La Federación Onubense de Empresarios (FOE) y la Cámara de Comercio y coinciden en alertar sobre el aumento de los costes energéticos como una de las amenazas más serias a las que se enfrentan las empresas en los próximos meses. En declaraciones a Huelva Información, sus máximos responsables ponen sobre la mesa iniciativas que ayuden a las entidades a sobrevivir y advierten que de no tomarse de manera urgente, muchas de ellas estarían abocadas al cierre.

José Luis García-Palacios, presidente de la FOE, aseguró que “el coste energético para las empresas en España incluso a nivel provincial ha sido un elemento diferenciador de manera negativa por el sobrecoste que supone como un factor de competitividad con respecto a otras economías, incluso dentro de la provincia. Siempre se ha dicho que nuestras industrias tienen un sobrecoste, recuerdo una cifra que se ha dicho en repetidas ocasiones en la FOE refiriéndose a la Sierra por la falta de conducciones de gas natural de hasta el 30%, frente a otras que tienen abastecimiento en otras provincias”.

Por ello, “el elevadísimo coste, no ahora con casi 700 euros el megavatio, sino a lo largo de estos últimos años, es completamente inasumible para las empresas. Pero si añadimos a eso el incremento de los costes laborales o tributarios y de otra índole como puede ser el precio de los combustibles y el transporte derivados de la invasión de Ucrania. Con todo lo que llevamos acumulado, es impensable que se puede tener una percepción de que la tendencia de quienes dirigen el país están al lado de las empresas”.García-Palacios apuntó a que “hay que tener en la memoria que sólo el incremento de los costes laborales, han supuesto con la subida del Salario Mínimo Interprofesional, superior al 30%, lo que va en contra de la estabilidad laboral, además de la viabilidad de las propias empresas”.

A su juicio “hay un desenfoque de este tipo de políticas que viene originado porque hace 30 o 40 años, se tomó una decisión de desmantelamiento de las centrales nucleares. Tenemos que recordar que las pocas que hay todavía tienen un currículo extraordinario, en seguridad y en abastecimiento de una energía absolutamente limpia y respetuosa con el medio ambiente y sobre todo con dos cuestiones esenciales: la seguridad y la fiabilidad, es decir la producción de una energía barata y fiable. Esto contrasta con la actitud de los distintos gobiernos que ha tenido España y que han abrazado el lema de nuclear no . El 30% de la energía que consumimos procede de Francia y sus centrales nucleares”.

José Lus García-Palacios y Daniel Toscano.

Por todo ello, desde la FOE se aplaude “la consideración por parte de la Unión Europea en tildar de verde a la energía nuclear. Creo que está demostrado que cuestiones más ideológicas que técnicas y científicas nos han hecho desviarnos del camino correcto y propiciar al mismo tiempo que países en vías de desarrollo tengan una mejor oportunidad, incluso mejor de la que tuvimos nosotros que nos basamos en quemar carbón y combustibles fósiles. Es cierto que los costes energéticos van a condicionar la viabilidad de muchas empresas, lo que puede llevar a la desaparición de miles o decenas de miles de puestos de trabajo”.Para García-Palacios “hay que tomarse muy en serio el coste energético, que va más allá de un dato estadístico. Se trata de la generación eléctrica basada en energías renovables, pero no hay capacidad suficiente para generar energía en todo el planeta. Hay que ir al mix energético, conseguir una fuente de energía, segura, limpia sostenible y fiable y eso sólo lo da la nuclear, lo que haría que no estuviéramos pendientes de las subidas de los últimos tiempos”.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio, Daniel Toscano, aseguró que la situación actual “viene debida de la falta de valentía que los distintos gobiernos han mantenido, entre los que el perfil cortoplacista ha marcado la política. Hay que desvincular el coste energético del coste del gas y encontrar un nuevo modelo, ser valientes y alcanzar un pacto general por la energía que es la única solución para poder hacer una ley energética firme y duradera que de estabilidad tanto a las empresas suministradoras, como a las que reciben esos suministros. Es un hito muy importante que el gobierno de España tiene que tener el valor de afrontar. Es una de las grandes problemáticas que no encontramos la totalidad de las empresas españolas”.

Para Toscano “este incremento desproporcionado del coste de la energía provoca que sea inviable la generación de productos y servicios de muchas de las empresas, por lo que conllevará la desaparición de muchos puestos de trabajo, por lo que hay que dar un paso adelante en la búsqueda del pacto de la energía, menos costes asumibles con un nuevo modelo para gestionarlos de una empresa de forma real y asumible que conlleve el aumento de competitividad en un mundo global”.