Huelva

Arqueología urbana y oficial en Huelva

  • El edificio del Banco de España deja una planta para cafetería cuando lo que hace falta es espacio expositivo

  • En Hacienda será necesaria una excavación que seguro lo condicionará

Aspecto del interior del antiguo edifico de Hacienda.

Aspecto del interior del antiguo edifico de Hacienda. / Canterla

Estamos como hace décadas, cuando las obras se iniciaban y luego se tenían que paralizar y entre pilotes clavados en el solar se encontraban restos arqueológicos al empezar a sacar la tierra para los garajes. Ocurre que a ese nivel donde hoy guardamos los coches, está la antigua ciudad.

Así que ahora, después de muchas luchas y para garantizar las intervenciones de urgencia de la ciudad –que es lo que se hace, pues no son excavaciones sistemáticas– el promotor tiene que presentar un estudio previo del valor arqueológico que pueda tener el solar donde pretende construir una nueva promoción de viviendas, que paga y repercute a los futuros vecinos.

Parece, sin embargo, que en Cultura no están muy al tanto de sus propias normas.

Ocurre que en el patio del Banco de España se anuncia como un éxito el que se pueda hacer una excavación arqueológica, que nadie tenía previsto a pesar de que el mismo iba a ser integrado en las necesidades del nuevo uso para el edifico.

Es lo mismo que pasa en la antigua sede de Hacienda, otra obra que promueve la Junta de Andalucía, que es la que tiene las competencias en materia arqueológica.

De esta forma la ciudad tiene paralizadas las restauraciones de ambos edificios.

Se procede así a un nuevo estudio arquitectónico, pues habrá que adaptarse a lo que allí se pueda encontrar.

Está claro el interés arqueológico en el Banco de España. En Hacienda se presume, ante lo que se ha encontrado en el solar casi contiguo de la esquina con Pérez Carasa, donde se muestran evidencias para pensar en el interés arqueológico de ambos espacios.

De nuevo, como nadie reparó en ello, está todo estancado. Lo que llevará consigo una reordenación de los proyectos y, con ello, la paralización de las obras sine die, con lo que se presume que serán algunos años más de los previstos los que la Gran Vía tendrán estas vallas.

En el edificio del Banco de España bien podría ser esta una ocasión para replantearse la nueva planta a añadir, que se pretende dedicar a una cafetería cuando aquí de lo que se habla es de la necesidad de espacio expositivo. Un despropósito al ver que en la misma plaza de las Monjas existen siete negocios de hostelería, con lo que no hay necesidad alguna de la cafetería en el Museo, cuando aquí lo que hacen faltan son salas para el museo.

A colación digamos que mucho se habla de necesidades de espacios expositivos para la arqueología y continúa cerrado el centro de interpretación de la Almagra en la Universidad. A donde Cultura no dejó trasladar a sus vitrinas algunos de los fondos que no se exponen en el Museo; mientras, sí se piensa en otra cafetería.

En el antiguo edificio de Hacienda se ha vaciado para integrarle una nueva estructura que “democratice el edificio”, que se construyó en la expansión de la ciudad hacia la Gran Vía en los años cincuenta del siglo pasado. Pues seguro que va a tener que convivir con los restos arqueológicos y no sabemos entonces de qué etapa estaremos hablando, si la de los Tartessos que nos recuerde a los fenicios o la imperial de los césares de Roma.

Así que puede que cambie todo lo que en un principio se pensaba para ambos edificios históricos.En las excavaciones que ahora se realizan en la ciudad hay que valorar mucho lo que se encuentra en un primer nivel, cuando todos recuerdan lo que decía Juan Pedro Garrido Roiz, que Tartessos está más abajo, a 20 metros.

Lo que dice ahora para el futuro de la arqueología es que el sistema impuesto va haciendo aguas. Hay muchas promociones de viviendas que rehúsan realizar plantas sótanos para evitar encontrarse con algún resto. Con ello se priva a la ciudad de conocer su pasado histórico, que queda bajo una losa de hormigón. En la plaza de San Pedro se han realizado dos nuevas promociones de viviendas, protegiendo la fachada y aumentado el volumen de manera extraordinaria; sin embargo, no se realizó una intervención arqueológica, a pesar de que esta zona es de máximo interés, como lo demuestran hallazgos colindantes. Eso habrá que apuntarlo para la revisión del PGOU.

Es cierto que todo ni se puede ni se debe guardar, pues la nueva ciudad tiene que avanzar. En el caso de que sean de interés sí se debería integrar los restos arqueológicos de manera ordenada en los nuevos espacios que la ciudad edifique, le dará una nueva visión a Huelva. Lo que hace falta es que lo valoren los propios propietarios.

En esta ciudad tan necesitada de espacios para estas grandes exposiciones permanentes de material arqueológico tiene en el Muelle de Levante una oportunidad, ahora que se diseña su futuro. En su día se ofrecieron los tinglados y en la actualidad podrían ser también los saladeros, que pueden quedar como grandes naves diáfanas donde reconstruir esa ciudad que está bajo nuestros pies y que desaparece siempre tras una nueva construcción.

En una ciudad como Huelva, Cultura no tiene partida para intervenciones arqueológicas, así que hay que felicitarse por el hecho de que la delegación de Huelva anunciara en estas páginas de Huelva Información que tiene destinados 75.000 euros para la intervención en los menhires del Guadiana.

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