La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a año y medio de prisión y al pago de una multa de 300 euros a un joven moguereño que portaba casi 12 gramos de éxtasis (MDMA) y cuatro de cannabis en el coche. El procesado asumió los hechos expuestos por la Fiscalía, alcanzándose una sentencia de conformidad entre las partes.

En la resolución, a la que ha tenido acceso Huelva Información, se da por probado que en torno a las 20:30 del 2 de noviembre de 2018 este hombre, mayor de edad y sin antecedentes penales, conducía el coche de su padre por las inmediaciones de la calle Ribera de la localidad de Moguer. En ese momento fue  interceptado por agentes de la Guardia Civil, quienes previamente habían “observado una conducta sospechosa del mismo”, puesto que se encontraba estacionado en los aparcamientos del paraje natural La Ribera.

Es por ello que se procedió al registro del vehículo, “siendo sorprendido en posesión” de 12,25 gramos de éxtasis o MDMA, así como con otros 4,1 gramos de cannabis, todo destinado “a la venta a terceros”.

La droga sintética se hallaba en dos botes y en forma de “polvo cristalino”. Su valor en el mercado ilícito, como consta en la sentencia, es de 10,2 euros por 250 miligramos, por lo que su venta le hubiera reportado alrededor de 500 euros. Los 4,1 gramos de marihuana aprehendidos por la Benemérita tendrían un valor más comedido, de entorno a los 21 euros.

Pero además del estupefaciente, los agentes intervinieron del coche de este individuo una lata de metal con restos de cannabis, “una balanza de precisión, utensilios para elaborar dosis, como cuatro recortes de bolsa para dosificar MDMA, y cuatro bolsitas de plástico transparente, conteniendo una de ellas el resto del cannabis anteriormente citado”.

Así, la Sala le impone una pena de año y medio de prisión como autor responsable de un delito contra la salud pública, una multa de 300 euros y la asunción de las costas procesales.

El tribunal provincial añade además, con el respaldo de la Fiscalía y en base al acuerdo de conformidad, la suspensión de la ejecución de la pena al traficante durante el plazo de dos años, con la condición de que en ese plazo no vuelva a delinquir.

Finalmente, la Audiencia decreta el comiso y destrucción de la droga incautada y de los efectos que se le intervinieron al encausado.