Los cuatro molinos harineros que tenía Huelva desde el siglo XVII eran propiedad del Estado de Saltés y Marquesado de Astorga: “Cuatro molinos de pan, que se hallan situados en la marisma de Agua salda en las cercanías de esta población, conocidos con los nombres del Molino del pasaje, el de la Vega, el Nuevo y el Chico...”.

Así se recoge en escritura de arrendamiento en favor de Benito de Mora y Gerónimo González, de 23 de septiembre de 1757, información que aporta Diego Díaz Hierro en su Historia de las calles de Huelva, como toda la documentación histórica sobre los molinos que aquí se cita.

De ellos hay dos molinos que cuentan con zona de baños en los meses de veranos, son el del molino de la Vega y el molino Chico. Del primero ya hablamos el pasado domingo. Ambos fueron vendidos el 12 de julio de 1831 por Juan Domínguez -en nombre del marqués de Astorga-, a Dionisio Cícero. Posteriormente, los familiares del nuevo propietario venden el molino de la Vega el 30 de diciembre de 1886, a favor de Carlos Monoke y Brinckman.

Los baños se abrían en verano y siempre el Ayuntamiento o el Gobierno Político tenían que intervenir para el cuidado y respeto del uso de los mismos.

El 31 de julio de 1845 el Ayuntamiento solicitaba del comandante general el establecimiento de una guardia en los puntos señalados de acceso al molino “en las horas marcadas para baño de las señoras”. Sin embargo surgen problemas para prestar este servicio en cuanto a que el terreno es de propiedad privada, ya que hasta ella también llegaban quienes iban a atender sus moliendas. Así que se indica que el Ayuntamiento debería establecer en terreno público una calle destinada a los baños.

Otro de los problemas que tenían los baños es que la zona de señoras atraía a muchos curiosos que de alguna forma violentaban el baño y molestaban a las señoras, así se refleja en los escritos oficiales que salen del Ayuntamiento.

La situación llega a tanto que en el verano de 1844 el Ayuntamiento solicita del comandante general de la provincia su ayuda: “Habiendo dado principio los baños del presente verano, y estando en uso de que las señoras mujeres tomen en los sitios de la Calzadilla y Molino de la Vega, espero se sirva usted disponer se destinen dos soldados a cada punto, desde puesto el sol a las diez de la noche, para que cubran sus avenidas impidiendo que se aproxime ningún hombre, pues que habiéndolos desnaturalizados tienen la osadía de aproximarse y aún bañarse en los mismos sitios”.

La respuesta es que a pesar de que tienen poco personal para “que no se aproximen hombre al lugar en que se bañan las señoras mujeres”, acudirá uno de los cabos a la Calzadilla (Oficios y minutas de 29 julio de 1844).

El estero de la Calzadilla fue navegable para barcos de pequeños porte hasta que fue cegado por la compañía de Rio Tinto en 1891. El estero corría por toda la margen que la carretera del Odiel, hoy avenida de Italia. Así eliminada esta zona de baños para las mujeres se destinaría otra en la misma orilla de la Ría del Odiel, junto a la margen del muelle de la compañía de Rio Tinto.

No se sabe hasta cuando estuvieron en funcionamiento los baños pues debió ocupar la zona que luego se destina al ferrocarril, tanto el de la compañía de Rio Tinto para su cargadero de minerales que se construye en 1871, al igual que son terrenos para la nueva estación inaugurada en 1880.

La zona de baño en el Molino de la Vega también debió continuar hasta finales del siglo XIX, cuando se vende parte de este espacio para zona industrial, dejando de molturar en 1880.

Mapa de Huelva realizado por Coello de 1869.

Ubicación de los molinos de la Vega y Chico

En el plano de Huelva que publica Coello en 1869, se puede ver la ubicado el molino de la Vega, en la parte superior izquierda, junto a las salinas. El molino Chico se encontraba en la zona del estero de la Calzadilla o de las Metas. como aparece en la margen inferior del plano, en la zona que se indican, la plaza de toros, que es donde más tarde se ubica la estación Huelva Término.