Tras una jornada lluviosa, que marcó el inicio del primer fin de semana de marzo, el tiempo dio ayer una pequeña tregua, y aunque cayó un inesperado chaparrón al mediodía, el sol logró abrirse paso, en más de una ocasión, en el cielo de la capital onubense, ofreciendo un sábado con una temperatura agradable, que invitó a los onubenses a disfrutar del día con las distintas posibilidades que ofrece la ciudad. La lluvia volvió a hacer acto de presencia pasadas las ocho y media de la tarde.

Las medidas restrictivas de movilidad y reducción de horarios establecidas por el Gobierno andaluz están dando resultados y la reducción de las mismas permitiendo desde este viernes la apertura de bares, restaurantes y pequeños y medianos comercios hasta las nueve y media de la noche está marcando, de alguna manera, el inicio del camino a la tan deseada normalidad, recuperándose así poco a poco el ritmo propio de la actividad hostelera y comercial. Ahora impera el sentido de la responsabilidad y el cumplimiento de las medidas de seguridad para evitar que aumenten los contagios y haya que volver a endurecerlas.

La ciudad recupera la dinámica en el horario vespertino, las calles que con las restricciones de horarios estaban prácticamente vacías en las últimas horas de la tarde comienzan a cobrar vida en esta franja horaria y las zonas con establecimientos hosteleros registran una notable afluencia de personas.

Algunos ciudadanos optaron por empezar el sábado con un desayuno en las terrazas de los bares de la ciudad, que por la mañana no estuvieron tan concurridos como la noche anterior, que registraron llenos. Los onubenses estaban ávidos de bares, de tomar una copas con amigos, tapear y disfrutar de la noche, para satisfacción de los hosteleros, que durante estos meses han visto mermada su actividad con el recorte de los horarios.

La imagen de las terrazas de los bares llenas también se repitió al mediodía de ayer así como por la tarde y noche en algunos establecimientos.

Fue también una jornada de compras. El mercado del Carmen fue uno de los escenarios elegidos para ello, así como para la práctica del deporte, onubenses montaron en bicicleta y realizaron footing en el Paseo de la Ría, mientras que padres con hijos pequeños optaron por plazas y parques de la capital onubense para que los niños jugaran.