Cien años del colegio San Vicente de Paúl de las Hijas de la Caridad
celebración La comunidad educativa abre un amplio programa de actividades
Se puso en marcha en enero de 1914 para la atención a las niñas de obreros necesitados Una iniciativa más dentro del proyecto de Román Clavero, de promoción social y educativa
El Colegio San Vicente de Paúl abre este mes de enero los actos de su centenario fundacional, con un amplio programa de actividades que se inició en el pabellón Jacobo del Barco de la Universidad de Huelva.
Se conmemora así los cien años de una institución dedicada a la atención educativa de las niñas pobres del barrio d la Merced. Su inauguración tuvo lugar el 4 de enero de 1914, después de un largo periodo de tiempo de gestación. Desde 1911 estaba con esta idea Pedro Román Clavero, párroco de la Inmaculada Concepción, iniciativas anteriores le habían permitido tener una gran experiencia en la educación. Quería contar con las Hijas de la Caridad para estas escuelas pero no era posible, no había a nadie que se pudiera mandar a un nuevo destino. Así que madurando la idea solicita la colaboración de la Diputación Provincia de Huelva para que de las religiosas que atendían el hospital, desde 1876, algunas de ellas pasaran al colegio. Así fue y consiguió, además, los terrenos para edificar la escuela en la nueva calle Aragón, surgida del desmonte del cabezo de San Pedro.
Hay que situar la creación de las escuelas en el contexto de una Huelva con muchas necesidades, en la que el índice de analfabetismo era altísimo, rondando el 70% de la población. Una iniciativa que formaba parte del proyecto de promoción social que desde finales del siglo XIX había puesto en marcha el párroco de la Concepción.
En un primer momento creó la Cocina Económica, en 1893, que dará lugar a la Casa Benéfica en la calle Rábida, con la Farmacia Municipal y las escuelas; más tarde, en 1929, se levanta aquí la iglesia de la Milagrosa, el primer templo de España dedicado a esta advocación.
El germen de las escuelas de la calle Aragón hay que buscarlos, sin lugar a dudas, en la labor educativa que la Conferencia de Caballeros de San Vicente comienza en 1897, en la calle La Paz y luego en Alfonso XII, en el entorno cercano de la Casa Benéfica de la calle Rábida. Pedro Román había fundado, en 1894, la Conferencia de Caballeros de San Vicente que será el germen de la educación vivenciana en Huelva. El secretario de la conferencia de San Vicente, el notario Juan Cádiz Serrano, dice en 1897 que había que atender al necesitado: "démosle pan, procurémosle vestirlo, pero cuando les demo la ropa o la comida hablémosle de la escuela, llevémosle el primer día de nuestra mano si fue necesario". Les movía que esos chavales que andaban por las calles pudieran servir como "miembros de utilidad grandísima a la sociedad". En 1898 era realidad las primeras escuelas para obreros las que le sigue ese mismo año la de niños. Allí acudían los "que no eran admitidos en las escuelas públicas por la horrible falta de no tener zapatos". En 1900 la Junta de Instrucción Pública elogia la labor de las escuelas.
Conferencia de San Vicente y Pedro Román Clavero abren su abanico de atención educativa creando las escuelas de la calle Aragón, hoy en el Paseo de Buenos Aires. Pronto fueron puestas de modelo, así se deja expresado en la memoria sobre el estado de la primera enseñanza en Huelva, de las escuelas nacionales subvencionadas y gratuitas de 1915. En las soluciones para mejorar la enseñanza invita al Ayuntamiento a que "construya edificios para una sola escuela, con su patio especioso y bastante para el recreo de los niños, pudiendo servir de modelo la escuela que ha construido la Conferencia de San Vicente, en la calle Aragón, y estas escuelas deben construirse en las barriadas extremas de la capital, que carecen de escuelas municipales".
La Conferencia de Caballeros deja, en 1933, de estar al frente de las escuelas y se crea la asociación civil seglar 'Amigos de la Escuela'. Es en 1945 cuando la superiora de la comunidad del hospital de la Merced solicita del arzobispado la cesión de las Escuelas parroquiales a las Hijas de la Caridad, de esta forma ellas hacen posible la continuidad del colegio hasta el día de hoy.
El gran proyecto de las escuelas será la ampliación en el paseo de Buenos Aires, que realiza el arquitecto Ricardo Anadón, en 1965. En este tiempo el colegio acoge proyectos sociales importantes, como el obrador San Sebastián o el comedor social Virgen de la Cinta.
Durante estos cien años numerosas generaciones de onubenses se han formado en el colegio, constituyendo la gran familia vivenciana. Vinculadas al hospital, a su iglesia, recuperando aquí su culto tras la desamortización y en la Gota de Leche. Desde entonces, y hoy con su colegio, no se entendería la Vega Larga sin las Hijas de la Caridad; son tan del barrio como el barroco mercedario y las altas palmeras que mueven al viento el onubensismo de la Merced.
Esto ha hecho que el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, conociera el deseo de muchos abanderado por la Asociación de Padres y Madres de que el Ayuntamiento de Huelva le conceda al Colegio San Vicente de Paúl la medalla de la ciudad por este centenario y lo que ha supuesto para la promoción social de los jóvenes de la ciudad, el trabajo de servicio de esta comunidad religiosa. En el acto de apertura del centenario, el alcalde Pedro Rodríguez, dijo que "es un colegio emblema de la ciudad, que ha dejado huella en muchas generaciones por su labor humana y educativa". Señaló que "las ciudades no solo son edificios sino su gente, que es el alma". Elogió la educación integral de los alumnos y la enseñanza en los valores cristianos, reconociendo que "las Hijas de la Caridad son emblema de ayuda a los desfavorecidos".
El obispo de Huelva, José Vilaplana, se congratuló de esta celebración y recordó que "todo es una gran cadena en la que han participado desde el origen muchas personas, unidas en espíritu de servicio", "con raíces en el espíritu vivenciano", por lo que dijo que "ahora, cien años después hay que mantenerlas y mirar al futuro con esperanza". La delegada de la visitadora de las Hijas de la Caridad, sor María Antonia Huelva Jiménez, destacó que en estos cien años "el Señor ha estado grande con nosotros por tanta generosidad". Mari Ángeles Jarillo Díaz, antigua alumna y actual profesora del centro, tuvo la oportunidad en el acto de apertura de significar lo importante que ha sido el colegio para muchos jóvenes, recordando la vida de alegría que siempre se respira en sus aulas.
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