Resultado de la segunda investigación

Crimen de Almonte: La UCO concluye que el asesino es un conocido “resentido” con las víctimas

  • Los nuevos investigadores aseguran que, tras analizar pormenorizadamente el caso, no pueden “descartar ni contradecir” las tesis del equipo policial que arrestó al absuelto

Pancarta en el balcón del piso del doble crimen de Almonte que clama justicia para las dos víctimas.

Pancarta en el balcón del piso del doble crimen de Almonte que clama justicia para las dos víctimas. / H. Información (Almonte)

La segunda investigación del crimen de Almonte –tras la absolución de Francisco Javier Medina– llegó a su fin el pasado octubre. Después de un año y nueve meses de arduas pesquisas en los que se ha radiografiado cada centímetro del caso, los integrantes del equipo de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil concluyen que "no se han obtenido datos objetivos" que motiven la "apertura de una nueva línea de investigación o profundizar en las descartadas anteriormente", es decir, que no hay razones para explotar una vía diferente a la que derivó en el arresto del que en aquellos momentos era el amante de la esposa y madre de Miguel Ángel y María Domínguez, declarado no culpable por un jurado popular en 2017.

Así consta en el informe remitido por la UCO a la titular del Juzgado de Instrucción 1 de La Palma del Condado, analizado por Huelva Información y en el que, además, los investigadores subrayan que "las actuaciones practicadas no permiten descartar ni contradecir las conclusiones a las que llegó el anterior equipo de investigación". Abundan, por tanto, en el respaldo al trabajo de sus compañeros en la primera entrega de este caso sin castigo.

Metodología policial

Los agentes de la UCO recalcan que como no participaron en las actuaciones precedentes, han analizado toda la información generada en el expediente, centrada en los hechos sucedidos en la noche del 27 de abril de 2013 en el número 3 de la avenida de los Reyes de Almonte.

Para ello han revisado más de 335 informes policiales, 545 entrevistas, 35 informes periciales, 102 declaraciones policiales, 35 judiciales, "todos los registros técnicos de telecomunicaciones recabados", y 45 gigas de fotografías y grabaciones de distintas cámaras.

"Puerta a puerta"

Los primeros pasos de esta nueva actuación benemérita consistieron en el llamado trabajo "puerta a puerta", por el que se interrogó a los vecinos para localizar testigos de los hechos. La UCO consideró relevante entrevistar a un joven –que en 2013 tenía solo 15 años– residente en la vivienda que colinda por la parte de atrás con el escenario del crimen, quien "había escuchado algún golpe en la pared mientras jugaba a la videoconsola en el momento en que suceden los hechos, manifestando que en su día no lo reconoció por considerar que carecía de interés y no poder aportar ningún detalle más".

El joven refiere ahora que "no recuerda cuántos golpes escuchó, pero no muchos, y que tampoco podría fijar la hora exacta". Eso sí, sus padres decidieron aumentar la altura del murete que separa su azotea de la del domicilio de las víctimas "por miedo a lo que había sucedido".

Única vía de escape

Precisamente es a través de la azotea donde los investigadores sitúan "la única vía de escape" del asesino, "saltando a otra y saliendo por alguna vivienda". Porque saltar directamente a la calle "es inviable sin ayuda del exterior".

Del análisis de los registros de telecomunicaciones, el visionado de las cámaras o de las sesiones del juicio contra Medina en la Audiencia Provincial de Huelva "no se ha observado ninguna información nueva de interés", como tampoco del análisis de las cuentas bancarias.

María y Miguel Ángel Domínguez, víctimas del crimen de Almonte. María y Miguel Ángel Domínguez, víctimas del crimen de Almonte.

María y Miguel Ángel Domínguez, víctimas del crimen de Almonte. / H. Información (Almonte)

El perfil del asesino

Uno de los aspectos más sustanciosos del informe está en el Anexo I, de 17 páginas y en el que la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo de la UCO esboza el perfil del asesino.

Aquí se destaca la "especial violencia del escenario y, sobre todo, el superior ensañamiento para con la menor". Hay que recordar que el cuerpo de María, de tan solo ocho años, presentaba 104 lesiones; el de su padre, 49.

De este exhaustivo retrato robot conductual del autor del doble asesinato –tras analizar incontables elementos del caso– se desprende que se trata de "un varón, español, con una edad aproximada de entre 30 y 40 años en ese momento, que comete homicidio por primera vez, si bien pudiera tener algún antecedente policial por delitos leves o algún expediente por infracción administrativa".

Los expertos remarcan que actuó "en solitario y su motivación se basaría en algún enfrentamiento pasado con las víctimas o la percepción del propio autor de que estas hubieran realizado contra él algún acto o comportamiento ofensivo, o bien que resultaran un obstáculo para la consecución de sus objetivos", lo que vienen a denominar "homicidio expresivo por venganza".

Por las lesiones de padre e hija, la UCO infiere que "ambos, sin excepción, han sido el objetivo principal" del criminal. Y el hecho de que el cadáver de la niña se encontrara parcialmente cubierto con una manta denota que el autor era "conocido o con vinculaciones con la víctima". Mantenía con Miguel Ángel y María "algún tipo de relación interpersonal".

"Si los vecinos hubiesen avisado a los servicios de emergencia, se le podría haber detenido prácticamente 'in fraganti", afirma la UCO

Asimismo, precisan los analistas que "no nos encontramos ante un crimen impulsivo" sino premeditado. Aunque esta premeditación está "mal ejecutada", ya que existe una falta de control en los detalles, lo que pudo desembocar en su identificación.

Tanto es así que "si los vecinos hubiesen avisado a los servicios de emergencia, se le podría haber detenido prácticamente in fraganti". La impulsividad o necesidad de acometer los hechos con inmediatez revelan una "precipitación de la elección del momento" –un sábado por la noche y con un bar debajo del piso–, decisión en la que influyó su cuestionable inteligencia y un desmedido descontrol emocional. Pese a ello, todo le salió bien.

El móvil del crimen de Almonte no fue sexual ni económico. Tampoco fue una ejecución encargada a un profesional. Atiende a una respuesta claramente pasional. "El tipo, cantidad y localización de lesiones observadas en los cadáveres indica una clara carga emocional", especialmente guiada por la "ira" y el "resentimiento", dirigidos contra Miguel Ángel y María "por igual".

Por todo, la UCO recalca que hay que buscar a alguien que encaje en este perfil y "que haya tenido algún conflicto previo con las víctimas o que tuviese la percepción de que su muerte le podría reportar algún beneficio de tipo personal o vital".

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