Almonte recuerda con dolor e impotencia el crimen de un padre y su hija hace diez años

Miguel Ángel Domínguez y su hija maría de 8 años fueron asesinados por un desconocido que entró en su casa y les asestó 151 puñaladas el 27 de abril de 2013

Crimen de Almonte: La UCO concluye que el asesino es un conocido “resentido” con las víctimas

Almonte recuerda con dolor e impotencia el crimen impune de un padre y su hija hace ahora diez años
Almonte recuerda con dolor e impotencia el crimen impune de un padre y su hija hace ahora diez años / H.I

Un padre y su hija de 8 años fueron asesinados hace ahora una década en la localidad de Almonte, en uno de los crímenes más recordados y estremecedores de la provincia. Pese a que las pesquisas policiales se alargaron durante años, no se logró concluir quien fue el autor material de las 151 puñaladas que acabaron con la vida de Miguel Ángel y María Domínguez. El único acusado, Francisco Medina, fue declarado inocente.

Lo que si se conoce a ciencia cierta es que alguien "con acento almonteño", según declararon varios testigos, entró en la casa y mantuvo una acalorada discusión con Miguel Ángel, cuando este se disponía a darse una ducha para salir a cenar con su hija. El forcejeo terminó con el hombre, en el suelo del baño, acuchillado por 47 puñaladas. Su hija, que presenció los gritos entre su padre y asesino, pese a su corta edad, agarró un cuchillo de la cocina y salió en su defensa de su padre. La niña fue también asesinada después de propinarle 104 puñaladas, según confirmó la autopsia.

Aunque se desconoce el móvil del crimen, todas las pruebas apuntan a que el desconocido entró en la vivienda con intención de acabar con la vida de padre e hija. El uso de guantes de látex evitó que, tanto en el arma del crimen, como en el resto de mobiliario y estancias de la casa quedasen huellas con las que poder incriminar al asesino. También el hecho de que lograse entrar sin forzar la puerta hizo pensar que el asesino conocía a sus víctimas, bien porque tuviese llave de la vivienda o bien porque le abriesen desde dentro. Tampoco el ADN fue concluyente.

La familia de las víctimas nunca se mostró conforme con el resultado del juicio. Todavía hoy, diez años después de los hechos, continúan exigiendo que la Justicia no deje de investigar sobre el caso para tratar de esclarecer qué pasó aquella noche en la casa familiar de Almonte.

stats