España

Rajoy: "La Monarquía es la garantía de estabilidad"

  • El Congreso aprueba por una amplia mayoría del 85,4% la ley de abdicación de Juan Carlos I con 299 votos a favor, 19 en contra y 23 abstenciones. El Rey la sancionará en una ceremonia solemne en el Palacio Real el 18 de junio.

El Congreso de los Diputados ha aprobado por una amplísima mayoría de 299 votos a favor, 19 en contra y 23 abstenciones, la ley orgánica que permitirá la abdicación del rey Juan Carlos I y la sucesión en la Corona en la figura de su hijo, el futuro Felipe VI. La norma ha obtenido un apoyo del 85,4% de la Cámara Baja, gracias a los votos del PP, PSOE -salvo el diputado Odón Elorza que se ha abstenido- UPyD, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias. Han votado en contra las cinco formaciones que habían presentado enmienda a la totalidad, Izquierda Plural, ERC, BNG, Compromís y Geroa Bai, además del diputado de Nueva Canarias, y se han abstenido los parlamentarios de CiU, PNV y CC. Por su parte, los diputados de Amaiur que han participado en el debate se han ausentado de la votación, alegando que la abdicación del rey es un asunto que no compete al pueblo vasco. Durante la votación del proyecto, que ha sido por llamamiento y en voz alta, los diputados de los grupos que reclaman un referéndum sobre el futuro de la monarquía han aprovechado para reivindicar la consulta. Así, los diputados de la Izquierda Plural han votado con distintas fórmulas, como "por más democracia voto no", "por la democracia y la república, voto no" y "no, por más democracia y libertad". También los de ERC han usado frases del tipo "por la república catalana voto no". 

El proyecto de ley recién aprobado por el Congreso pasa ahora al Senado, donde será debatido y votado en un pleno previsto para el próximo 17 de junio. Una vez que la ley de abdicación quede aprobada por las Cortes Generales, ésta será sancionada por el Rey Juan Carlos en una ceremonia solemne en el Palacio Real el 18 de junio, un día antes de que Felipe VI sea proclamado rey de España en una sesión conjunta del Congreso y el Senado.

  

Al inicio del debate, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha subrayado que la ley de Abdicación no revisa el modelo político del Estado previsto en la Constitución, sino que se limita a ratificar la voluntad del Rey de dejar la Jefatura del Estado y ha pedido a los grupos parlamentarios que aparquen por ello otras discrepancias para cuya discusión tienen "ocasiones sobradas" el resto del año. 

"Lo que espera la nación de nosotros es que atendamos el deber de hoy con sentido de la oportunidad, altura de miras y responsabilidad", ha dicho Rajoy en su intervención ante el Pleno del Congreso para defender el proyecto de ley orgánica. El presidente del Gobierno ha asegurado que ésta es una jornada histórica en la que los parlamentarios deben cumplir lo que manda la Constitución. "Jornada en la que pesan muchísimo nuestros acuerdos y carecen de trascendencia las discrepancias", ha dicho. "No estamos aquí hoy para eso, sino para cumplir la voluntad de los españoles, que eso y no otra cosa es la Constitución", ha añadido. Rajoy ha admitido que la aprobación de la ley de Abdicación no está "reñida con las críticas", que la Constitución contempla los mecanismos para la reforma, pero ha querido insistir que hoy no es el día ni el trámite para estos debates. "Disponemos de ocasiones sobradas a lo largo del año para subrayar nuestras diferencias", ha recalcado. Y ha asegurado además que las encuestas indican que la mayoría de los españoles no cuestionan la monarquía parlamentaria sino que ven en ella "el mejor símbolo de la unidad y permanencia del Estado" y la "mejor opción que garantiza la imparcialidad, la estabilidad política, la continuidad de las instituciones y en definida la convivencia en paz que es indispensable para el progreso y la prosperidad". 

Mariano Rajoy ha querido dejar constancia de la trascendencia de este acto parlamentario, pero también de la "normalidad" con que se produce, palabra que ha repetido en distintos momentos de su discurso. A su juicio, es la demostración de la madurez de la democracia española para seguir las reglas que se ha dado a sí misma en la Constitución. Una "normalidad", ha recalcado Rajoy, que no se ha dado en los dos últimos siglos cuando se ha producido la sucesión en la Jefatura del Estado. Ha añadido que los españoles esperan de sus parlamentarios que resuelvan este asunto "con la misma naturalidad que todas las previsiones del proceso sucesorio" y ha agradecido el apoyo de los grupos que votarán sí a esta ley: "Nos permite ofrecer una imagen de seriedad y responsabilidad ejemplares". En esta línea, Rajoy ha vuelto a la idea de que hoy no se plantea "modificar" nada sino cumplir la ley en una democracia "en la que todo cuanto afecte a la Corona, como todo lo que atañe a las instituciones del Estado, exige la intervención de las Cortes". El presidente ha asegurado además que "nadie entendería" que se incluyera esta previsión en la Constitución de 1978 y "llegada la hora", no se aprobara. 

El presidente ha aprovechado también su intervención para ensalzar el reinado de don Juan Carlos I. "Su empeño por encarnar la concordia de todos, su capacidad para ser el mejor símbolo de nuestra democracia en el mundo, y, no lo olvidemos, el cuidado que ha puesto en la preparación de quien está llamado a sucederle", ha dicho. Rajoy ha asegurado que el avance económico y social del país, convertido hoy en una "economía desarrollada, un país de derechos y libertades, una sociedad abierta al futuro y un actor internacional integrado y respetado" es fruto también del "liderazgo" del Rey. "Impecable ejecutor del papel arbitral y moderador que la Constitución asigna", ha dicho Rajoy de él. "Ha cumplido en cada momento los distintos papeles que la peripecia nacional requería con prudencia, con templanza y con firmeza. Se propuso ser el Rey de todos y lo logró", ha añadido. El presidente del Gobierno ha subrayado que Juan Carlos I ha servido con "mesura y discreción" sus obligaciones constitucionales y su marcha constituye así "un momento histórico", un "hito" en la historia de España. "Cambiamos de página, pero seguimos escribiendo el libro de nuestra convivencia", ha dicho. 

También ha defendido las cualidades y al preparación de quien le sucederá, el Príncipe Felipe, que lleva décadas "conociendo los problemas y las ambiciones de los españoles". "Pero además se ha esforzado en conocer de primera mano, en apreciar y en defender la diversidad de nuestros pueblos y culturas. Don Felipe valora, inmensamente, ese patrimonio de diversidad y entiende la importancia de su contribución a la unidad de todos", ha agregado.  

El PSOE pide reformas constitucionales

El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, garantizó el voto a favor de su grupo a la ley de abdicación, ha argumentado que es una obligación "ineludible e insoslayable" de los socialistas cumplir la ley y la Constitución, y ha dejado claro que no romperán el pacto constitucional. En su intervención, Rubalcaba ha subrayado que el PSOE, que tiene 135 años, "cumple sus acuerdos" y si en algún momento cree necesario que se revise el pacto constitucional lo hará por los cauces legales. "Nadie nos va a apartar del cumplimiento de la Constitución, tampoco a la hora de abordar sus reformas", ha precisado el secretario general del PSOE, antes de reiterar que el respaldo a la ley es también una ratificación del consenso de la transición. Y "un voto positivo al consenso, a la convivencia que ese consenso nos ha permitido" y "un ejercicio de coherencia política", ha añadido. 

Después de recordar que el origen de la legitimidad de la Corona es la voluntad de los españoles ratificada libremente en referéndum, Rubalcaba ha constatado que los socialistas no se han visto defraudados por las casi cuatro décadas de monarquía parlamentaria. A su entender, la abdicación de don Juan Carlos en su hijo Felipe VI no es sólo un "relevo generacional" sino que "debería significar la apertura de un tiempo nuevo" para el diálogo y la renovación institucional. Rubalcaba ha advertido de que eso dependerá "no sólo del nuevo Rey sino en particular de los grupos políticos" representados en el Congreso, porque el relevo se produce en un "momento muy difícil". Votar en contra de la ley de abdicación sería "un dislate", ha advertido, porque sería decirle a don Juan Carlos que debe seguir siendo Rey "aunque él no quiera". 

En alusión velada a los dos diputados socialistas que estos días han reclamado libertad de voto sobre este asunto, Rubalcaba ha considerado que en el PSOE no ocultan su "preferencia" republicana, pero siguen sintiéndose compatibles con la monarquía parlamentaria, lo mismo que cuando firmaron el pacto constitucional. Y ha dejado claro que lo que se decidía es "sobre abdicación y sólo sobre la abdicación", y no un debate entre Monarquía o República ni sobre la sucesión de la Corona, porque eso ya se votó en 1978, se recogió en la Constitución y lo ratificó el pueblo ampliamente en referéndum. 

Ha deseado al Príncipe "lo mejor para su reinado" y le ha garantizado el respeto, la lealtad y la colaboración de los socialistas para abrir "ese tiempo nuevo". Comparte con don Juan Carlos, ha dicho, que Felipe VI tiene madurez, preparación y sentido de la responsabilidad para asumir la Jefatura del Estado. Igualmente, ha resaltado el "decisivo papel" del Rey en la transición democrática, su contribución a la estabilidad política y social que hemos vivido en estos años y su respeto hacia las distintas opciones políticas que conviven en España. 

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