Cultura protege los 16 molinos mareales como seña de identidad

La Junta inscribe los ingenios existentes en la costa de Huelva en el Catálogo General de Patrimonio Andaluz · Son un referente patrimonial de una forma de ocupación humana en territorio hostil

Molino de Tamujar Grande, en Pozo del Camino, convertido en Centro de Interpretación del Patrimonio Natural y Cultural de las Marismas.
Molino de Tamujar Grande, en Pozo del Camino, convertido en Centro de Interpretación del Patrimonio Natural y Cultural de las Marismas.
Eduardo J. Sugrañes / Huelva

11 de julio 2010 - 01:00

En la provincia de Huelva existen 16 molinos mareales, son los de San Diego, El Pintado, de Eizaguirre y del Molinito, en Ayamonte; los de Tamujar Grande y Placerón, en Isla Cristina y Ayamonte, respectivamente; los de las Compuertas, del Gazapo y Molino Chico, en Isla Cristina; la Higuera, de Valletaray y de la Barca, en Lepe; el de Legrete, en Cartaya; el de Cojillas, en Aljaraque; el de Peguerillas, en Gibraleón, y el de Neptuno, en Moguer.

Los molinos mareales son exponentes de los procesos de antropización y aprovechamientos vinculados al medio natural de la marisma, con significativos valores históricos, etnológicos, simbólicos, arqueológicos, arquitectónicos, territoriales y paisajísticos. Comienzan a construirse y a funcionar desde el siglo XV, perdurando hasta las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo XX, según datos recabados en el expediente de Cultura sobre Los Molinos Mareales del Litoral de Huelva. La ubicación de los molinos, alejados de las poblaciones, supone simbólicamente una forma de ocupación humana en un territorio hostil, marcado socialmente por la inaccesibilidad y la insalubridad. Actualmente son un referente patrimonial identificador de la marisma litoral onubense, como ocurre con otras zonas del litoral atlántico donde se ha constatado su presencia, desde Cádiz hasta la ciudad portuguesa de Faro. Estos inmuebles han configurado el paisaje y el territorio de la marisma, adaptando el terreno a las necesidades constructivas y buscando las mejores condiciones en el medio para la captación y almacenamiento de las aguas.

Los molinos mareales en general, incluyendo por tanto los del litoral onubense, fueron ingenios que hace ya más de un siglo quedaron obsoletos ante el avance de la ciencia y de la tecnología; desde entonces, su abandono, exceptuando en el mejor de los casos la reutilización de los edificios para otros fines, ha provocado su irreversible degradación arquitectónica y, en la mayoría de los casos, su práctica desaparición física.

Este hecho se ha visto agravado por su obligada ubicación en un medio muy inestable, como es el medio costero, donde los dinámicos procesos climatológicos, hidrológicos, geomorfológicos y biológicos provocan constantes cambios en su fisonomía; este hecho ha agravado el abandono sufrido por la obsolescencia tecnológica, de tal forma que en los casos en los que no han desaparecido físicamente han sufrido la destrucción y pérdida de la mayor parte de sus elementos distintivos, tanto arquitectónicos como mecánicos. Ahora la Consejería de Cultura ha inscrito a los molinos mareales del litoral onubense en el Catálogo General del Patrimonio Andaluz como bienes inmuebles de catalogación general de manera colectiva.

En la actualidad existe una Asociación de Amigos de los Molinos Mareales del Litoral Onubense creada en Ayamonte a finales de 1996, a raíz del estudio e inventario que realizó la Escuela Taller Guadiana acerca de los molinos mareales del litoral ayamontino. Uno de los objetivos que se propuso fue la restauración y rehabilitación del Molino Mareal de El Pintado de Ayamonte. Es el molino mareal más singular, el de mayor dimensión -conocida- y el mejor conservado y documentado del litoral onubense.

En 1996 se abrió como lugar de interpretación del hombre y la marisma el molino del estero de Tamujar Grande en Pozo del Camino dentro del programa InterregI Huelva-Algarve. A pesar de su indudable interés se encuentra en un estado de semiabandono, tanto sus elementos arquitectónicos como interpretativos.

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