Días de Cómics

Indiana Jones a la francesa

  • Hijos de la Alhambra (2003)’, obra primeriza de Paco Roca, es un relato que está ambientado durante los días del Romanticismo español y está basado sobre una antigua leyenda mozárabe

  • Aceptamos pulpo como animal de compañía

Viñetas de la obra

Viñetas de la obra / M.G.

Paco Roca siempre se ha confesado gran admirador de Tintín y, por ende, del cómic europeo de aventuras. Una pasión que dejó muy clara en este álbum, Hijos de la Alhambra, que se publicó por primera vez en España en 2007 (cuatro años después que en Francia).

En el siglo XIX, la Alhambra estaba situada entre los destinos favoritos de los viajeros del Romanticismo. El protagonista de este cómic, el francés Alexander Ícaro, es uno de aquellos que, como Washington Irving, llegaron a la Alhambra en busca del exotismo de los cuentos árabes. De momento, los viajes de este Indiana Jones a la francesa no han tenido continuación, aunque Paco Roca ha mostrado en ocasiones algunos bocetos de su segunda entrega, que tendría lugar en Marruecos y Egipto.

Como es habitual, Paco Roca parte de una documentación muy pormenorizada para recrear la época y los escenarios. Se trata de un trabajo exhaustivo a nivel gráfico y literario que aporta datos interesantes sobre la historia de la Alhambra, los cuales además se ajustan al desarrollo de estaa narración, sin estar en absoluto metidos con calzador.

Nos encontramos ante un cómic de aventuras con sus dosis justas de misterio y de acción. Es un cómic sencillo y sin demasiadas pretensiones con el que pasar un buen rato y, sobre todo, trasladarnos a una ambientación que resulta exótica a pesar de estar enmarcada en España.

Paco Roca está entre los autores más reconocidos del cómic español actual. Escuchar su nombre lleva a pensar en Arrugas o El invierno del dibujante, dos de sus trabajos de más renombre. Hijos de la Alhambra es uno de los primeros tebeos del autor valenciano. Es un relato de aventuras que despliega con acierto las claves del género para ofrecer un trabajo solvente. A excepción de El juego lúgubre, Roca no había publicado una historia que llegara a las cincuenta y seis páginas con las que cuenta Hijos de la Alhambra.

Hijos de la Alhambra coge prestado su título de la expresión que utilizaba el escritor Washington Irving para referirse a los vagabundos que poblaban la fortaleza granadina. Precisamente, en Irving es donde hay que encontrar el germen no solamente para el título sino también para el argumento escrito por Paco Roca, que traslada al lector a mediados del siglo XIX, cuando se desarrolla la historia del protagonista, un artista que viaja a la Alhambra para pintarla y se encontrará allí con una misteriosa trama de asesinatos y la leyenda de un tesoro escondido por los musulmanes cuando entregaron la fortaleza. El escenario y el contexto histórico cobran igual o mayor importancia que la propia narración.

Paco Roca utiliza personajes muy reconocibles y un argumento muy sencillo, al que quizás se podría achacar cierta previsibilidad. Pero nada ensombrece la labor de un espléndido narrador que cuenta con momentos destacados especialmente en la segunda mitad del libro, pero no se encuentra entre los guiones más complejos de su autor. Eso hace que en las páginas de Hijos de la Alhambra resulte más interesante la labor de Paco Roca como dibujante. El motivo fundamental hay que encontrarlo en el elaborado trabajo para dotar de color a la obra, que es donde Roca, aunque algo primerizo, ofrece un espléndido recital visual. Luces naturales y artificiales de diferentes tonalidades componen un hermoso mosaico y se convierten en el mejor aliado para sumergirse de lleno en el ambiente y el momento histórico de este álbum. Color al margen, el dibujo de Paco Roca es sencillo, de trazo claro y limpio, y sus personajes son fácilmente identificables (tiene la estupenda cualidad de generar empatía hacia ellos ya desde el primer dibujo, sin apenas conocer su historia). Su narrativa es perfectamente legible. En conjunto, eso es lo que permite que cualquier tipo de lector pueda sentirse atraído por su trabajo.

Strip Art Features, bajo su sello Erko, publicó originalmente Les voyages d’Alexandre Icare 1: Les fils de l’Alhambra en 200. Su edición en inglés llegó a las librerías un año después, y en cuanto a la española, no se editó hasta 2007, el mismo año en el que el nombre de Paco Roca se hizo inmensamente popular gracias a Arrugas.

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