La presentación de la Memoria Medioambiental es "uno de los hitos fundamentales para Cepsa de todo el año". Las palabras del director de la Refinería de La Rábida, José Antonio Agüera, han sido refrendadas por un aluvión de datos que se resumen en unas inversiones que superan ampliamente los 46 millones de euros sólo el año pasado y que llegan a los 821 millones en la última década; unos niveles de emisiones que apenas llegan al 5% (en algunos de los capítulos son despreciables) en todo el entorno de sus plantas y una eficiencia que sitúa a las plantas onubenses entre las más destacadas del continente y con la pretensión de colocarse entre las diez primeras en un futuro inmediato.
Los números del cierre del ejercicio en el camino de conseguir una producción lo más sostenible posible, están lastrados por la parada técnica que tuvo que llevar a cabo la empresa energética y que han "impedido que todo pueda funcionar con el aprovechamiento de sinergias necesario para que los parámetros entren dentro de los niveles que nos habíamos marcado como objetivo", según ha reconocido esta mañana José Antonio Agüera.
Pese a todo, los niveles de inversión en políticas medioambientales auditados el año pasado, marcan unas nuevas pautas en cuanto a reducción de emisiones atmosféricas y el tratamiento de efluentes químicos. Estos objetivos se han conseguido en un 97,2% y en un 99,1% en la Refinería y en la planta química respectivamente.
Las concentraciones medias anuales dejaron los valores entre unos límites que oscilan entre el 5% y el 23% según las mediciones oficiales de la Junta de Andalucía, mientras que la eficiencia llegó hasta un 0,24 kilos de SO2 por tonelada de crudo tratado, el valor más bajo de toda la serie histórica. La cantidad de residuos llegó a las 21.328 toneladas, de los que se valorizaron el 67,5% del total, la mejor desde que existen datos.
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