Fallece Manuel Domínguez, abogado y cofrade

OBITUARIO

Fallece Manuel Domínguez, abogado y cofrade
Eduardo J. Sugrañes

16 de junio 2016 - 01:00

La noticia llegaba en la tarde de ayer. Manuel Domínguez Salcedo había fallecido a los 60 años de edad. Abogado y cofrade, natural de Sevilla y vinculado a Huelva durante muchos años, nos dejaba después de unos cuarenta días ingresado tras sufrir un ictus cuando venía de Madrid de cumplir con su trabajo en un recurso en el Tribunal Superior de Justicia. Este resultó un tiempo especialmente difícil para su familiares y amigos ,que vivieron de cerca, dentro de la discreción, estos días que tuvo ayer el peor de los desenlace.

Manuel Domínguez Salcedo era un abogado que abrió despacho en Huelva en los noventa, incluso en su primera etapa estuvo durante un periodo en suplencia de fiscal. Al igual, prestó su servicios en el departamento jurídico de la Diputación Provincial de Huelva.

Un abogado de prestigio que amplió su bufete que tenía en Huelva para trasladarse posteriormente hasta Sevilla, donde se encontraba trabajando últimamente. Como abogado de oficio, representó a Rosa del Valle, en el caso Mari Luz.

Su participación en la vida política le llevó a formar parte de la Comisión Ejecutiva Provincial del Partido Socialista en tiempos de Carlos Navarrete.

Manuel Domínguez tuvo una especial significación como cofrade, participando en la vida activa de las hermandades de Huelva. Perteneció a la Archicofradía de la Vera Cruz y Oración en el Huerto, ocupando los cargos de secretario y fiscal en las juntas de gobierno en las etapas de los hermanos mayores Diego Morón y Antonio Peña. Intervino de manera muy activa en la vuelta al culto de la imagen del Cristo de la Vera Cruz. Secretario del Consejo parroquia de la Purísima Concepción.

Estuvo vinculado también a la Hermandad del Calvario, ocupando el cargo de vicesecretario de la junta de gobierno.

Con su vuelta a Sevilla le faltó tiempo para vincularse de nuevo a su Semana Santa, participando en la Hermandad del Santo Entierro, de la que era miembro.

Manuel Domínguez Salcedo fue una persona muy peculiar, con carisma. Elegante en el vestir, hombre que cuidaba todas las formas, con fino humor y, especialmente, educado. Como abogado quienes tuvieron que solicitar sus servicios sabían de su eficacia. En lo cofrade, quienes le conocimos de cerca sabíamos que teníamos delante a un hombre con las ideas bastante claras y hacia donde deben caminar las cofradías, otra cosa es que se pueda conseguir en este mundillo tan complicado. Resultó clave su participación en el debate de los estatutos del Consejo y gracias a su clara visión de lo que había que aspirar, aquel texto fue rechazado. Participó en muchos foros y dictó numerosas conferencias, fue pregonero de la Hermandad del Cautivo. Colaborador de Huelva Información y participante activo en las tertulias cofrade El Aguaó de nuestro periódico. Defendió la presencia del Resucitado en el Consejo de Hermandades, lo que seguro se conseguirá en el nuevo curso cofrade. Dejó claro, entonces, una frase: "El mío es un Dios vivo y no muerto". Por eso hoy los que disfrutaron de la amistad de Manuel Domínguez Salcedo saben que goza de esa presencia del Dios al que buscaba. Descanse en paz.

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