El pasado 9 de julio, Huelva Información detallaba el informe del Ayuntamiento de Huelva sobre la compatibilidad con la ordenación urbanística del plan de regeneración de las balsas de fosfoyesos propuesto por la empresa Fertiberia. Se insistía entonces que el mismo era uno de los muchos trámites administrativos que todavía quedaban pendientes para que el mismo pudiera llevarse a cabo, todo ello contando con que todos ellos sean favorables, ya que si no se descartaría por completo. Uno de esos requisitos es el informe que debe emitir el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ya que se trata de una afectación directa a zonas consideradas como radiactivas en los repetidos informes que emite dicho organismo.

Según ha podido confirmar Huelva Información de fuentes del propio CSN, éste todavía estudia la documentación aportada por la empresa y detalla que aún no ha emitido informe alguno, ni da fecha concreta sobre cuándo lo tendrá redactado.

Desde la dirección técnica de Protección radiológica del CSN y confirmaron a Huelva Información que “el proyecto se encuentra en proceso de evaluación en el Consejo y que, este proyecto de regeneración de los suelos de las balsas de Fosfoyesos, requiere apreciación favorable del CSN, de acuerdo con el artículo 81 del Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas”.

Este artículo es relevante especialmente en su segundo punto, el que hace referencia a cualquier tipo de plan de mitigación o   de los terrenos, que “requieren un dictamen favorable” del CSN. Después de que este organismo haya determinado las acciones correctoras que se deben llevar a cabo en los mismos, se procederá a emitir un informe después de la inspección que se lleve a cabo en los terrenos (en este caso en las balsas de los fosfoyesos) y en el documento se incluirán “las acciones correctoras” y posibles “limitaciones de uso” de los terrenos afectados, para lo que se pedirá la implicación de las autoridades correspondientes de cara a la cumplimentación de los mismos”.

Presentación del Plan Restore 2030 de Fertiberia para la regeneración de las balsas.

El propio Ayuntamiento de Huelva reconocía en el informe de compatibilidad urbanística del proyecto de Fertiberia que el mismo “no comprende la evaluación de los aspectos radiológicos, por cuanto el Consejo de Seguridad Nuclear es el único organismo competente en materia de seguridad nuclear y radiológica” y añadía que “se trata de impactos que tampoco han podido ser incorporados a la Declaración de Impacto Ambiental concedida por el Ministerio de Transición Ecológica del pasado 23 de septiembre”.

En el informe municipal se recordaba también que en CSN “ha emitido sendos informes con fecha 20 de abril de 2017 y 15 de marzo de 2019 en los que se comunica al promotor y al órgano sustantivo, la existencia de ciertas carencias del proyecto que habían de ser subsanadas para la emisión del preceptivo dictamen del CSN. A este respecto, la Declaración de Impacto Ambiental ha de remitirse al contenido del informe del CSN en el ámbito que les es propio. En el caso que dicho dictamen llegue a modificar sustancialmente el proyecto evaluado desde el punto de vista ambiental, dicha modificación habrá de ser sometida al proceso de evaluación oportuno”.

Reunión de la mesa de los fosfoyesos en diciembre del año pasado.

Fertiberia se pronunció también sobre estas carencias y sostenía que “se trata solo de una pequeña adecuación suave morfológica de las balsas” y que afectaban al “sistema de permeabilización adoptado, el drenaje de las aguas y de los pluviales de escorrentía”. La empresa afirmaba que “no puede sellarse la zona 3 hasta que se hayan drenado y evaporado las aguas ácidas de la zona 2”, algo para lo que se necesitan, según reconoce también Fertiberia, “diez años”. “Transcurrido este periodo de tiempo, “habrá balsa ácida en la zona 3, de menor tamaño. La restauración vegetal se efectuará con el menor movimiento de tierras posible”.

El Ayuntamiento concluía su análisis sobre los aspectos radiológicos del plan de restauración de Fertiberia que éste “deberá tener en cuenta los distintos escenarios durante las obras y postclausura, debiéndose posibilitar la implantación de los usos que el planeamiento urbanístico pormenoriza y compatibiliza para el ámbito (espacios libres, dotaciones, equipamientos y forestal), por lo que será este organismo (el Consejo de Seguridad Nuclear) el que con los estudios y análisis presentados garantice el uso público, sin restricciones tras las actuaciones de recuperación de este espacio”.