"Encontraremos antes vida microscópica en el Universo que vida inteligente"

Juan Pérez Mercader aparcó la semana pasada su trabajo en Estados Unidos para regresar por unos días a la tierra de su infancia y juventud. El jueves pronunció una conferencia en el congreso médico Neumosur pero ha reservado tiempo para reencontrarse con los amigos y hablar de su pasión por la investigación científica.

-¿Qué investiga actualmente?

-Estoy en excedencia del CSIC. Llevo unos años en la Universidad de Harvard, trabajando en un proyecto sobre el origen de la vida, The Harvard Origins Life Initiative, en el que tratamos de entender por qué existe vida en la Tierra, a dónde potencialmente podría ir, por qué tiene las características que tiene y si es posible que exista en otros lugares del Universo. Es una iniciativa compuesta de unos 30 grupos, y uno de ellos lo lidero yo, estudiando las propiedades de los sistemas vivos para tratar de entender, de alguna manera, cómo se generan sistemas que son capaces de replicarse, adaptarse al entorno y manejar información.

-Tratan entonces de buscar la génesis primero en la Tierra.

-Todo es parte. La razón por la que quieres entender qué es la vida es porque con un solo ejemplo de un fenómeno, el método científico no te permite hacer mucho. Y en la biología es bastante más complicado. La biología todavía es una de las grandes fronteras de la ciencia. Estamos viendo unos avances espectaculares, algunos de ellos en los últimos 5 años, pero a pesar de ello estamos muy lejos de tener un conocimiento comparable al que tenemos del Universo y la física.

-Digamos que para saber qué buscar fuera hay que saber comprender qué tenemos dentro.

-Eso es algo que yo solía decir: salir de la Tierra para conocer nuestros orígenes. Tienes que saber lo que hay fuera para compararlo con lo que hay aquí dentro para así, de alguna manera, ser capaz de inferir el meollo.

-En Marte se está trabajando con Curiosity en este sentido.

-Curiosity, o Mars Science Laboratory, es una suite enorme de instrumentos en un rover que estudia muchísimas de las condiciones físicas que existen hoy en día y trata de, comparándolas con las de la Tierra, inferir cuál fue la historia del planeta y si tuvo posibilidad de que emergiese vida. Curiosity es un gran laboratorio y España tiene dos instrumentos muy interesantes ahí: el Rover Environmental Monitoring Station (REMS), que nos trajimos al Centro de Astrobiología, y una antena de telecomunicaciones. La gente que está haciendo la ciencia de los instrumentos con REMS ha sido capaz de probar indirectamente la presencia de agua líquida en la superficie de Marte. Eso es muy importante y muy interesante porque nos ha dado un paso más en la dirección de pensar que puede existir vida, incluso hoy en día, en Marte. Probablemente, si existe vida no esté en la superficie y esté en el subsuelo. Vamos siguiendo el agua, vamos siguiendo el carbono. Pensamos que si hubo vida en Marte quizá fue parecida a la de la Tierra y por tanto basada en el carbono. Para eso, desde España en particular, y de forma muy intensa desde el Centro de Astrobiología, se están preparando instrumentos que son capaces de detectar la presencia de componentes de química compleja asociada al carbono en la superficie de Marte o en el subsuelo.

-Ahí tuvo mucho que ver el trabajo hecho en Riotinto.

-Lo que se hizo en Riotinto por supuesto tiene importancia, y así hay que verlo y ponerlo en contexto. El río Tinto te provee con un sistema análogo a lo que podría haber existido en Marte. Marte es rojo porque tiene una cantidad enorme de hierro oxidado en su superficie, y en el río Tinto existe una cantidad importante de hierro que lo utilizan los seres vivos como una de sus fuentes principales de energía. En Marte podría haber habido cantidades importantes de agua líquida en la superficie, pero hay una cantidad de hierro importante; y la vida, por lo que vemos en la Tierra, trata de sacar energía química de los materiales que hay fácilmente accesibles a su alrededor. Al igual que en el río Tinto, donde hay sistemas vivos que utilizan ese hierro disponible, y se han inventado la manera de utilizar el azufre, el oxígeno, el ácido sulfúrico, etc. para sobrevivir y mantenerse, es posible que en Marte haya ocurrido igual.

-En septiembre pasado se confirmó la existencia de agua salada en la superficie.

-Sabemos desde los años 40 que hay una cantidad importante de hielo de agua en los polos de Marte. Que había agua no era un misterio para nadie. Incluso hay un poquito en la atmósfera, y en los años 70 conseguimos ver indicios moleculares. Después hemos empezado a ver imágenes en detalle de la superficie. La erosión conduce a pensar que habría habido cantidades importantes en estado líquido por la superficie. Porque para mover tal cantidad de terreno -como el Valles Marineris, que es un cañón tan largo como Europa entera- ahí ha tenido que ocurrir un evento catastrófico enorme... con agua. Pero una cosa es hacer esas estimaciones y ver que los números cuadran y otra cosa es verla. No la hemos detectado pero sí hemos visto muchísimos rastros del crimen. Hemos visto, y esto es lo importante del año pasado, que hay una especie de ciclo del agua. Hoy en día sabemos que el rover va midiendo radiaciones, humedad y temperaturas y se ve que hay una correlación que indica que debe haber gotitas de agua en la superficie de Marte por las noches. También hemos escarbado en el suelo, la Phoenix en 2008, y se encontró hielo de agua. Pero quisiéramos ver agua líquida. La razón por la que hay esa necesidad es que en los sistemas vivos es el medio en el cual se transmite información química fácilmente sin distorsionarla.

-¿Será clave dentro de 20 años la misión tripulada a Marte?

-Yo ahí tengo otro punto de vista. Creo que hay que explorar Marte exhaustivamente con robots; enfatizo: exhaustivamente, con robots. ¿Por qué? Porque no queremos contaminar Marte con lo que nosotros llevemos allí; si lo contaminamos, vamos a detectar vida, seguro, pero la propia. Marte, junto con otros cuerpos del Sistema Solar, tiene un mensaje importantísimo respecto al pasado de nuestro planeta. Nosotros queremos entender nuestro futuro, y solamente se puede predecir en cierto modo si somos capaces de conocer nuestra historia. Marte contiene la historia del Sistema Solar, no tocada por el hombre, por lo menos. Por eso es muy importante que detectemos y entendamos muy bien lo que pasó en Marte antes de que lleguemos los seres humanos y lo contaminemos. Porque encierra las claves para nuestro futuro.

-Se perdería entonces una gran oportunidad.

-Una oportunidad de entender nuestro futuro. Por supuesto, en algún momento iremos. Porque la exploración es parte de nuestro bagaje genético. Muchos de los marineros de nuestra tierra, de Lepe, Palos, Moguer, que embarcaron con Cristóbal Colón, a lo mejor no tenían intereses exploratorios, pero los seres humanos llevamos en nuestro ADN la ansiedad de conocer. Conocer el entorno, buscar más allá de la Tierra, es una manera de expandir la consciencia humana, y eso te lleva a la necesidad de moverte a otros horizontes. Y en algún momento, ya se acerca, Marte es un nuevo horizonte. Pero tenemos que tener cuidado de que la pasión colonizadora y exploradora no nos fastidie otro deber, tan importante o más, que tenemos, que es conocer las claves de hacia dónde va el planeta y cómo se puede comparar con Marte.

-En China se construye un radiotelescopio mayor que el de Arecibo, en una apuesta más por la búsqueda de vida inteligente extraterrestre. ¿Vamos a encontrarla antes que la microscópica?

-Creo que vamos a encontrar primero vida microscópica en algún sitio antes que vida inteligente. Es más fácil buscar vida inteligente utilizando sistemas de radio, aparentemente, pero es muy difícil después escudriñar esas señales si no sabemos realmente qué andamos buscando. Si tuviésemos alguna pista de qué buscamos, otro gallo cantaría. No obstante, la aplicación de las nuevas tecnologías que están apareciendo va a ir en la dirección de utilizarlas para conocer bien la genómica -cuál es el lenguaje de los genes y particularmente el mal llamado ADN basura- y también van a tener aplicación en la búsqueda de la encriptación de las señales que recibimos del espacio. Pero primero tendremos que recibir algunas señales. Creo que va a acabar ocurriendo pero antes encontraremos vida.