Lo poco que queda de la Térmica, la central de producción de energía eléctrica en la Punta del Sebo que provocó hace años encendidas manifestaciones de protesta en la capital onubense, pasarán a la historia el próximo mes de octubre. Según señalaron a Huelva Información fuentes de Endesa, será entonces cuando se culminen los trabajos de demolición que se llevan a cabo en sus instalaciones y que dejarán con una única instalación la presencia de la energética en dicha zona. Más de 1,7 millones de euros darán como resultado una parcela más despejada que permitirá una visión más amable de una de las entradas a la ciudad.

La central Cristóbal Colón de Endesa, inaugurada en 1961, cuenta en la actualidad con una capacidad de producir 398 megavatios de energía, con el grupo IV de tipo ciclo combinado, cuya entrada en explotación tuvo lugar en noviembre de 2006. Endesa tiene en marcha la demolición de los otros tres grupos que componen la central Cristóbal Colón, unos trabajos que marchan a buen ritmo, cumpliendo siempre con la normativa medioambiental.

Obreros en las labores de construcción de la obra en 1961.

Para los trabajos, se utiliza una maquinaria especial: una retroexcavadora con alcance de más de 40 metros de altura, lo que mejora la seguridad de los trabajos y permite un rendimiento muy superior al normal en este tipo de proyectos. Junto a esta retroexcavadora, existen varias máquinas de menor potencia para ir desguazando y separando los residuos generados.

Endesa sustituyó en 2006 los tres grupos térmicos de ciclo convencional de la central Cristóbal Colón por un ciclo combinado de 397,8 MW de potencia, que utiliza el gas natural como combustible y que supone un modelo de generación más eficiente. En ese contexto, según fuentes de la empresa “se hacía innecesario mantener las antiguas instalaciones, por lo que se puso en marcha su desmantelamiento”.

Imagen de lo que queda de una de las turbinas originales.

Las instalaciones afectadas por las labores de demolición son los tres grupos que formaban la antigua Central Térmica de Cristóbal Colon y se llevan a cabo en dos fases. En una primera fase de desmantelaron los elementos exteriores, como calderas, chimeneas y los silos de carbón. En la segunda fase, que se acomete en la actualidad, se dejarán eliminados, hasta la cota del terreno, todas las instalaciones y edificaciones que forman parte de esta antigua central y que no son compartidas por las instalaciones actuales de la Cristóbal Colón. Están en fase de desmantelamiento y demolición, por tanto, la nave principal o edificio de turbinas, las antiguas oficinas de la Central, el almacén de equipos pesados, antiguos barracones fuera de usos o los aparcamientos, así como tuberías y equipos pertenecientes a la antigua Central.

Obras en el solar que ahora se pretende que regrese a su estado original.

La inversión global que ha contemplado la empresa para la totalidad de dichos trabajos, es de 1,73 millones de euros. Endesa prevé finalizar los trabajos de desmantelamiento a finales de octubre de 2019; no obstante, una vez finalizados, es probable se realicen algunas obras complementarias que mejoren el aspecto de la parcela y a su vez la hagan más segura e integrada en el paisaje. Una vez finalizado el desmantelamiento, la parcela que ocupan estos tres grupos de la central, según Endesa “quedará completamente diáfana, minimizando el impacto visual de las instalaciones”.

Las primeras paredes de los edificios se levantaron en 1959 y costaron 2 millones de pesetas.

Las obras de la central comenzaron en 1959 con un presupuesto de 2 millones de pesetas. Tras la conclusión de las obras para las que se edificaron hasta 64 viviendas en la avenida Muñoz de Vargas para acoger a los trabajadores, se compró mediante un crédito de 9,4 millones de dólares, la instalación del primer turbogenerador del grupo. La central aportó hasta 6,2 millones de megavatios por hora. En 1996 se cambió su alimentación al gas natural y en 2004 se iniciaron las obras del ciclo combinado que finalizaron dos años después y que ahora se ha puesto fin a la existencia de los grupos térmicos con una demolición que cambiará definitivamente la fachada de acceso a la capital.