El parqué
Escasas variaciones
Corría el año 2003 y el romance entre Isabel Pantoja y el por aquel entonces alcalde de Marbella, Julián Muñoz, se convertía en todo un acontecimiento nacional. La artista hizo gala de su amor a lo grande en El Rocío, donde acudió de la mano de su pareja ante la expectación de los medios de comunicación. Toda el colorín se hacía eco del triunfo del amor de la tonadillera y el alcalde marbellí, protagonistas de numerosas fotografías que confirmaban su relación. Felices y contentos, Pantoja y Muñoz conquistaban aquel año El Rocío.
Siguiendo la tradición que la llevaba a participar todos los años en la romería de la Blanca Paloma, Isabel Pantoja quiso ser madrugadora y mostrar su devoción a la Virgen con premura, antes de que empezara a llegar el grueso de los peregrinos. Pero ese año, además, recibía una visita muy especial; la de su gran amigo, Julián Muñoz.
El alcalde de Marbella entró por la puerta principal y sin esconderse a la casa de la cantante en el Rocío. Rodeado por fuertes medidas de seguridad, el edil marbellí llegó en coche hasta la puerta de la casa de su gran amiga, en la que entró ante la mirada de los presentes.
Y a primera hora de la mañana, para sorpresa de todos los que allí estaban, Isabel Pantoja salió de su casa de El Rocío acompañada por Julián Muñoz. Muy sonrientes y con la cabeza bien alta, la cantante y el edil salieron juntos de la casa. Isabel , espectacular con un vestido de rociera de color azul y lunares verdes, y Julián con vaqueros y camisa rosa.
La pareja de enamorados subió a la carriola en la que realizaban gran parte del camino junto a sus hermanos de Triana y a los numerosos familiares y amigos que les acompañaban.
Paradójicamente, entre la multitud presente que los observaba salir con la Hermandad de Triana se encontraba Maite Zaldívar, la que era todavía esposa de Julián Muñoz, aunque algunos medios de comunicación aseguraban que el alcalde había acudido días antes a los juzgados de Marbella para interponer la demanda de separación, algo que Zaldívar negaba repetidamente.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Escasas variaciones
Paisaje urbano
Eduardo Osborne
Ussía, del humor a la ira
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Por qué?
No hay comentarios