Así fue la rotura del varal del paso de la Virgen del Rocío en 2011

Así fue la rotura del varal del paso de la Virgen del Rocío en 2011.
Así fue la rotura del varal del paso de la Virgen del Rocío en 2011. / H. Información
H. I. /E. M.

Huelva, 06 de junio 2022 - 09:23

La recogida de la Virgen del Rocío antes de tiempo no es un episodio inédito en la Aldea. Este año, la Blanca Paloma tuvo que volver al santuario tres horas después del salto a la reja por una rotura en el banco delantero izquierdo de las nuevas andas, pero no es la primera vez que esto ocurre.

La Blanca Paloma regresó precipitadamente a su santuario en 2011, quedando instalada en el altar a las 08:20; es decir, cinco horas y media después del salto de la reja.

La inesperada conclusión del recorrido tuvo como causa la rotura del varal frontal del paso, que ocurrió cuando la Reina de las Marismas se encontraba ante el Simpecado de Estepona y tras pararse ante la casa de la camarista. Allí, el sacerdote onubense José Manuel Barral dirigía la Salve de los devotos malagueños cuando sucedió el percance a la altura de la tarima que el domingo sirvió de escenario para la misa de Pentecostés.

Un impacto brusco y seco del frontal del paso con el pavimento provocó la rotura del perno de ese varal. Eran cerca de las 08:00 cuando al paso, en el suelo, subieron los santeros y la camarista, así como el presidente de la Matriz, José Joaquín Gil, quien fue avisado de manera inmediata de todo lo que estaba sucediendo. Los santeros comprobaron la gravedad del percance. Uno de ellos, José Antonio Romero, procedió a unir el varal con la concha del paso con varios pañuelos.

Fue en ese momento cuando en el Real comenzó a extenderse con enorme velocidad la noticia de que la Blanca Paloma iba a regresar al santuario, lo que quedó confirmado en escasos minutos. La decisión se tenía que tomar en un breve espacio de tiempo. Santeros y presidente esgrimieron que la rotura del varal frontal derecho en esquina -uno de los varales maestros que sirven para gobernar el paso- evidencia mucho más riesgo que si la rotura hubiera sido en uno lateral, por lo que se optó por la suspensión del recorrido para evitar daños humanos o en el patrimonio.

De este modo, los almonteños comenzaron el traslado directo e inmediato del paso hasta la ermita, instando a los portadores a que no echaran mano de los varales. La premura hizo que a las 08:15, la Virgen del Rocío estuviera ya en la puerta del templo y algo menos de cinco minutos después, en su altar. Allí los sacerdotes de Almonte dirigieron a los presentes en el templo en el rezo de la Salve. Los asistentes aún aturdidos por los inusitados eventos, no se olvidaron del cariño a su Patrona, dedicándole en vivas y palmas toda su devoción.

Momentos después, José Joaquín Gil subía al paso y anunciaba el propósito de la Matriz de que todas las filiales pudieran acceder al santuario, para encontrarse con la Blanca Paloma, para satisfacer de este modo sus anhelos de encontrarse con la Reina de las Marismas en lo que ya, sin duda, era una histórica procesión de Pentecostés.

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