'Áyax' abordó los conflictos humanos

La compañía Attis Theatre de Atenas versionó el mito del héroe griego escrito por Sófocles

Toda la fuerza de la tragedia griega, con su explosión de sentimientos, inundó anoche el bello escenario del Castillo de Niebla.
S.v. / Huelva

27 de julio 2008 - 01:00

La obra Áyax, del afamado director griego Theodoros Terzopoulos se representó anoche en Niebla, dentro de la programación cultural del Festival de Teatro y Danza 'Castillo de Niebla', que es organizado por la Diputación. En esta obra Terzopoulos, que está considerado como un gran revisitador de los clásicos grecolatinos, versiona en esta ocasión el mito del héroe Áyax, de Sófocles. El montaje que se pudo presenciar anoche, muestra el absurdo y la locura de la guerra aunque más que seguir al pie de la letra los escritos de Sófocles, el director se ha interesado más en los conflictos humanos que pone de manifiesto la tragedia. Así en el montaje se pudieron ver entre otras escenas, fragmentos de la descripción del ataque de locura que la diosa Atenea le provocó al héroe griego y su matanza de animales creyendo que eran soldados, capítulo éste fruto de su deteriorado estado mental.

En esta relectura, Terzopoulos se fija y ahonda sobre todo en las profundidades emocionales del personaje. La obra es el resultado del trabajo y la meditación de Attis Theatre sobre algunos de los grandes temas de esta tragedia griega, como la traición, la ira, la locura, la venganza, el suicidio o la culpabilidad, "un elemento ausente en nuestros días", según ha declarado en algún momento este director.

Áyax, que ha sido creada con motivo de las Olimpiadas Culturales de Pekín, tuvo su estreno europeo en el Festival de Teatro de Mérida durante este mismo mes. Tras Mérida, la compañía ha estado en Sagunt a escena, que se celebra en la localidad valenciana.

Con motivo del estreno de este montaje, Theodoros Terzopoulos señaló que lo que Áyax pretende es que "el público se marche agitado, porque intentaremos provocarles sentimientos, fluidez de ideas e interrogantes". Los verdaderos protagonistas de la obra son el "ritmo y el sentimiento, hasta tal punto que el idioma no es una barrera; al contrario ya que el público puede no entender lo que se dice, pero sí emocionarse". De cualquier modo, aunque el texto era en griego, hubo unas pequeñas acotaciones en castellano a modo de síntesis explicativas que sirvieron a modo de orientación para aquellos que ignoraran la historia de este mito de la Grecia clásica.

Lo que sí está claro es que muy pocos saldrían ayer del Castillo de Niebla indiferentes, ante la puesta en escena de un clásico que nos lleva a las raíces más puras de nuestra propia civilización.

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