El Rocío 2019

Un salto centenario

  • Los almonteños se hicieron con los varales del paso de su Patrona minutos antes de las 03:00. La Virgen del Rocío procesionó con su nueva corona

Salto de la reja de los almonteños al encuentro con su Patrona, la Virgen del Rocío.

Salto de la reja de los almonteños al encuentro con su Patrona, la Virgen del Rocío. / Alberto Domínguez (El Rocío)

Los almonteño saltaron las reja a las 2:48 y se cumplió así, de nuevo, la tradición de sacar en procesión a su Patrona, la Virgen del Rocío, el Lunes de Pentecostés. De nuevo lo hicieron rodeados de devotos Blanca Paloma.

Antes del rezo del rosario de las antorchas, almonteños y peregrinos comenzaron a agolparse ya, tanto en el interior del santuario como en los alrededores, esperando que el Simpecado de la Hermandad La Matriz entrará en el templo para que a partir de entonces pudiera producirse el salto.

Una vez que los almonteños se hicieron con las andas del paso, con el fervor que les caracteriza, sacaron a la Señora, que lucía una nueva corona coincidiendo con el centenario de su coronación, a la explanada donde esperaban miles de fieles.

El salto a la reja se produjo apenas diez minutos después que en la romería anterior y sin apenas intentos de coger cuanto antes las andas del paso y agarrarse a sus varales. Después de iniciarse el rosario de las antorchas, un dispositivo formado por los propios almonteños, marcó de inicio el tiempo de los acontecimientos que se producen durante el encuentro de la Blanca Paloma con sus hijos. Pero fue efímero.

La Virgen del Rocío en el inicio de la procesión. La Virgen del Rocío en el inicio de la procesión.

La Virgen del Rocío en el inicio de la procesión. / Alberto Domínguez (El Rocío)

Para entonces ya había algunos almonteños en la reja, mientras los romeros comenzaban a tomar posición para poder disfrutar de un lugar estratégico donde contemplar la salida de la la Vrigen.

En el exterior, en el paseo marismeño donde se había instalado el dipositivo sanitario, decenas de devotos colocaron sus silla y se apostaron en ellas a modo de cine al descubierto dispuestos para ver el la salida de la Blanca Paloma.

En el templo, la calma reinó durante un buen tiempo, que se encargó de establecer el cordón de seguridad que para entonces se había situado sobre todo en la nave central de la basílica para vivir de primera mano cada una de las emociones y sensaciones que se producen en el interior de la basílica.

Dos almonteños colocan dos crespones negros en los varales del paso. Dos almonteños colocan dos crespones negros en los varales del paso.

Dos almonteños colocan dos crespones negros en los varales del paso. / Alberto Domínguez (El Rocío)

Después se fueron produciendo algún que otro intento de salto por parte de algunos almonteños impacientes, que fueron aplacados sucesivamente al tiempo que el resto de peregrinos se disponían a vivir de primera mano cada una de las emociones y sensaciones que se producen con el salto a la reja.

Entonces, en el interior del santuario el calor empezaba a ser intenso, aunque no excesivo, ya que la calma de alguna manera prevalecía. Después, alrededor de las 02.30, comenzaron las muestras de que la hora de la llamada podía estar cerca, ya que rosario había terminado y los Simpecados regresaban a su casa hermandad y el de la Hermandad Matriz de Almonte podía aparecer por el dintel de la puerta de la basílica en cualquier momento.

No fue así y hubo que esperar un poco para el desenlace, para el añorado salto, para el encuentro de los almonteños con su Patrona. La tradición dice que la procesión debe iniciarse al despuntar el alba. Este Lunes de Pentecostés tampoco se cumplió.

No eran aún las 03:00 cuando el Simpecado asomó por la puerta de la emita. En ese instante el pasillo de la nave central dispuesto por el dispositivo había desaparecido y todo el templo era un hervidero de personas ansiosas por ver a Virgen a hombros de sus hijos.

Traslado del Simpecado de la Hermandad de Huelva para el rezo del rosario de las antorchas. Traslado del Simpecado de la Hermandad de Huelva para el rezo del rosario de las antorchas.

Traslado del Simpecado de la Hermandad de Huelva para el rezo del rosario de las antorchas. / Alberto Domínguez (El Rocío)

En ese momento estalló el júbilo y afloraron los sentimientos entre el tumulto que hasta entonces se habían contenido de forma involuntaria. Las palmas y los vivas a la Virgen del Rocío se sucedieron. Nada más el Simpecado se produjo el salto de algunos almonteños, mientras que el resto accedió a su interior una vez abierta la cancela, aunque fueron muchos los que saltaron los barrotes.

La bajada del paso se produjo casi de forma inmediata sy en poco tiempo e encontraba en la nave central. Si embargo, tardó casi diez minutos en salir del templo y bendecir la marisma y los miles de peregrinos que se encontraban en la explanada. La Virgen caminó por santuario a hombros de los almonteños erguida y sin perder en ningún instante la verticalidad.

Una vez fuera del templo, los almonteños iniciaron ante la emotiva y atenta mirada de miles de personas el recorrido con la Virgen por las calles de la aldea para encontrarse con las 124 hermandades filiales, comenzando como es habitual por la de Huévar.

Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte. Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte.

Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte. / Alberto Domínguez (El Rocío)

En el interior del santuario volvió a repetirse una de las que suele ser estampa ya tradicional tras la salida en procesión, la de decenas de personas afanándose por coger un puñado de arena de esa que acaba de pisar la Virgen del Rocío en recuerdo de otra romería.

Mientras tanto, la Virgen del Rocío recorriendo las calles de la aldea y se sucedieron estampas tan típicas como el vuelo de los niños para que toquen el paso o los párrocos de las hermandades a hombros para vitorearla y todo ello entre salves, vivas, palmas y cantes que le dedican sus devotos al tenerla cerca.

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