por las redes sociales".

Según el presidente de SEME, Juan Antonio López, el 40% de la población española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión y de ellos un mayoritario 71,8% corresponde a mujeres mientras que los hombres suponen el 28,2%, un 6% más que en el último informe.
Sobre la población joven, Elisa Fernández observa en Huelva un mayor interés por los tratamientos estéticos en las mujeres de entre 25 y 45 años, al tiempo que atisba también un descenso de la edad de los hombres interesados que, con 23 o 24 años, ya comienzan a manifestar "su preocupación por el pelo y las arrugas".
Del mismo modo, las jóvenes con la mayoría de edad recién cumplida también comienzan a aventurarse en los tratamientos estéticos, constatado por María Picornell (Clínica Picornell). La doctora confirma pacientes "de 20 o 21 años" que ya muestran interés por ello.
El ácido hialurónico en labios y pómulos es uno de los tratamientos estrella en este sector de la población. Se trata, según Picornell, de una sustancia conocida por el organismo, "mucho más natural que los productos que se podían emplear antiguamente para el mismo fin". Ya no se utilizan materiales permanentes que, con el cambio en la fisionomía de las personas, podía verse alterado con el paso del tiempo, sino que actualmente el componente natural empleado tiene una duración de entre seis meses y un año, "dependiendo de la técnica, la cantidad o el tipo". Igualmente, la toxina botulínica despierta un interés especial por su efecto sobre las arrugas de la piel.
En España, el número de centros sanitarios autorizados por el Ministerio de Sanidad para ejercer la medicina estética asciende a 6.305, un 20% más que en 2019. Dado que no existe la especialidad vía MIR, para poder ejercerla hay que ser licenciado en Medicina y pasar por una formación específica de posgrado o máster, que se imparte ya en 19 instituciones universitarias.
El estudio subraya que la suplantación de funciones en el ámbito de la medicina estética sigue siendo habitual y el 15% de los pacientes que han acudido a las consultas de los médicos estéticos asociados a SEME reconoce que ha sufrido las consecuencias del intrusismo y, de hecho, provienen de centros donde les trató una persona no cualificada para un acto médico. De ahí que el informe insista en la importancia de que los pacientes pidan siempre el número de colegiado o el título de medicina al profesional que le está atendiendo para poder comprobar si está incurriendo o no en un delito.
Y añade que ponerse en manos de personal no autorizado puede provocar reacciones adversas peligrosas como infecciones, necrosis de la piel, inflamación de los tejidos, pérdida de la vista o contaminación de enfermedades transmisibles como VIH o hepatitis C.
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