Huelva

El IES La Rábida comienza a mostrar su nueva cara

  • La reforma integral está a punto de cumplir el primer año en obras

  • El centro redistribuye su espacio y recupera antiguos techos y ventanas

Estado actual de las obras de rehabilitación del IES La Rábida.

Los trabajos de rehabilitación del IES La Rábida están cerca de cumplir su primer año y sus resultados comienzan a ser visibles. El edificio de José María Pérez Carasa, sexta sede de una institución que data de 1856, abrió por primera vez sus puertas en el curso 1933/1934. Si no hay imprevistos, volverá a hacerlo una vez concluya esta obra en profundidad en el 2022/2023.

Los alumnos regresarán a este histórico inmueble pero lo harán por un nuevo acceso, subirán por unas escaleras también a estrenar, y tomarán sus clases en unas aulas que han recuperado sus techos originales y sobre todo sus ventanas, que lucirán en toda su amplitud. Vanos que ahora enseñan unos arcos antes escondidos que permitirán la entrada de la intensa luz que caracteriza la ciudad.

El 24 de agosto del pasado año comenzaron los trabajos, que se enmarcan en el Plan de Inversiones en Infraestructuras Educativas de la Consejería de Educación y Deporte. Su presupuesto, cofinanciado por los fondos Feder, alcanza los 6,2 millones de euros. Cuando finalicen todos los trabajos necesarios para que el edificio recupere su actividad educativa –al inicio del curso 2022-2023 según las previsiones– se procederá a la construcción de un gimnasio, una labor para la que se estiman otros tres o cuatro meses.

La rehabilitación ha permitido recuperar los techos originales, más altos, y los arcos de las ventanas. La rehabilitación ha permitido recuperar los techos originales, más altos, y los arcos de las ventanas.

La rehabilitación ha permitido recuperar los techos originales, más altos, y los arcos de las ventanas. / Josué Correa (Huelva)

La delegada de Educación en Huelva, Estela Villalba, el director del centro, Juan Antonio Moreno y un nutrido grupo de profesores –algunos además exalumnos– del centro, pudieron contemplar ayer el desarrollo de esta ansiada rehabilitación con las explicaciones técnicas de Rafael Chacón, director adjunto de la empresa constructora Díaz Cubero y Eduardo Benítez, el jefe de obras.

El recorrido comenzó en el sótano, donde son visibles las cámaras de aire que se han instalado para permitir la renovación constante. La mejora de la seguridad, la habitabilidad y la accesibilidad es uno de los principales objetivos de la ejecución y poder paliar así los graves problemas de aislamiento.

El vestíbulo principal recuperará su estado original con losas de material noble en el suelo, como merece el histórico edificio y de momento, tratan de dotarlo de mayor sensación de espacio y altura. Los cambios fructifican también en lo que no se ve, se han aplicado capas de compresión de hormigón y un enforjado para proporcionar estabilidad.

Trabajos en los techos para mejorar el aislamiento. Trabajos en los techos para mejorar el aislamiento.

Trabajos en los techos para mejorar el aislamiento. / Josué Correa (Huelva)

En el IES Rábida hay matriculados hasta 1.200 alumnos actualmente recolocados, 700 de ellos en horario diurno. Encontrarán una nueva distribución de los espacios, que en el caso de las aulas sus dimensiones se reducen, se adaptan a medidas más actuales. A la par, recuperan la altura original de los techos y con ellos los arcos de las ventanas antes cegados. Aún son visibles las marcas de unos techos más bajos que escamoteaban los ornamentos superiores de las ventanas y la claridad que aportan. Del mismo modo, en otros espacios del inmueble se han redescubierto molduras escondidas antes de esta ejecución.

Los alumnos del IES La Rábida tendrán una entrada situada a la izquierda de la fachada principal y una vez hayan entrado, de frente hallarán una escalera de nueva construcción para acceder a los pisos superiores. Una planta más arriba se ha tenido que llevar a cabo una obra minuciosa ante la carencia de forjado, además de mejoras en el aislamiento entre otras medidas que proporcionen confort térmico. Por otra parte, el espacio que ocupaba la biblioteca albergará un aula para ciclos formativos.

También cambiará de función, aunque en su caso para amplificarlas, el salón de actos, que se convertirá en sala multifuncional. Su suelo, antes inclinado, está ya a ras.Un piso más arriba se sitúa el nuevo emplazamiento de la biblioteca, con sus ventanas al exterior a un lado y al otro una de enormes dimensiones desde la que se puede contemplar la mencionada sala multifuncional.

Las autoridades en el salón de actos, que se convertirá en sala multifuncional para su mejor aprovechamiento. Las autoridades en el salón de actos, que se convertirá en sala multifuncional para su mejor aprovechamiento.

Las autoridades en el salón de actos, que se convertirá en sala multifuncional para su mejor aprovechamiento. / Josué Correa (Huelva)

Las zonas superiores suponen un reto, por el delicado estado de las instalaciones, y una oportunidad, la de determinar los destinos de cada espacio. Una opción pasa por vigorizar uno de los hitos del primer instituto de la ciudad, que albergó la primera estación meteorológica de la provincia.

La primera piedra para la construcción del IES La Rábida se colocó el 21 de marzo de 1927, una fecha para la historia del instituto y de toda Huelva por ser el primero y por mucho más. Como glosó en las páginas de este periódico el profesor y profundo conocedor del instituto Juan Antonio González Márquez, el centro fue “eje vertebrador” de la provincia al aglutinar a estudiantes de las distintas comarcas a la vez que “puerta de entrada a la modernidad”.

La nómina de alumnos ilustres es prolongada, con Juan Ramón Jiménez siempre en primer lugar, Premio Nobel obliga, sin menoscabo de José Caballero, Ignacio Sánchez Mejías, Odón Betanzos, Víctor Márquez Reviriego, Jesús Hermida, Juan Carlos Castro Crespo, Juan Cobos Wilkins...y Antonia Arrobas, la primera mujer matriculada en España en la Enseñanza Media, allá por 1871.

Santo y seña de la ciudad, el inmueble comenzará una nueva etapa una vez concluya esta restauración integral tanto tiempo demandada. Sigue vigente el reto que señalaba ya en 2014 González Márquez, más bien el “imperativo histórico”, de “guardar, conservar y acrecentar este legado del que no somos dueños sino usufructuarios, para que las nuevas generaciones del porvenir puedan disfrutarlo y aprender de él, al menos como nosotros lo hemos hecho”.

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