La Audiencia condena a dos policías por trabajar para la red dirigida por El Yeyo

El rosario de delitos (un total de ocho) que el pasado febrero llevaron al banquillo de los acusados a una presunta trama de corrupción policial vinculada a Sergio Mora Carrasco, conocido como El Yeyo, no llegó a quedar probado en la vista oral, según la Audiencia Provincial. La sentencia de la Sección Segunda que se ha hecho esperar durante mes y medio, a la que ha tenido acceso este diario, reduce a tres los delitos (revelación de secretos, cohecho y denuncia falsa) y reduce también el número de implicados de siete a cinco: dos agentes de la Policía Nacional y tres narcotraficantes (El Yeyo y dos de sus hombres de confianza), mientras deja fuera al agente de la Guardia Civil de Tráfico y a otro colaborador del narco.

Los agentes y los traficantes de droga (con condenas firmes) fueron investigados durante dos años (entre 2004 y 2005) por la autoridad judicial y el departamento de Asuntos Internos de la Policía Nacional tras la sospecha de que se habían convertido en topos de El Yeyo y dos de sus hombres (A.S.A y R.B.G., también procesados) dentro del Cuerpo, a los que facilitaban información confidencial y de operaciones policiales a cambio de dinero y dádivas.

La Sección Segunda de la Audiencia onubense considera que el ex agente de la Brigada Antidroga de Huelva implicado, M.F.F., mantenía una relación con El Yeyo y con A.S.A que "excedía con mucho" la habitual entre confidente y policía que el condenado se encargó de definir durante el juicio y -afirma- "revela una relación de amistad y de favorecimiento". A este policía, lo condena por un delito continuado de cohecho a cuatro años e inhabilitación especial para el ejercicio de funciones públicas durante diez años; por un delito continuado de revelación de secretos y por denuncia falsa. Además, el Tribunal subraya que los contactos que mantenía con la red de El Yeyo no sirvieron a M.F.F. para realizar ninguna operación policial.

El Tribunal no ha llegado a concretar qué cantidades de dinero pudo haber recibido el agente de manos de los narcos y lo reconoce en la sentencia. "El trabajo y tiempo dedicado por M.F.F. a los Yeyo, A.S.A y R.B.G. no pueden explicarse sino como contraprestación a un beneficio económico. No ha llegado a conocerse su cuantía -continúa- pero es la única conclusión racional, una vez que la explicación del acusado ha quedado sin contenido".

Sin embargo, apoya la condena por cohecho en varias de las conversaciones telefónicas intervenidas durante la instrucción en las que se afirma que el policía "está comprado" o que "está harto de coger paquetes de R.B." y en los testimonios de uno de los tres testigos protegidos que declaró en la vista y afirmó haber visto dar sobres al agente.

"Los enfrentamientos entre los testigos y los procesados podrían explicar que implicaran a éstos, pero no al funcionario policial. Este tribunal llega a la convicción -señala la sentencia- que no eran los supuestos confidentes quienes estaban al servicio de la Policía sino el policía al servicio de los supuestos delincuentes".

Fuentes del entorno del agente, tras confirmar que recurrirán el fallo, indicaron que en ningún momento de la instrucción se ha investigado el patrimonio de M.F.F. y que el policía ha sido condenado porque "va en el saco del Yeyo, al que tienen que condenar".

En el caso del inspector de la Brigada de Información de la Policía Nacional de Sevilla, M.G.T., ha sido condenado por un delito de revelación de secretos a las penas de 14 meses de multa e inhabilitación especial para el ejercicio de funciones públicas por periodo de un año y medio. Este agente accedió a la base de datos de la Policía Nacional utilizando la clave de un compañero para extraer nombres y fotografías de un narcotraficante de Asturias y de su familia, información que facilitó a Sergio Mora, que lo buscaba porque le debía dinero de un alijo.

Los tres narcos han sido condenados por cohecho continuado a la pena de cuatro años de prisión cada uno. En todos los casos, la Audiencia ha contemplado la atenuante de dilación indebida.