Amor y espionaje

Amor y espionaje

28 de marzo 2009 - 01:00

En el cine, como en cualquier otro género artístico, pero especialmente en éste de la gran pantalla, es donde se puede afirmar con más rotundidad aquello de que "no hay nada nuevo bajo el sol". Esta película nos lo confirma al reiterarnos un panorama que hemos contemplado varias veces, que para colmo, tiene en sus protagonistas la rutilante Julia Roberts y el impenitente Clive Owen -a los que ya vimos juntos en Closer (2004)-, réplicas bien conocidas de intérpretes o parejas famosas de otros tiempos cinematográficos en la memoria de los más veteranos espectadores. Si es que van al cine porque son los que menos lo frecuentan.

Duplicity es un thriller de espionaje industrial que tiene el aire trasnochado de las películas de este género que abundaron en los años cincuenta, aquí con una amalgama bastante forzada de comedia romántica. Esta combinación de géneros, que suele ser tan usual en la cinematografía de nuestros días, se incardina en una trama bastante compleja cuando dos ejecutivos rivales Ray Koval, ex agente del M16, que interpreta Clive Owen, y Claire Stanwick, encarnada por Julia Roberts, ex agente de la CIA intentan aprovecharse de la guerra de sus respectivos jefes, Dirk Garsik, al que da vida Paul Giamatti, y Howard Tully, interpretado por Tom Wilkinson, ambos líderes de las empresas Burckett & Randle y Omnikron. Al mismo tiempo el amor se adueñará de la pareja hasta amenazar con superar sus propósitos como espías.

Tony Gilroy, el director de esta película, desde que se descubriera como notable guionista en Pasión por el triunfo (1992) y triunfara comercialmente con Armageddon (1998) y con la trilogía de Jason Bourne en 2007, ha sido, sin embargo la más reciente Michael Clayton (2007), la que le ha dado mayor prestigio que aumentaron sus premios. Hay muchos aspectos de este último film en el que nuevamente se interesa por las grandes corporaciones, en este caso industriales. En esta aventura amorosa y delincuencial los protagonistas se mueven en un ámbito enrarecido en el que abundan oscuros colaboradores, esbirros, gentes sin escrúpulos, científicos y asesinos a sueldo, mientras que la trama nos lleva por escenarios diversos: Nueva York, Roma, Londres, Miami, Dubai, Zurich, Cleveland y las Islas Bahamas.

Esta especie de revisión de la narrativa de espionaje resulta ciertamente desangelada, con una constante quiebra de ritmo, aunque pretenda un inagotable dinamismo que nos lleva sin pausa de un lugar a otro, con determinadas pretensiones de divertir, tratando de lograr una cierta química entre los protagonistas. Realmente lo mejor es la interpretación, tanto por parte de Julia Roberts y Clive Owen, como por lo que respecta a las breves, aunque magníficas actuaciones, de esos dos grandes actores que son Tom Wilkinson y Paul Giamatti. Por lo demás hay una sensación de desánimo en la historia, aunque al final parece cobrar algún brío. Por lo general propende a lo rutinario en la frivolización del mundo empresarial y al más solemne aburrimiento.

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