la deriva de las protestas raciales

Estatuas por los suelos en la fobia de los antirracistas de EEUU

  • El Gobierno de España aún no se ha manifestado como hizo con su rechazo en 2018

Pintadas en el monumento a fray Junípero Serra en Palma de Mallorca.

Pintadas en el monumento a fray Junípero Serra en Palma de Mallorca. / EFE

Las protestas raciales en Estados Unidos tras la muerte del afroamericano George Floyd, bajo custodia policía el pasado 25 de mayo, han desencadenado una ola contra las estatuas de Cristóbal Colón que se extiende ahora en un odio a lo hispano, que se está llevando por delante no solo estatuas del almirante, sino de fray Junípero Serra o de los propios Reyes Católicos, e incluso hasta Cervantes.

En España esta teniendo una reacción con declaraciones como la de la presidenta del grupo parlamentario de Adelante Andalucía, María Teresa Rodríguez, que en unas declaraciones apoyó desmantelar las estatuas de Colón y también de otros que “sacaban sus fortunas del tráfico”. Unas declaraciones realizadas en el contexto de las manifestaciones antirracistas ante el monumento a Colón de Barcelona, que promulgaban la retirada de la estatua a propuesta de Catalunya en Común Podemos.

Más recientemente le ha tocado a la estatua de fray Junípero Serra en Palma de Mallorca, donde apareció con pintadas tras las declaraciones de la concejal de Unidas Podemos del Ayuntamiento de Palma, responsable de Justicia Social, Feminismo y LGTBI, Sonia Vivas, que afirmaba en su cuenta de twittrer que “las ciudades hablan mediante los nombres de sus calles, monumentos y estatuas. Cuentan una historia política de élites y oligarquías. Los habitantes toman la palabra en San Francisco y tira la estatua de Junípero Serra. En Palma, pacíficamente, debería ser igual”.

La ola del vandalismo contra las estatuas que promueven los antirracistas se fijan ahora en la de los propios presidentes de los Estados Unidos. Es el caso de la estatua ecuestre del presidente Andrew Jackson, al que le habían colocado una soga al cuello para derribarlo, lo que se evitó con la llegada de la policía.

Esto ha movido al presidente norteamericano Donald Trump a declarar que se van a tomar medidas más severas contra quienes atente contra placa o monumentos en propiedad pública dedicada a cualquier persona de las Fuerzas Armadas. Una ley ya aprobada en 2003 que puede llevar a penas de hasta 10 años de cárcel y que ahora la Casa Blanca pretende ampliar al resto de monumentos.

Trump ha declarado que “queremos largas penas de cárcel para estos vándalos, matones, anarquistas, agitadores, llámenles como quieran, son mala gente, no aman a nuestro país, pero no voy a permitir que tumben nuestros monumentos, eso que quede claro”.

Esta situación que ha puesto el foco en lo hispano no es nada nuevo. Hay otros antecedentes como la retirada el 10 de noviembre de 2018 de una estatua de Colón en Los Ángeles o el debate surgido entonces en otras ciudades como en Nueva York, donde al final una comisión de expertos decidió mantenerla en Columbus Circle.

En ese contexto, el Gobierno de España se pronunció el 12 de noviembre de 2018 mostrándose “preocupado por la situación del legado español” en Estados Unidos y afirmaba entonces -según recogía Europa Press- que mantenían movilizados en su defensa tanto a la embajada española en Washington como a los Consulados repartido por el país y a instituciones como la Fundación Consejo España-Estados Unidos, la Casa de América, el Instituto Cervantes y la Fundación Carlona.

Así lo explicaba el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez en respuesta a una pregunta parlamentaria que planteó el portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Fernando Maura, quien llevaba varios meses alertando del crecimiento de “la leyenda negra” sobre España en Estados Unidos y pidiendo al Ejecutivo que tome cartas en el asunto.

Maura pretendía recabar la opinión del Gobierno sobre episodios como la retirada de estatuas, la tendencia a renombrar y revisar la celebración del 12 de octubre o el cuestionamiento de figuras como fray Junípero Serra.

El departamento de Exteriores que dirigía en 2018 Jospe Borrell, le contestó a Fernando Maura que confiaban en que las manifestaciones de rechazo hacia el legado español en algunas partes de Estados Unidos, “sean algo aislado y pasajero” y que “no sirvan para fines políticos”.

Desde Exteriores se dijo que España ha dedicado, y seguirá dedicando, un “gran esfuerzo” para difundir y dar “un mayor y más correcto conocimiento” del “valioso” legado histórico en Estados Unidos, “cuya historia no sería comprensible sin la aportación de España”.

El Gobierno remarcaba que los cónsules generales en San Francisco y Los Ángeles “han sido y van a seguir siendo igualmente activos” en la defensa del legado español “ante las autoridades estatales, locales, medios de comunicación y universidades de California y los otros estados del oeste y suroeste a donde se extienden sus demarcaciones consulares”.

La situación actual ha desbordado aquellas acciones de vandalismo contras la estatuas con simbolismo hispano, mientras que ahora el Gobierno de España en el que cohabitan el PSOE y Podemos no se ha pronunciado al respecto.

Otras fuerzas políticas sí lo han hecho, como es el caso de la Consejera del Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, que el pasado domingo declaraba en La Rábida que “intentar destruir la figura de Colón y el Descubrimiento es una actitud guiada solamente por el odio y el desconocimiento; y eso no casa con la Cultura, que es un espacio de convivencia y de paz, un instrumento multiplicador de la riqueza de nuestra tierra”.

Mientras que el diputado nacional por Huelva de Vox, Tomás Fernández Ríos, ha formulado una pregunta al Gobierno de España en la que interesa saber si este va “a rechazar públicamente las declaraciones de Teresa Rodríguez, así como a condenar los ataques que en otras partes del mundo están sufriendo los monumentos erigidos a una figura tan emblemática en la historia de España y de la provincia de Huelva, como es la del almirante Cristóbal Colón”.

A escala local y provincial, todas las instituciones onubenses han mostrado su rechazo al vandalismo contra los monumentos a Colón.

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