Huelva

Coordinadores Covid. Docentes en primera línea frente al virus

  • Los profesionales acusan la carga burocrática, la disponibilidad horaria constante además de las horas de docencia presencial y ‘on line’

Un aula vacía con la obligada separación entre mesas.

Un aula vacía con la obligada separación entre mesas. / Miguel Ángel González

La lucha contra la pandemia se libra desde varios frentes y en los centros educativos los coordinadores Covid se sitúan en primera línea. Como estableció la Consejería de Educación en sus instrucciones para este curso, conjuntamente con la de Salud y Familias, es la persona desginada en cada centro con las funciones de comunicación y coordinación con los referentes sanitarios y, en su caso, con los servicios de Epidemiología.

Esta nueva figura encabeza un equipo Covid integrado también, entre otros, y según el centro, por un miembro del equipo directivo de cada centro. Son muchos los casos en los que el director del centro ha asumido también está función al tener menos horas de clase asignadas. En el baremo establecido, la reducción es de un máximo de siete horas. Se trata de un margen que, para los profesionales, se queda corto. Huelva Información ha recabado los testimonios de nueve coordinadores Covid de centros de diferentes comarcas, número de alumnos y etapas educativas de Huelva.

Han gestionado contagios en entornos muy dispares pero comparten una alta satisfacción con la labor de los sanitarios de enlace que les han asignado. Por contra, otro elemento en el que coinciden es en el elevado estrés que sufren debido a que en muchos casos deben duplicar sus esfuerzos docentes por la vía presencial y la telemática, para atender a aquellos alumnos que han sido confinados. Otro problema añadido es el de los docentes contagiados, cuyas horas normalmente el claustro se reparten entre el claustro. En Huelva, Educación ha incrementado con 509 docentes las plantillas para este curso.

La presencialidad ha sido desde primera hora el objetivo tanto para la Administración, los centros y las familias. Tras un primer trimestre de contención, la tercera ola de la pandemia ha llegado con una virulencia inusitada a la provincia de Huelva. Los centros reivindican que son seguros y que la gran mayoría de los contagios tienen un origen externo. A los colegios e institutos cada vez les cuesta más abstraerse de lo que pasa fuera y los coordinadores comienzan a no dar abasto entre las clases, la burocracia que genera cada caso, la información a las familias más la coordinación con Salud. Como manifiestan algunos de ellos, su labor no tiene horario frente a, por ejemplo, las enfermeras de enlace que sí trabajan con turnos.En la actualidad, hay 43 aulas y nueve centros cerrados en la provincia según la última actualización de la Consejería de Salud.

María Zamorano / CEIP Ángel Pérez (Isla Cristina): “Las enfermeras tienen turnos pero el coordinador está las 24 horas”

A María Zamorano le ha tocado lidiar con la pandemia en un centro de Isla Cristina, un municipio fuertemente azotado por una alta incidencia donde se han cerrado dos centros y tanto el Ayuntamiento como la comunidad educativa han solicitado a la Junta la clausura temporal de todos los de la localidad. El CEIP Ángel Pérez ha sido uno de ellos, aunque se le ha denegado, y ha sufrido cierres de aulas en pocas semanas de diferencia además de parte del comedor. Los contagios han afectado al alumnado, a docentes y a monitores del comedor.

Zamorano echa en falta un mayor reconocimiento a la labor de los coordinadores ya que, explica, “los enfermeros de enlace tienen turnos pero el coordinador está las 24 horas, en mi centro se han producido los cierres de clase en fin de semana y he dedicado el domingo a avisar a las familias”. A esto se suma la tarea de seguir atendiendo a los alumnos confinados. Zamorano alaba la tarea de los sanitarios, que “funcionan genial” y destaca la concienciación de las familias salvo alguna excepción. En cuanto a los chavales, “ni en el mejor de los sueños pensamos que se adaptarían como lo han hecho”, concluye.

Mónica Navarrete / IES Fuentejuncal (Aljaraque): “Necesitamos más personal en función del tamaño del centro”

Mónica Navarrete cuenta con el máximo de horas para dedicar a su labor de coordinadora Covid, siete, pero “no son suficientes”, asegura, a la vez que agradece la enorme ayuda que recibe de sus compañeros y del equipo directivo de su instituto. Pero “el centro es muy grande” por lo que reivindica “más personal para coordinar en función del tamaño”. Como profesora que es, imparte su docencia y cuando suena el teléfono “mis alumnos saben que tengo que atender y al final las clases se resienten”.

En el IES Fuentejuncal no han tenido que cerrar ningún aula entera hasta el momento, se dio algún positivo antes de Navidad pero “el grueso se está produciendo a la vuelta”, en paralelo al contexto actual. Para Navarrete, “el protocolo Covid mejoraría directamente bajando ratios y además, nos falta espacio físico”. La coordinadora señala que el centro tiene muchos alumnos “y la inmensa mayoría lo hace bien”, los alumnos aguantan las mascarillas y el frío y las familias colaboran. El instituto va por su tercera enfermera de enlace, un personal del que alaba “su total disponibilidad” en todo momento.

Miguel Ángel Vázquez / Adersa 1 (Fuenteheridos, La Nava, Valdelarco y Castaño de Robledo): “Aunque parezca mentira, los centros son súper seguros”

Miguel Ángel Vázquez dirige este colegio formado por tres centros que cubren a cuatro localidades de la Sierra. “A pesar de ser más chico, las medidas se calcan”, explica Miguel Ángel. Protocolos por los que, asegura, “aunque parezca mentira los centros son súper seguros, cuando salta un caso salen los contactos estrechos de fuera”. “El primer quebradero de cabeza fue la limpieza”, ya que ésta debe repetirse en cambios de aulas y baños a lo largo de la mañana, un aspecto para el que necesitaba la ayuda de cuatro ayuntamientos.

Solventada esta cuestión, llegó la sanitaria y aunque se le habían asignado dos enfermeras de enlace porque los municipios pertenecen a dos áreas, se han centralizado las cuatro sedes en la sanitaria del distrito de Aracena. El centro de Castaño fue el primero de la Sierra en cerrarse por la incidencia, ya en septiembre. Hasta ahora se han producido contagios de seis chavales y un maestro. La adaptación de los niños a las nuevas medidas ha sido “ejemplar” según la experiencia de Miguel Ángel, que valora también la actitud de las familias, que deben estar vigilantes porque a veces “somos un poco guardería”.

Juan Diego Sandia / Diocesano Sagrado Corazón de Jesús (Huelva): “Las medidas se llevan muy a rajatabla, con esto no se juega”

Juan Diego es el coordinador Covid de un centro que acoge alumnos desde Infantil a Bachillerato pasando por ciclos formativos. Escolares que están “mejor adaptados que nosotros, es increíble”, aunque admite que en el caso de los adolescentes “hay que estar más encima de ellos, pero se consigue. En esto no hemos sido flexibles porque estamos bien apoyados, no es una norma interna y ven que con esto no se juega. Con excepciones, se lleva a rajatabla”. Al principio del curso sufrieron el cierre de algún aula y tras los PCR a los contactos de la clase salieron todos negativos.

“Vamos aprendiendo todos”, entre otras cosas, asegura Juan Diego, que “los centros son seguros. Las familias “progresan adecuadamente” en una situación “que es nueva para todos” pero de la que deben concienciarse para informar lo antes posible “y no llevarlo al médico” . El centro ha implantado también las tutorías telemáticas con los padres. Alaba la fluidez en la comunicación con la enfermera de enlace, en su caso perteneciente al centro de salud del Torrejón. “Al fin y al cabo”, concluye Juan Diego, “lo que hay que aplicar es el sentido común”.

Inmaculada Núñez / CEIP José Oliva (Huelva): “Estamos de guardia todos los días a todas horas”

Inmaculada Núñez dirige este centro de Infantil y Primaria y además asume las funciones de coordinadora Covid. La incidencia ha sido baja en todo el primer trimestre “con sólo seis casos confirmados”, señala. “Los alumnos hacen un caso tremendo, no se quitan la mascarilla”, señala Inmaculada, que muestra su agradecimiento a las familias porque “su colaboración es total, algunas con síntomas se han aislado y si después han dado positivo, al no haber venido el alumno facilitan mucho las cosas”.

Su enfermera de enlace pertenece al centro del Molino y “responde de maravilla, con rapidez y en contacto continuo”. Inmaculada señala que los coordinadores están “muy cansados” porque, explica, su labor se desarrolla “todos los días, a todas horas, sin nada a cambio” mientras “los sanitarios tienen turnos, pero nostros no, estamos pidiendo que tengan consideración”, concluye.

Ruth Calzado / IES La Arboleda (Lepe): “El tándem formado por la sanitaria de enlace y el centro funciona”

Ruth Calzado es docente y también técnico en prevención. Ha diseñado procedimientos específicos para la cafetería, para el laboratorio, la biblioteca y así hasta veinte. Es la coordinadora de un centro grande donde se ha producido una alta incidencia, tanta que su actividad presencial ha sido clausurada hasta el próximo miércoles. Los confinados han llegado a 650 así que Calzado emplea una tabla de Excel para llevar el control.

La coordinadora de este instituto considera insuficiente el contacto con Educación, ya que afirma que sólo se ha producido una reunión conjunta virtual en octubre con más de cien coordinadores en la que no se admitieron ruegos y preguntas. “A la enfermera, todos los días me levanto y la llamo, el tándem entre enfermera y centro funciona, hay muy buena voluntad por los dos lados”, apunta, y añade que “la mayoría de las familias son un encanto, son responsables excepto algunas, son pocas pero pueden hacer mucho daño”. Tras un primer trimestre de intensa experiencia, concluye que el 95% de los contagios viene de fuera del centro.

Felicitas Sáenz / CEIP Pedro de Lope (La Redondela): “Es cuestión de los que estamos involucrados, hacemos que funcione”

Los alumnos, las familias, los docentes y las enfermeras de enlace son los ejes sobre los que pivota la lucha para frenar los contagios en los centros. “Al final es cuestión de los que estamos involucrados, los que lo llevamos, somos los que hacemos que funcione”, afirma convencida Felicitas Sáenz, coordinadora Covid del CEIP Pedro de Lope. En este centro se han registrado varios positivos a lo largo del primer trimestre aunque lo peor fue la última semana antes de Navidad, cuando se produjo el cierre de un aula. “Todos tenemos que echarnos una mano”, advierte Felicitas.

En este sentido, destaca que los alumnos están “estupendamente adaptados, dan más guerra en la ESO –en el centro se cursa también 1º y 2º de esa etapa–”, las familias “han respondido muy bien y dan la información muy pronto, por prudencia” y la enfermera, de un centro de Isla Cristina, “es estupenda, manda whatsapp incluso fuera de su horario”. Felicitas defiende que los centros deben permanecer abiertos a pesar de la presión que en ocasiones ejercen algunas familias porque “el protocolo está funcionando”.

Rocío Fernández / IES Diego de Guzmán y Quesada (Huelva): “A pesar de la reducción de horas es una labor continua, como la funeraria”

El IES Diego de Guzmán abrió sus puertas adoptando un sistema semipresencial, accesos diferenciados, un despliegue de profesores que vigilan el cumplimiento de las normas... Por el centro no ha quedado, “dentro hay muchísima vigilancia” sin embargo sufrieron un pico a finales de octubre y “ahora es una locura”, dice Rocío Fernández, coordinadora Covid del instituto. Hasta el ordenanza y una limpiadora guardan cuarentena, así que el director abre la puerta y hay docentes atendiendo la centralita.

Rocío debe responder a las llamadas en plena clase más toda la burocracia que generan los positivos. “A pesar de la reducción horaria, esto es como la funeraria” ya que, además, al alumno en aislamiento “hay que atenderle” vía on line. Rocío alaba la labor de la enfermera de enlace y entiende que “los padres quieren saber”, sin embargo explica que los coordinadores “no tenemos toda la información”. La coordinadora de este instituto de la capital percibe que existe “mucha incertidumbre para maniobrar”, un extra de trabajo considerable para los tutores.

Lola García / IES Puerta del Andévalo (San Bartolomé de la Torre): “Es ir contra reloj, la realidad te revienta la planificación a cada paso”

Lola García dirige este centro y es su coordinadora Covid, atiende a Huelva Información tras la “arenga motivadora” semanal a sus estudiantes. A los adolescentes, apunta desde su experiencia, les cuesta “mantener la distancia, por eso les advierto que tienen un carné por puntos”. En general, “lo llevan demasiado bien salvo tres o cuatro irreductibles, como Astérix y los galos”. El IES Puerta del Andévalo no había sufrido ningún contagio hasta esta última semana, sin embargo en la actualidad tienen tres alumnos y una profesora. Además, ocho alumnos más dos docentes confinados, todos externos.

Así resume Lola García la situación: “hay más grupos sin profesores que profesorado de guardia, así que utilizamos horas de otras tareas”. A esto se le añade la duplicidad de la docencia, que se imparte presencial por la mañana y telemática por la tarde. El empeoramiento de la situación comienza a hacer mella en la asistencia de alumnado con familiares vulnerables “por miedo razonable” pero que son faltas injustificadas. “Es ir contra reloj, la realidad te revienta la planificación a cada paso”, concluye la directora de un centro cuya realidad ha cambiado en pocos días.

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