Voces de Huelva

“Haga lo que haga seguiré siendo cantaora flamenca”

  • La artista onubense pasa por el mejor momento de su carrera en plena gira con ‘Hábitat’, del que saldrá su sexto disco

  • El martes participa en la 26ª Exaltación a la Saeta de Huelva

Argentina será el martes la voz de la 26 Exaltación a la Saeta de Huelva Información en la parroquia del Sagrado Corazón. Hará un alto en su gira por todo el país con Hábitat, el espectáculo que presentó en la última Bienal de Sevilla y con el que ha vuelto a triunfar en Jerez.

Es una de las voces imprescindibles del flamenco actual y pasado mañana cantará ante su gente, como si de un Lunes Santo se tratase.

–El martes vuelve a actuar en la Exaltación a la Saeta de Huelva.

–Ésta va a ser mi tercera vez en este evento. He estado, además, en dos iglesias en las que siento algo especial, aunque no soy hermana. Una fue la Concepción, con el Nazareno, y la otra es el Polvorín, donde ya canté con Arcángel y Pepe El Marismeño, y a la que ahora vuelvo. Allí suelo cantar al Cristo de las Penas y a la Virgen del Amor cada Lunes Santo desde que empecé. Me trae buen recuerdo de mis primeras saetas, atacada de nervios; y sigo con esos nervios, porque me hago mayor y siento más responsabilidad. Soy muy exigente conmigo misma y me gusta hacer las cosas muy perfectas o, por lo menos, con la perfección que tengo en mi mente.

–Con las saetas, la perfección sale de muy dentro, es muy personal.

–No es un momento de protagonismo del artista. No se trata de cantar un fandango; está la imagen y estás tu rezándole, con esa presión de hacerlo bien por ese respeto que le tienes, por la emoción...

–Estos actos también reivindican la saeta como cante flamenco.

–Totalmente. Casi todos los cantaores han dejado grabadas saetas, de las que nosotros hoy día también aprendemos, igual que otros cantes.

–Usted siempre se ha vinculado a la pureza del cante, aunque también ha probado otros estilos últimamente.

–Respeto a todo el que le gusta hacer cosas nuevas. Es verdad que en el último disco, La vida del artista, el quinto, he querido probar el fado y el tango argentino. Pero lo importante es que hagas las cosas con conocimiento, con una base de flamenco, porque a partir de ahí puedes hacer lo que te apetezca, siempre con respeto. Siempre he respetado a todos los artistas que nos han dejado un legado. Ellos lucharon por tener un hueco, que ahora nosotros ya tenemos, y que seguimos defendiendo. Haga lo que haga, yo seguiré siendo cantaora flamenca. Lo tengo claro. El flamenco es mi vida.

–Ahora ha tenido un gran éxito en Jerez, tierra muy flamenca.

–Estoy muy contenta. Hasta los dos o tres años de hacerme profesional no fui a Jerez. He estado cinco veces. Contenta y orgullosa de estar en esa tierra bendita, porque Dios le dio todo el compás a Jerez, porque en cualquier rincón, cualquier persona, joven, niño, sabe bailar o cantar por bulerías. Es envidiable.

–Allí se respira flamenco.

–Sí, sí. Muchas veces digo que el flamenco debería escucharse en las escuelas, ya en las guarderías, de forma natural, de fondo, como escuchábamos en casa de nuestros abuelos. Y a lo mejor gusta o a lo mejor no, pero sabrán qué es el flamenco y que es nuestra música. Quiero que se tenga el conocimiento y que se defienda, nada más.

–¿Es necesaria esa educación para que no se pierda la raíz?

–Luismi [Baeza, marido y representante] suele decir que España sabe que el flamenco está ahí pero en realidad tiene un profundo desconocimiento sobre este arte, sobre nuestro arte.

–¿Quizá el flamenco sigue teniendo estigma de la marginalidad?

–Mucha gente tiene el concepto equivocado de que es algo negativo, que puede traer problemas, como de otra época, del borracho... Pero las cosas han cambiado, todo ha evolucionado, y el flamenco, igualmente. Los artistas son más profesionales que nunca, se cuidan al cien por cien porque saben que es su trabajo y que se van a dedicar toda la vida a eso.

–La dignidad de los artistas se ha labrado mucho en tablaos, peñas, que han dado supervivencia y autenticidad.

–Sobre todo autenticidad, porque el flamenco es auténtico, música de raíz rica en muchísimos cantes y, entre los cantes, en muchísimos estilos. Nunca terminas de aprender flamenco.

–La fuente es inagotable.

–El flamenco es una mezcla. Cuando se habla de flamenco puro se refiere quizá más a jondo, porque puro es algo que no se roza con nada, y en realidad el flamenco es un mestizaje de muchísimas culturas que han pasado por aquí. Yo hablo de cante jondo, y con jondo me refiero a los cantes más profundos, más serios, aunque también hay cantes más alegres. Lo bueno del flamenco es que tienes para elegir.

–¿Cree que el debate entre ortodoxia y renovación sobra o pueden convivir los dos conceptos?

–Siempre va a haber público para todos los artistas, hagan lo que hagan, aunque guste más a unos que a otros. Pero las cosas deben hacerse creyendo en dejar algo que aporte o en lo que creas realmente. Cada vez que hago un disco pienso, sobre todo, en dejar un legado de cante y de gran recorrido, en tener una discografía en la que no siempre se encuentren los mismos cantes y que haya muchos. Siempre pienso en que me tengo que superar, aprender cantes nuevos, letras nuevas e, incluso, letras actuales.

–Sería una forma de conectar con el público joven ajeno.

–Nosotros ofrecemos conferencias que están funcionando muy bien con niños de 14 a 16 años, incluso un poco más pequeños, y con gente ya adulta. Se van alucinados porque lo hacemos, además, muy ameno. A parte de enseñar el flamenco, les decimos que tengan claro lo que quieran ser, porque venimos a la vida para ser algo pero tenemos que mirarnos dentro, relajarnos y ver que servimos para algo. Y les explicamos qué es el flamenco, el tradicional y lo que sale de ahí, que hay que dejarlo claro también.

–¿Hay que aprender a apreciarlo también como adultos?

–El flamenco hay que verlo en directo, sea cante, baile o toque, y seguro que algo te gusta. Sé de mucha gente que ha venido a conciertos míos sin conocer el flamenco y me han dicho que a partir de ahora me van a seguir. Pero no se trata de seguirme a mí sino a mis compañeros, al flamenco en general.

–Ahora estamos en un gran momento artístico.

–Sobre todo en Huelva.

–Huelva está en el mapa nacional y marcando el ritmo.

–Los aficionados me lo dicen por ahí: “¡Hay que ver Huelva cómo está!”. Es una felicidad porque estábamos en stand by, apareció Arcángel y poco a poco empezó a sonar Huelva hasta que él ya dio el pelotazo y los demás seguimos su estela.

–Y más gente que viene a la estela de todos los que están arriba.

–Quiero servir de ejemplo para muchos jóvenes porque también he tenido la edad de ellos y he pasado por ahí, dudando si seguir con los estudios o dedicarme al cante.

–Usted ha sido una currante.

–Lo más importante en el flamenco, y hay que tenerlo muy claro, es que no hay que creerse nada. Hay que tener los pies en la tierra y saber que esto es poco a poco, piedra a piedra. El flamenco ha sido siempre una música de minorías porque es tan exquisita que no todo el mundo tiene el oído capacitado para apreciar este arte.

–Hay quienes han tenido la fortuna de ganar premios siendo adolescentes pero también quienes han trabajado mucho en peñas.

–Lo más importante de los concursos es que sirven para adquirir la experiencia de estar en el escenario y cantarle al público. Y si te llevas una recompensa económica, bienvenida sea para hacer un disco en el futuro o lo que sea. Pero se trata de tener experiencia, coger tablas.

–Éste es un momento espectacular para la mujer, ¿pero lo ha tenido más difícil alguna vez?

–La época de Pastora Pavón La Niña de los Peines, sí era difícil, porque creo que ella era la única. Después empezaron a venir otras artistas como Fernanda, Bernarda, La Paquera, Isabelita de Jerez, muchísimas más, pero es verdad que hoy día... Es que quizá antes, por el machismo, la mujer estaba anulada. De hecho en Rito y geografía del cante [mítica serie documental televisiva de los años 70] se ve cómo Tía Anica La Piriñaca, de Jerez de la Frontera, decía que ella había sido artista a partir de los 50 y los 60, cuando se murió su marido, y a partir de entonces pudo salir y empezar a cantar. Es muy fuerte. Yo ahora veo que tenemos más facilidades. A lo mejor puede haber hombres a quienes no les guste el cante de la mujer; lo respeto, pero no he sentido machismo sino, al revés, admiración de muchos hombres.

–Ahora está en un muy buen momento. ¿Queda mucho por hacer?

–Sí, de hecho tengo en mente varios discos porque no paro de pensar, siempre inventando algo. Hay muchos discos guardados pero, poquito a poco, cada uno tendrá su momento. El próximo es Hábitat, que no iba a ser disco porque es un espectáculo que fue diseñado para la Bienal, pero nos ha gustado tanto a todos los que formamos Argentina, Luismi [Baeza] y también mi guitarrista y productor José Quevedo Bolita, y entre los tres hemos llegado a que está muy bien y puede ser un disco en directo bonito, que puede funcionar. Es lo que tenemos en mente.

Hábitat está consagrado a los espectáculos en el escenario.

–Lo de Hábitat, que no es palabra muy flamenca, tiene su explicación. Siempre me he referido al escenario como mi hábitat natural. De pequeñita improvisaba siempre uno en mi casa, en casa de mi abuela, y le quiero rendir ahora ese homenaje al escenario, que a mí me ha dado tanto y que siempre vi como algo tan difícil de alcanzar y que al final he conseguido.

–También tiene pensado volver a un escenario a Hollywood.

–Si Dios quiere, en julio, como artista invitada, estaré haciendo El amor brujo, de Manuel de Falla, con la Filarmónica de Los Angeles en el Hollywood Bowl, con la compañía de Siudy Garrido, una bailaora venezolana.

–Ya tuvo esa experiencia hace unos años con Gustavo Dudamel.

–En 2015 lo hice con él como director. En el mundo de las orquestas me pierdo un poco pero todo el mundo hablaba tan bien de Gustavo que llegué con un miedo... y después le vi tan cercano, tan joven, sólo con uno o dos años más que yo, que le tuteaba en vez de tratarle como maestro porque él me decía que somos iguales. Fue una experiencia brutal, preciosa; cada vez que terminábamos un concierto quería celebrarlo en su casa, que fuéramos a comer. Fue una convivencia con todos preciosa, de casi quince días, maravilloso. Repetiría.

–¿Y cómo reaccionaba el público de Estados Unidos?

–El lleno estaba asegurado días antes de las cuatro funciones pero Siudy, la creadora, y también en su compañía, tenían dudas de que fuera a gustar. Yo le decía que aquello se iba a caer, y se cayó en el primer número, que ella hacía de baile libre, solo con guitarra, antes de entrar la orquesta. No se lo podían creer. Pero yo lo sabía porque allí el flamenco gusta muchísimo, y más el baile. Y aquello era espectacular, para triunfar.

–¿Para cuándo tendremos el disco de Hábitat?

–Tenemos varias grabaciones y las estamos escuchando. Lo hemos hecho en Fuenlabrada y en Granada también, y de esas dos vamos a ver qué sale. Será un disco en directo, y saldrán más cosas que grabaremos más adelante. Queremos que refleje la autenticidad, la verdad que tiene el directo.

–¿Vamos a por el Grammy?

–Ojalá. La pena es que después no tiene tanta repercusión en España un premio tan grande, como el que ha conseguido Arcángel. Eso se tiene que saber, pero es verdad que aquí en España solo hay pop y solo pop y no hay hueco para nada más.

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