Juicio por el asesinato de Laura Luelmo

Bernardo Montoya hallado culpable del secuestro, violación y asesinato de Laura Luelmo

  • El jurado por unanimidad encuentra al único acusado responsable único del crimen

  • Será el primer onubense condenado a prisión permanente

Última imagen de Bernardo Montoya en la mañana de ayer a su entrada a la Audiencia Provincial de Huelva.

Última imagen de Bernardo Montoya en la mañana de ayer a su entrada a la Audiencia Provincial de Huelva. / Rafa del Barrio (Huelva)

El jurado popular compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres declaró por unanimidad a Bernardo Montoya culpable de los delitos de detención ilegal, agresión sexual y asesinato de la joven zamorana Laura Luelmo, en unos hechos que tuvieron lugar en diciembre de 2018 en la localidad de El Campillo. La lectura del veredicto se demoró desde las 12:40 en el que les fue entregado hasta poco después de las 18:00 cuando se convocaron a las partes y al acusado para proceder a la lectura de las respuestas y las argumentaciones a las 19 preguntas que componían el objeto del veredicto entregado por el magistrado.

Después de la lectura pública, la Fiscalía como las acusaciones que ejercen la familia y la Junta de Andalucía han mantenido las peticiones de pena realizadas en las conclusiones finales según confirmaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Las dos primeras solicitan las mismas penas, 20 años de cárcel por un delito de detención ilegal, 12 por el de agresión sexual y prisión permanente revisable por el de asesinato, ésta última suscrita de manera exclusiva por la representación de la Junta de Andalucía que se personó en el caso.

Tras conocer el veredicto el magistrado-presidente del juicio, Florentino Ruiz Yamuza, tendrá que dictar sentencia de acuerdo con lo manifestado por las partes. Dada la unanimidad de las mismas, todo hace prever que Bernardo Montoya puede ser el primer onubense condenado a la máxima pena que se prevé en el Código Penal. Además, si se sigue el criterio del Ministerio Público, Bernardo Montoya no podrá solicitar el cambio de grado penitenciario hasta al menos dentro de 22 años, cuando tendrá más de 70.

Uno de los traslados de Bernardo a lo largo de esta semana. Uno de los traslados de Bernardo a lo largo de esta semana.

Uno de los traslados de Bernardo a lo largo de esta semana. / Rafa del Barrio (Huelva)

Montoya fue inmediatamente trasladado hasta el centro penitenciario onubense de La Ribera, donde permancerá hasta que sea conducido en las próximas horas hasta la prisión de Sevilla II en la localidad de Morón, centro asignado para el cumplimiento de una pena que se determinará tras la confección de la sentencia definitiva por parte del magistrado Florentino Ruiz Yamuza. Éste no tiene plazo alguno para presentarla, aunque en un caso como éste no de debe demorar más de dos semanas.

La jornada de ayer comenzaba con el habitual paseíllo del acusado desde el furgón que le traslada a diario desde prisión a la sala de vistas de la Audiencia Provincial. Si en los días anteriores había oscilado entre el “soy inocente, pido justicia” o “Pilar, lo siento” dirigida a su actual pareja sentimental, la frase pronunciada ayer ante la pregunta de cómo se sentía fue rotunda: “siento odio”.

Momentos después el letrado que defiende sus intereses, Miguel Rivera, exponía su convencimiento de que el veredicto iba a ser "duro” por lo que depositó todas sus esperanzas en el sistema de recursos que se abre a partir del momento en que se conozca la sentencia definitiva, ya que el fallo del tribunal del jurado, salvo un grave defecto de forma, no admite recurso alguno.

Bernardo Montoya habla con su abogado en la primer jornada del juicio. Bernardo Montoya habla con su abogado en la primer jornada del juicio.

Bernardo Montoya habla con su abogado en la primer jornada del juicio. / Alberto Domínguez (Huelva)

Se pone con este veredicto fin a unos hechos que mantuvieron en vilo a la provincia de Huelva y a todo el país y que comenzaron con la detención el 18 de diciembre de 2018 de Bernardo Montoya. Un día antes, en un paraje conocido como Las Mimbreras, se había encontrado el cuerpo de la joven Laura Luelmo, desaparecida días antes y que fue intensamente buscada por los alrededores de El Campillo donde residía y a donde había llegado para impartir clases en el instituto Vázquez Díaz de Nerva.

La fatalidad quiso que lo fuera a hacer frente a la casa de Bernardo Montoya, con graves antecedentes penales como el asesinato de una anciana en la localidad donde residía, Cortagena, para evitar que declarara contra él en un juicio.

En un primer momento y ante las cámaras de televisión, Montoya confesó el crimen, como había hecho antes ante la juez de instrucción de Valverde a quien pidió que le metiera en prisión “porque lo voy a volver a hacer”. Desde el 4 de abril de 2019 y en el juicio que ayer terminó, mantuvo la versión de que fue su exnovia la presunta responsable de la muerte de la chica. Ésta ya prestó declaración por su presunta participación en los hechos y la juez la desimputó toda vez que presentó una coartada por la que demostraba que no se encontraba en Huelva en el momento en el que se produjeron los hechos.

La estrategia de Montoya a lo largo de todo el juicio, ha sido la de aferrarse a esta última versión y reconocer únicamente que trasladó el cuerpo hasta el lugar donde fue encontrado por un voluntario de la Cruz Roja que participaba en el dispositivo de búsqueda de la joven. También esgrimió como argumento la imposibilidad de haber cometido la agresión sexual y que el ADN encontrado en el cuerpo de Laura fuera transferido desde una manta.

Los abogados de las partes, incluido Francisco Luelmo en la sala de vistas donde se celebró el juicio. Los abogados de las partes, incluido Francisco Luelmo en la sala de vistas donde se celebró el juicio.

Los abogados de las partes, incluido Francisco Luelmo en la sala de vistas donde se celebró el juicio. / Alberto Domínguez (Huelva)

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