“Hay que dar gracias siempre por vivir estos momentos y que los podamos vivir”. Son palabras del imaginero Luis Álvarez Duarte tras la solemne pontifical que se celebró en febrero del pasado año en honor a Nuestra Madre y Señora de los Dolores por el 50 aniversario de su bendición. El imaginero falleció ayer en Sevilla al no poder superar un ictus y deja así un incontable legado cargado de una Fe que hoy habita en los corazones de los creyentes. Álvarez Duarte deja un hueco indescriptible en la devoción de numerosos puntos del país y del extranjero gracias a la cantidad de obras religiosas que alimentan el alma de decenas de miles de personas.

En Huelva dejó un patrimonio histórico, primero con la imagen de la Virgen de los Dolores para la Hermandad de la Oración en el Huerto, que tiene su sede canónica en la parroquia de la Concepción. Hasta allí llegó en febrero de 2018 para presenciar un momento histórico, como la celebración del medio siglo de la bendición de la imagen. Unos recuerdos que fueron para él “imborrables”, según contó a Huelva Información en ese momento ya que la titular de la cofradía del Jueves Santo onubense fue la última imagen que llegaron a ver sus padres, razón por la que tenía un “cariño especial a la Virgen”.

Una manos prematuras dieron forma a esta imagen cuando él sólo tenía 16 años, y que en la bendición de la talla fue la primera vez que el imaginero se puso corbata. Al poco tiempo de presentar a la imagen, la Virgen generó un “brote de cariño fantástico y maravilloso”. Y es que la imagen no solo es “mi vida” sino la vida “de los onubenses”, señaló a este periódico.

La pérdida del imaginero coincide con el triduo de la Virgen de los Dolores, que durante los cultos permanecerá tocada con mantilla negra en señal de luto, según informó la propia hermandad onubense. Un año más tarde, en 1968, Luis Álvarez Duarte puso su sello a María Santísima de la Victoria, una de las bellísimas devociones de la capital onubense y que desata las emociones en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y cada Miércoles Santo por las calles del centro de Huelva. La hermandad del barrio del Polvorín también quiso acordarse ayer del autor del rostro de nuestra Madre de la Victoria. “Que la Santísima Virgen lo tenga en su gloria”, señalaron desde la hermandad en sus redes sociales.

La obra del imaginero se engrosa con varias tallas en el resto de la provincia onubense como es, por ejemplo, la Virgen de la Esperanza del Mar (1976) de la Hermandad de La Lanzada de Ayamonte. El legado que deja Álvarez Duarte es inmenso y es en Sevilla donde se centra una gran parte de su obra religiosa. Por sus manos han pasado tallas que ya son historia de la imaginería.

Casado y con una hija, Álvarez Duarte ha muerto a los 70 años de edad como consecuencia del ictus que le mantenía hospitalizado desde el domingo 9. Fue trasladado el pasado martes al Hospital de San Juan de Dios de Nervión, donde falleció poco antes de las 13:00. El último gesto de generosidad ha sido la donación de sus órganos.