Más de 900 personas sufren un ictus cada año en Huelva, una enfermedad en aumento también entre adultos jóvenes

La Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular recuerda, con motivo del Día Mundial del Ictus, la importancia de prevenir la estenosis carotídea con hábitos saludables y revisiones médicas periódicas

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Imagen de archivo de una operación de ictus.
Imagen de archivo de una operación de ictus. / Josué Correa

Más de 900 personas sufren un ictus cada año en Huelva, una enfermedad cerebrovascular que constituye la más frecuente del mundo y que presenta en Andalucía una incidencia de 200 casos por cada 100.000 habitantes y una prevalencia de 8 por cada 1.000. El ictus, que supone la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres, provoca además el 10% de las muertes totales en España y se mantiene como la principal causa de invalidez permanente en adultos, con un coste sociosanitario que ronda los 1.000 millones de euros anuales.

Uno de los factores de riesgo más determinantes para su aparición es la estenosis carotídea, un estrechamiento de las arterias que abastecen de sangre al cerebro y que origina entre el 15% y el 30% de los infartos cerebrales. Esta patología se produce, principalmente, por la acumulación de grasa y colesterol en las paredes arteriales, lo que genera una reacción inflamatoria progresiva hasta llegar a la obstrucción parcial o total del vaso.

Con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra este martes, la Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular ha recordado la importancia de la prevención y de mantener hábitos de vida saludables para reducir la formación de placas de ateroma. Entre las medidas más eficaces se encuentran seguir una dieta baja en grasas y sal, realizar actividad física de forma regular, abandonar el tabaco, moderar el consumo de alcohol y controlar la tensión arterial y la glucosa en sangre.

En cuanto al tratamiento de la estenosis carotídea, los especialistas apuntan que varía en función de la gravedad de la enfermedad. En los casos leves o moderados, se recurre a fármacos antiagregantes y reductores del colesterol, junto a un control estricto de los factores de riesgo vascular. En los casos más avanzados o con síntomas neurológicos, el tratamiento suele ser quirúrgico, mediante una endarterectomía carotídea (extracción de la placa de ateroma) o un procedimiento endovascular con stent. Además, el ácido acetilsalicílico continúa siendo el medicamento de elección para prevenir el ictus en todos los estadios de la enfermedad.

En la actualidad, se calcula que más de 20.000 andaluces sufren un ictus cada año, lo que equivale a que uno de cada cuatro lo padecerá a lo largo de su vida. La Organización Mundial de la Salud estima, además, un incremento del 27% en la incidencia hasta 2025, debido al progresivo envejecimiento de la población.

Aunque el ictus es más frecuente en personas mayores de 65 años, los especialistas alertan de que entre el 15% y el 20% de los casos afectan ya a menores de 45 años, un fenómeno atribuido a los hábitos de vida poco saludables. En España, unas 120.000 personas sufren un ictus cada año, de las cuales 18.000 fallecen, una cifra que evidencia la magnitud de un problema sanitario que, en muchos casos, puede prevenirse con medidas sencillas y un mayor compromiso con la salud vascular.

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