De 7 a 10 años de edad

Días de Cómics

'Oneie. En sus mundos' (2025), de Jan, es una nueva serie de cómics dirigidos especialmente al público infantil, que presenta la fantasía como una gran herramienta de poder liberador

La Ley al Oeste del Pecos

Oneie en sus mundos.
Oneie en sus mundos. / M.G.

En el año 1981, la editorial Bruguera decidió relanzar la revista Pulgarcito en un nuevo formato de tamaño de bolsillo, con cubiertas de cartón, cien páginas y enfocada a un público infantil. Se trataba de una de sus revistas más importantes, en la que habían debutado series míticas de la Historia del Cómic Español como Carpanta, Las hermanas Gilda, La familia Cebolleta, Zipi y Zape y Mortadelo y Filemón, entre muchas otras.

Para esta nueva andadura, instaron a los historietistas estrella de la casa a crear un personaje llamado Pulgarcito, como la propia cabecera, para que se convirtiera en protagonista de una nueva serie. Entre todas las propuestas se quedaron con la de Jan, que en esos años estaba produciendo las mejores historias de SuperLópez.

Jan planteó una modernización del célebre Pulgarcito, protagonista de cuentos recogidos por los hermanos Grimm y Charles Perrault. La versión de Jan estaba protagonizada por un niño que vivía mil aventuras en diferentes mundos sacados directamente de las obras más conocidas de la Literatura Universal, que le sirvieron a Jan a modo de homenaje.

Sin embargo, el enorme éxito de SuperLópez hizo que Jan dejara de lado Pulgarcito tras unas setenta historias. Pero las ganas de hacer historias para ese segmento del público no le abandonaron, y tras dejar hace unos años los cómics de SuperLópez, retoma el espíritu de Pulgarcito, convenientemente actualizado para los tiempos actuales en Oneie. En sus mundos, serie publicada por Amaníaco Ediciones, especialmente pensada para personitas de 7 a 10 años de edad.

En las tres historias que encontramos en este primer tomo, nos trasladamos a un futuro lejano para conocer a Oneie, una niña cuyos padres trabajan muchas horas al día viajando por el espacio como camioneros espaciales. Oneie, imaginativa e inquieta, tiene unas ganas enormes de compartir esos viajes con ellos, que cree llenos de aventuras y mundos increíbles, pero por el momento no puede ir, ya que tiene que ir a clases. La familia vive en un rascacielos de mil plantas habitado por personas de lo más diverso, como un inventor y su nieto, capaces de crear una máquina que permite viajar por el tiempo.

La primera historia contenida en este tomo, es un homenaje a las historietas de El Cachorro que Iranzo, que entonces era el vecino de arriba de Jan. En las dos historietas que encontramos a continuación, Jan reinterpreta, a su manera, dos cuentos más: Los tres cerditos y Hansel y Gretel (La casita de chocolate).

Jan busca un punto de vista actual, tomando como base los cuentos originales, y no las versiones edulcoradas de los últimos años, aunque sin perder de vista que estamos ante un cómic pensado para niños. Los adultos encontrarán similitudes con Pulgarcito de Jan. Ambas series tienen un protagonista inocente, soñador y valiente con el que cualquier niño se puede identificar y que se deja llevar por la aventura y la imaginación. Fomentar esa capacidad de soñar e imaginar es el objetivo de estas historias.

Al comienzo de cada una de sus peripecias, Oneie se cruza con diferentes personajes que sirven para que conozcamos un poco más su mundo. El futuro que nos presenta la serie es un lugar lleno de posibilidad por explotar que conoceremos en las siguientes entregas, que al menos serán tres tomos en total.

Gráficamente vemos como Jan se adapta a la perfección a una apariencia similar a un manga (es decir, formato de bolsillo, con pocas viñetas por página, pero de gran tamaño, lo que permite que en ellas se cuelen divertidas referencias como algunos Petisos Carambanales. El estilo es el que hemos podido disfrutar en los últimos años conservado una narrativa impecable y su capacidad para hacer unos personajes reconocibles, dinámicos y muy expresivos.

Con esta primera entrega de Oneie nos reencontramos con un Jan que no ha perdido ni un ápice de sus ganas de hacernos soñar con sus historias, que en esta ocasión están pensadas para los más pequeños. Un autor que hace años se ganó poder hacer lo que quiera, y que en esta ocasión demuestra de nuevo que lo hace realmente bien. Un lujo que, esperemos, podamos seguir disfrutando durante mucho tiempo más, con nuevos cómics de Jan tan imaginativos como éste.

La próxima semana: Goofy Reportero (2009), de Teresa Radice y Stefano Turconi, cuyo protagonista se convierte, por accidente, en periodista del diario más importante del Nueva York de 1933.

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