Apenas hizo falta un minuto para que buena parte de la marina seca del Club Náutico Río Piedras de El Rompido, en el término municipal de Cartaya, quedara reducida a un amasijo de hierros, lonas y embarcaciones de vela.

Eran exactamente a las 11:38 de ayer, según reflejan las cámaras de seguridad de dicha entidad, cuando lo que a primera vista parecía un tornado arrasó literalmente todo lo que encontró a su paso durante su recorrido de suroeste a noreste, en una franja de terreno muy localizada.

Afortunadamente no ha habido que lamentar daños humanos ya que el personal del club que en esos momentos se encontraba en las instalaciones pudo refugiarse en el interior del restaurante, así como en sus oficinas, y desde allí fueron testigos de lo ocurrido, mientras el "temor" se alojaba en sus cuerpos, porque "todo se movía como si de un terremoto se tratase, y tanto la lluvia, como sobre todo el viento, eran fortísimos", relata uno de ellos.

"Estábamos achicando el agua acumulada en el interior de algunas de las embarcaciones amarradas a los pantalanes como consecuencia de la lluvia caída la noche anterior cuando de repente vimos aproximarse una enorme negrura por poniente" señaló a Huelva Información José Antonio Vento, contramaestre del club, quien añadió que "corrimos hacia las oficinas por temor a mojarnos". No obstante, "cuando el nubarrón estaba justo encima de nosotros todo se oscureció, la fuerte lluvia impedía la visibilidad y el viento era imponente, aunque pudimos ver a través de las distintas cámaras de seguridad distribuidas por las instalaciones cómo de repente saltó por los aires la cubierta de la terraza del restaurante, y cómo numerosas embarcaciones de vela eran levantadas del suelo, volcadas y arrastradas por todas partes". Pero "tal como vino se fue y, en apenas un minuto, todo quedó destrozado".

Tras el fenómeno atmosférico, los trabajadores y directivos de la entidad pudieron comprobar como "afortunadamente éste apenas había causado daños en la zona de pantalanes", aunque sí lo hizo, "y bastantes", en la marina seca. Y es que el fuerte vendaval discurrió por una franja de aproximadamente cincuenta metros paralela a la línea de costa, en la que a su paso se topó en primer lugar con las numerosas embarcaciones de vela de distinto tamaño que se encontraban en la explanada de la escuela de vela del club y que han sido objeto de cuantiosos daños; en segundo lugar con la cubierta de la terraza del restaurante, de unos 600 metros cuadrados, la cual quedó hecha un amasijo de hierros y lonas, para concluir a levante con varias embarcaciones más que se encontraban en reparación en la rampa de varada, las cuales fueron levantadas y tumbadas sufriendo igualmente numerosos daños.

Según relató el gerente del club, Juan Martín, que igualmente fue testigo directo de los sucedido desde las oficinas de la entidad, se han podido "comprobar algunos desperfectos, aunque de escasa cuantía, en la zona de pantalanes, situada sobre la lámina de agua del río Piedras".

La junta directiva del club está valorando los daños causados por el ciclón, aunque el propietario del restaurante, Román Chaves, avanzó ayer a esta redacción que solo los destrozos de la cubierta de la terraza van a suponer un perjuicio económico de más de 6.000 euros, a lo que hay que sumar las pérdidas por el cierre temporal y por la suspensión de varias fiestas de primera comunión que tenía ya cerradas para los próximos días.

Tanto el contramaestre del club, como su gerente, señalaron que no es la primera vez que les afecta un fenómeno atmosférico de estas características, "aunque sí ha sido este el más grave a tenor de los daños causados". En este sentido aseguraron que el año pasado otro tornado también causó algunos destrozos en las instalaciones, y que hace unos ocho años otro afectó a la zona de amarre de embarcaciones hundiendo siete de ellas.