La Virgen del Rocío vuelve a su Santuario tras casi diez horas de procesión

El Rocío/La Reina de las Marismas ya descansa en el Santuario tras una procesión que se alargó más de nueve horas. "Todo ha ido bien", contaban los almonteños a este medio minutos después de su entrada. La de 2025 pasará a la historia como una procesión "que llegó temprano", con cambio de recorrido incluido y "donde la propia Virgen regaló una temperatura más agradable de lo que se esperaba".

A las puertas de la ermita, desde donde aún daba sombra, la Virgen se acercaba y solo se escuchaban las palmas de los romeros. Todo eran lágrimas de emoción y palmas, mientras cada uno cogía sitio como podía para verla lo más cerca posible.

En palabras de Santiago Padilla, el cambio del recorrido "ha dado amplitud" y facilidad, aligerando la procesión que se abre a lo largo de la plaza Doñana. Enfilaba la calle Moguer -donde todo se dificulta por el reducido espacio- antes de las 12:00, camino a la casa hermandad de Moguer. Desde allí, descansan, bailan y comen algo los hermanos, que contaban que la esperaban "con los brazos abiertos, con el privilegio de verla desde tan cerca y que se despida de nosotros como una de las últimas filiales".

Tras la entrada que, a pesar de lo tradicional siempre se vive como si fuera la primera vez, vuelve la calma a la aldea almonteña. "Nos toca recordar y vivir de esos recuerdos", decían los hermanos de Moguer. También, desde la Matriz, ponen ya la vista en el 2026, porque, según Padilla, "aunque hoy se viva el momento álgido, El Rocío se trabaja los 365 días del año"