La Ley al Oeste del Pecos
Días de Cómics
El Juez (1959), de René Goscinny y Morris, es un álbum que comienza cuando Lucky Luke es arrestado por Roy Bean, quien usa un Código Civil anticuado para aplicar la Ley a su manera
Días de cómics | Un flirteo interplanetario

Huelva/Roy Bean (1825–1903) fue un personaje del Lejano Oeste de Estados Unidos, dueño de un saloon y autoproclamado juez que se hacía llamar a sí mismo "La Ley al Oeste del Pecos". El juez Roy Bean celebraba los juicios en su saloon, situado al suroeste de Texas, en el desierto de Chihuahua a lo largo del río Grande.
En 1882, el ferrocarril contrataba personal para enlazar San Antonio con El Paso. Abandonando su matrimonio y sus negocios ilegales, Roy marchó a Vinegaroon, ciudad-dormitorio al final del trayecto, para trabajar sirviendo whisky a los obreros del ferrocarril.
Las autoridades, ansiosas de defender las leyes locales, lo nombraron juez de paz del condado de Pecos. Roy se mudó a una pequeña ciudad situada al norte de Vinegaroon, llamada Langtry (en honor de George Langtry, que había conseguido la llegada de las vías de la Southern Pacific).
El nombre también se correspondía con el de una bella actriz británica, Lillie Langtry. Roy había leído de ella y quedado prendado. Roy construyó un saloon (en el cual vivía), al que llamó el Jersey Lily (nombre artístico de la actriz). Colgó un cartel de Miss Langtry detrás del bar, y sobre la puerta carteles que decían "Cerveza helada" y "La ley al oeste del Pecos". Desde allí, Bean despachaba licor, justicia y contaba historias, como la de que él había bautizado la ciudad en homenaje a la actriz. En realidad, nunca llegó a conocerla, aunque él afirmaba lo contrario. Eso sí, le escribió muchas veces y recibió respuesta. Por desgracia, Miss Langtry no visitó la ciudad hasta diez meses después de la muerte de Bean.

Fue elegido en el cargo en 1884 y reelegido muchas veces. Sus métodos para impartir justicia eran arbitrarios y cómicos e inspiraron muchas anécdotas extravagantes. El equipamiento del juzgado consistía en un revólver, un libro de leyes y su oso (inofensivo, al parecer le encantaba la cerveza).
Su saloon estaba situado cerca del ferrocarril, donde los trenes paraban diez minutos para repostar, parada que los viajeros aprovechaban para bajar a tomar una cerveza.
En su libro Judge Roy Bean Country, Jack Skiles afirma que aunque Bean amenazaba con ahorcar a cientos, "no hay indicios de que el juez llegara a ahorcar a nadie".
El juez Roy Bean murió pacíficamente en su cama tras una borrachera, en 1903. La leyenda aseguraría que fue asesinado en el porche de su saloon por un forajido mexicano. Fue enterrado en el actual Museo conmemorativo Whitehead, en Del Río, Texas.
La figura de Roy Bean ha inspirado películas, como El forastero (1940), con Gary Cooper (Cole Harden, y Walter Brennan (Roy Bean). John Huston dirigió The Life and Times of Judge Roy Bean (1972), película protagonizada por Paul Newman, con guion de John Milius.

Bean inspiró a la compañía de juegos de mesa NAC (Nike & Cooper Española), que introdujo a Roy Bean en el juego titulado La conquista del Oeste (1982). En este juego, Roy Bean actuaba como un obstáculo, encerrando al jugador en su cárcel o reteniéndolo en ella si se caía en su casilla.
También inspiró al escritor francés René Goscinny el guion de la historieta de Lucky Luke titulada El juez (1959), álbum que pertenece a la primera etapa de la colaboración entre Goscinny y Morris, donde el protagonista iba definiéndose.
Goscinny echa mano de un recurso al que sacaría mucho partido en su estancia en esta serie y en Astérix el galo: introducir personajes y sucesos reales transformados por un filtro paródico.
La historia comienza cuando Lucky Luke custodia una partida de ganado hasta que es condenado en la ciudad de Langtry, a orillas del río Grande, por Roy Bean, que se ha convertido en una especie de cacique del lugar, aprovechándose de sus ciudadanos a los que condena por las infracciones más rocambolescas.
Roy Bean, en manos de Goscinny, es uno de esos malvados que acaban siendo entrañables. El protagonista va abandonando las técnicas más expeditivas con las que Morris solía guionizar y opta ahora por la astucia, en vez de por el uso del revólver, que desenfunda en muchas ocasiones pero que no llega a disparar ni una sola vez. Así, Luke acaba aliándose con otro espabilado que llega al pueblo con las mismas intenciones que Bean, en un intento de que ambos acaben el uno con el otro.
La próxima semana: La última pieza (2025),de Raúl Balen y Pedro Segade, un thriller psicológico con alma de puzzle, que refleja el estado mental del protagonista.
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